Uno

2172 Words
—¡Demián! —gritó disgustada desde el piso superior, al que era actualmente su novio, quien para su suerte era heredero de fortunas inimaginables—. ¡Yo ya te había dicho que necesitaba de tu muy grata colaboración con cincuenta mil dólares, para el evento más grande de mi carrera!, revise mi cuenta bancaria personal y aún no hay un aumento en sus cifras. No tengo mucho tiempo para organizar el desfile, con una cantante famosa y gente de muy alto rango, que podrían comprar algunos de mis costosos diseños. ¿Podrías decirme que es lo que te sucede? —exigía con urgencia una respuesta, mientras provocaba con sus tacones un sonido perturbador para los oídos, bajando las escaleras de caracol hechas de madera, que conectaba los dos pisos del Penthouse. —Cariño —respondió tranquilamente el CEO, en su recorrido de la habitación al salón, a medida que arreglaba la manga de su camisa blanca, cargando en su hombro derecho el chaleco elegante n***o. Se acercó a su novia y besó su frente, aunque a ella se le saliera la chispa negra de la cólera—. Por supuesto te ayudaré a realizar tu evento, jamás dejaría de apoyar algo que para ti es muy importante. —¿Pero? —Pero por ahora se necesitan esos cincuenta mil dólares en mi empresa, también tengo negocios millonarios que cerrar, por favor entiende y se paciente. En cuanto se me sea posible, daré la orden para que tengas acceso a esa cantidad —acarició su mejilla, pero esta no parecía sentir nada ante el tacto, solo se sentía decepcionada. —Eres uno de los hombres más ricos actualmente, ¿y me estás diciendo que ciencuenta mil dólares resolverán tus negocios millonarios?, ni siquiera alcanza a ser un dos por ciento de lo que tienes en tus inumerables cuentas. —Esa cantidad de dinero no se saca a la ligera, Neila. Las posibilidades de caer en quiebra son inéditas, incluso impredecibles. Esos cincuenta mil dólares pueden levantar a cualquiera de una quiebra, quizás no de una pérdida millonaria grave, pero por algo siempre se empieza, y si no quieres que me moleste también, comienza por tener paciencia —la mujer ofendida por las palabras de su novio, se alejó de él y se marchó del edificio. El reciente rey de la moneda, heredero de la fortuna de su padre, era lastimado por las palabras de su novia, pero apesar de todo aquel daño, se negaba a estar lejos de ella, por el amor tan grande que le tenía, aunque sintiera en ocasiones que estaba interesada en otras cosas. Esperaba muy en el fondo que su relación volviera, que reviviera como la primera vez que salieron como novios oficialmente, donde nada más que el otro importaba y donde las noches de pasión eran más intensas por la energía que trasmitían el uno del otro. Su padre siempre le había inculcado valores y principios, que a llevado de generación en generación en su familia. Un hombre culto y respetable, que se vió obligado a la tarea de ser padre y madre, a la repentina muerte de su esposa cuando su hijo tenía tan solo 15 años. No hubieron más herederos en la familia, por lo tanto él era el único responsable de ser el nuevo CEO de la empresa familiar. También tenía a su hermano no legítimo, que era hijo de la nueva esposa de su padre, pero se consideraban muy unidos. —Señor, ya ha llegado la lisumima. Espera su chófer abajo, ¿necesita alguna otra cosa, jefe? —lo tomó por sorpresa su secretaria, quien había aparecido después de que saliera su novia. La mujer vestía elegante, como se debía en el trabajo, aunque un poco menos de lo respetable, intentando atraer la atención del CEO, a quien realmente no le importaba en lo más mínimo meterse con su secretaria. Era bastante recto en su trabajo, separaba lo laboral de lo personal. —Señorita Moon, me tomó por sorpresa en medio de mi café de las mañanas. ¿Puede avisar que espere unos minutos por favor?, aún no he terminado —expresó cortés y cogió la taza de café recién hecha en el mesón, junto con un periódico, el cual comenzó a leer. La asistente asintió un poco disgustada al ver que ni