Al llegar a casa doña Eugenia gritó aterrada, no era para menos, yo parecía Carrie, la chica de la película de terror. -¿Qué te pasó?- -Tranquila doña Eugenia no es mi sangre, fue un niño que se rompió la cabeza y lo lleve al hospital.- -Pobre criatura.- -Me iré a duchar, tengo que ir a un evento, nos contrataron para hacer un mural. -Hija eso es una buena noticia, ve a bañarte mientras te preparo algo de comer.- -Gracias, podrías por favor también alistar mi maleta de diseño, sé que tengo todo regado.- -Si ve.- Me quite el vestido, no se imaginan el dolor que siento, al saber que debía tirarlo a la basura, era imposible que la sangre saliera. Tome una ducha rápida, me vestí y salí, Doña Eugenia tenía todo listo, ella sabía muy bien que necesitaba para trabajar, mi sándwich est

