Por la mañana soy despertada por mi ruidosa alarma. Cuando miré mi celular eran las cuatro de la mañana, sabía que tenía que levantarme, pero por primera vez en mi vida, no quería hacerlo. Estaba demasiado cansada y soñolienta por lo que había pasado anoche. De pronto, los recuerdos pasan por mi memoria, haciendo que involuntariamente sonriera al solo recordar cómo me hizo el amor. Como me hizo llegar a mis limites, pero tenía miedo, un gran miedo. Tenía miedo de pasar mi mano por la cama y sentir un vacío en ella. Tenía los ojos bien abiertos, pero mi mirada estaba en la ventana, no me quería dar vuelta y darme cuenta, que como siempre él ya se había ido. Pero tenía que ser lo suficientemente madura para aceptar, que así sería mi vida de ahora en adelante. Aferré mis manos a las sábana