siquiera notó su escote, mientras salía del penthouse. Unos edificios más allá, se encontraba quizás una de las personas más buscadas en España por el robo que le hizo a un jugador del equipo atlético del país, mientras fumaba un cigarrillo en su tiempo libre, antes de ser interrumpida por el sonido de su celular. —¿Podrías ser tan amable de salir de ese edificio, Dove?, tengo buenas noticias. ¡Muévete! —En un momento salgo, tranquilo. Te veo en el Space Needle —dijo tranquilamente, dando una última jalada al cigarrillo, soltando el humo caliente desde sus pulmones por la nariz. Botó el resto el sobrante en la basura, y prosiguió a coger las llaves de su auto minicooper, antes de salir. No era nada lo que había andado hasta llegar al Space Needle, Seattle, donde se encontraría con su amigo más cercano, Franco. Ella vivía en sus alrededores, contemplando siempre la estructura que catalogada a su hermoso Seattle, donde había crecido y fue criada por su abuela hasta los 14 años, antes de ser abandonada por la preferencia de un ancianato. Desde entonces se dedicó a trabajar como mesera en cafetería, donde aprendió el "arte" de hacer café, siendo su mejor medicina diaria, antes de seguir en trabajos con bajo perfil, como bares nocturnos o de una mala niñera, por su minoría de edad. Así fue como evolucionó en el bajo mundo, apegada al sacrificio y los delitos, hasta llegar a convertirse en una experta en robar cuentas bancarias personas muy importantes o con dólares a por mil. —Hasta que por fin llegas, pensé que me ibas a dejar aquí plantado. Traigo mi equipo conmigo, es peligroso estar aquí afuera. Y Roberto tuvo la culpa, no sabía dónde quedaba ese edificio en que vives y me dejó ahí, donde más estoy a la vista. Como si no fuera una persona buscaba en medio país —informó agotado, entrando al pequeño auto—. Recuérdame mandarlo a la mierda cuando lo vuelva a ver —después de equilibrarse con el aire acondicionado del coche, procedió a sacar su laptop, para hablar sobre lo que había encontrado, explorando entre todos sus archivos—. Primero que todo, Luis Ferrer canjeó en sus cuentas trecientos mil dólares esta madrugada, después de la partida en el bar. Tiene buena suerte el malnacido, y me encanta más tener suerte contigo, ya que logras sacarle cada centavo que tenga —celebró en su pequeño espacio, sin sacarle un solo interés en ello a la de pelo castaño oscuro—. ¿Puedes conseguir sus números esta noche? —preguntó el hombre, mirando a la chica conducir con serenidad, por supuesto, a toda velocidad. Aunque deseaba tener un auto mas sofisticado, y veloz. —Si claro —contestó algo aburrida—. ¿Por que no subimos de presupesto?, ¿Acaso no sabes cuántas ambiciones tengo encima?, ¡quiero un maldito Lamborghini veneno color azul! —golpeo el volante varias veces—. Quiero millones, que valga la pena arriesgar nuestra seguridad, como hace tres años, donde solo me alcanzó para un minicooper básico rojo, y un pequeño apartamento en un edificio cerca del Space Needle. Como diste más para reclutar más equipo y artefactos, cuando soy yo quién entra en batalla la mayoría de veces. —Lo sé, Dove, pero el equipo y las armas también son importantes, nos mantienen vivos aún. Además, ya estaba en eso, por eso tengo buenas noticias, una muy buena a decir verdad —lo miro indistente—. ¿Adivina quién es el nuevo señor del oro en la ciudad de Seattle, porteriormente nombrado CEO y bañado en lujos, empresas, condominios?, y que también fue catalogado como el mejor empresario hasta la fecha en Estados Unidos, en una revista hace dos meses. —¿Quién? —Su nombre más conocido es Demián Howart, pero su nombre completo es Demián Sebastián Howart Bartoly, hijo del multimillonario Sebastián Howart. Tiene solo 26 años de edad, siendo así el heredero y empresario más joven de las historia, con una fortuna descomunal. ¿Adivina cuántas cuentas bancarias ahora están a su nombre?, adivina. —¿10? —No, otro intento. —¿30? —¡No, tiene al menos 93 cuentas diferentes alrededor del mundo!, tiene como 5 aquí en Seattle, y en una de ellas, tiene acceso la muy interesada novia, Neila Lockwood. Las cantidades las desconozco, aún no hablo con mis contactos del banco, pero tiene varias sucursales en la ciudad y además está su empresa principal aquí, por lo tanto debe ser mucho. ¿Como te quedó el ojo? —Eso si es ser multimillonario y tú un excelente investigador, pero, tiene novia. ¿Yo como podría entrar ahí?, si hay una novia en medio, y él siendo el supuesto mejor empresario del mundo, dudo que se vaya a rebajar al nivel de abandonar a su novia por una mujer que dio su cuerpo por unos millones. —Tienes razón, pero tengo todo planeado. ¡Dios nos está ayudando! —Dios no haría eso. —En fin, su novia, la chica interesada en la fortuna del nuevo CEO, con quién ha estado de relación por cuatro años, tiene apariencia física parecida a la tuya. Parecen casi de la misma familia, mira, incluso tienen la misma edad —giró su computador hacia ella, y se sorprendió por la similitud. —Bueno, puedo parecerme, pero, ¿y mi personalidad con la de ella?, obviamente se darían cuenta de que soy otra persona. Su educación refinada e interesada, no es precisamente mi estilo, además de que tiene muy mal gusto en ropa. —Y eso que es diseñadora —concordó—. Pero eso no debe de importar, por qué vas a tener tiempo de estudiarla por unos días. —¿De que hablas? —¿Recuerdas hace cinco años cuando fuimos al campamento de Springfield, donde teníamos una misión, y murió nuestro objetivo cayendo por un acantilado, y que este mismo trataba sobre la recuperación del amor, o de las parejas que estaban teniendo problemas en su relación? —Ni me lo recuerdes, aún tengo pesadillas. —Pues bueno, leí en una esclusiva que el CEO estaba teniendo problemas en su relación, por las razones que desconozco, pero hace días se me ocurrió rentar un campamento de parejas aquí, así atraemos al CEO y a su novia. —¿Que te hará pensar que el dejará su trabajo por unos días, solo por su novia? —Si la ama lo suficiente, lo hará, y tú te vas a encargar de que llegue la información a sus manos de manera personal, para que sea más dramático. —¿A que te refieres? —Bueno, harás dos trabajos en realidad. No pude tener acceso a las cámaras de seguridad de su edificio, así que irás hasta el cuarto de control y pondrás un chip que te daré, después irás hasta el último piso del edificio, donde se encuentra el lujoso penthouse del CEO, para entregarle un sobre completo con toda la información necesaria que necesita para ser convencido. Tú vas a disfrazarte un poco para no ser reconocida, y luego saldrás de ahí. Me llamarán a mí para planear el viaje, así que desde ahí comenzará todo, más adelante te estaré informando sobre los detalles. —Sin disfraces. —Pues tendrás que hacer todo lo posible por qué no te reconozca, entonces. ¿Cuento con eso? —Más que nada, aunque solo espero que este maldito trabajo no dure toda la vida. —Venimos de un mundo donde solo hacemos sacrificios, el tuyo serán por millones y millones de dólares. Tienes que hacer un esfuerzo contra esas ganas de apresurar todo. —Estoy cansada de los sacrificios. —Despues de esto, tendremos una isla solo para nosotros, e incluso más, así que piénsalo mejor. Los sacrificios se acabarán en exceso. —Eso espero, y espero más que hayas planeado esto con sumo cuidado. Te mataré si sale mal. —Tranquila tigresa, sé que está misión es la más peligrosa y arriesgada que hemos hecho en nuestra vida, o incluso la que jamás haya hecho slgui vivo, pero valdrá la pena. Salimos del hueco por nuestro esfuerzo ambicioso, no por las ganas de vivir, trabajar y morir—asintió un poco perdida, ya que lo gustaba recordar su pasado—. Te espero esta noche después de ir con Luis, para darte las cosas que necesitas para mañana. Confía en el plan, seremos ricos —sonrió, saliendo del auto de Dove, en un almacén grande donde estaba todo su equipo, antes de ella irse a seguir a Luis, para su cacería.
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