Capítulo 6
Al llegar a la fiesta los recibía los padres de Jeffrey, los señores Strohs. ―Buenas noches, sean bienvenidos.
Al entrar ya era de rutina que, Catalina era abordada por los chicos, para apuntarse para poder bailar con ella, ya que, si no lo hacían, no tendrían ni una oportunidad, porque se le acababa el repertorio.
―Ya muchachos, en un momento los apunto, a ver a ti te daré el primer vals Jack, a ti el segundo Ben, a ti Marcos el tercero. ―Pero ella miraba a todos lados para ver si Jeffrey, le pedía al menos un vals, pero él estaba muy ocupado, hablando de negocios con varios hombres de la ciudad.
―La señora Bennett se acercó a Catalina. ― Deja uno o dos valses para el festejado, recuerda hija que se vería muy mal, que no bailaras con el festejado.
―Sí madre, lo siento muchachos, pero ya escucharon a mi madre. ― dijo haciéndole caso a lo que su madre le pidió, pero, aunque no lo hubiera hecho, ya tenía previsto que le obsequiara a Jeffrey todos los bailes que él quisiera.
―No importa con tal de bailar, aunque sea una pieza contigo, decía uno ―otro decía―. Yo te esperaré el tiempo que sea necesario, señorita Catalina, pero por favor solo no me deje fuera si, por favor.
Empezando el baile, como siempre Catalina, era una de las primeras en bailar un vals tras otro, sin dejar de mirar a Jeffrey que, ya que ya le había apartado más de dos valses, pero él seguía con los señores, platicando de inversiones.
Bianca permanecía sentada, después de tres valses, Jeffrey se acercó a Bianca, para invitarla a bailar, ella aceptó encantada, aunque no lo demostraba, ella gustaba de Jeffrey, solo que muy internamente sabía, que él no se fijaría en ella, estando a un lado su hermana. Catalina vio que Jeffrey invitó a su hermana a bailar, pero, no se lo tomó a mal, era su hermana así, que él fuera un caballero que, al verla sentada, era obvio que la iba a invitar a bailar.
Así siguió bailando, hasta que terminó el vals, ya cuando fue a dejar a Bianca a su asiento, Catalina, que había dejado un intermedio para descansar le dijo…
―Jeffrey tengo tres valses apartados para ti, solo espero que no me dejes esperando. ―comento arqueando una ceja, pero esa noche noto muy diferente a Jeffrey con ella, no sabía ¿Qué? Pero algo en él se veía diferente.
―Por supuesto que no muñequita, jamás haría eso…
Fueron a bailar y Catalina, se sentía en las nubes en los brazos de Jeffrey, de hecho, no quería que terminara el baile, estaba tan feliz, que esa noche no la olvidaría nunca. Al término del baile, igual la acompañó a su asiento, donde ya tenía un joven esperando su turno, casi ni se sentó cuando ya se había parado otra vez.
―Jeffrey invitó a Bianca a la terraza, ya que hacía un poco de calor dentro, Catalina por estar en el baile; ni se percató que su hermana, ni Jeffrey se encontraban en el salón.
Ya en la terraza…
―Dime Bianca ¿No te molesta que toda la atención sea hacia Catalina? ―pregunto Jeffrey, un poco azorado, al ver la fila de pretendientes que tenía Catalina.
―No, la verdad ya me acostumbré, ella siempre ha sido muy popular y no solo eso, sino que es más bonita. ―dijo con una media sonrisa, a pesar de eso Bianca jamás había sentido envidia por su hermana, ni se sentía desplazada por ella. Siempre había estado consciente de que Catalina, era mucho más bonita que ella, pero nunca sintió celos, al contrario, siempre hacía un chiste de eso.
―No digas eso Bianca, tu eres muy bella, la verdad demasiado hermosa. ― comentó Jeffrey, tomando una de sus manos y depositando un beso en su dorso.
―Jeffrey, vas hacer que me ruborice. ―dijo Bianca, pensando que solo hacía por cortesía.
―De verdad Bianca, tú eres preciosa, no me había atrevido a decírtelo antes, pero ahora este día, quiero decirte, que me gustas Bianca, siempre me has gustado y mucho.
―¿Qué Yo? ―pregunto, sin poder creer lo que escuchaba.
―Sí… Tu ¿Por qué te sorprende? ―pregunto, acercándose cada vez más a ella.
―Bueno siempre pensé que, era Catalina la que te gustaba ―dijo aun sin poder creer, todo lo que le decía Jeffrey, pensaba que solo estaba jugando.
―Te voy hacer sincero, si es muy bonita, solo que llama mucho la atención para mi gusto, yo soy celoso y no soportaría que mi novia sea el centro de atención, solo esperando como lobos para poder acercarse.
Yo necesito y quiero algo solo para mí, alguien que no tenga que estar pensando a qué hora la abordan para invitarla a bailar y tener que molerme a golpes, con todos los tipos que la miren. Bianca es por eso que me gustas, tu eres más reservada, sé que tu serias ideal para mí, eres la mujer que todo hombre desea para formar un hogar.
-Jeffrey, es que yo. ―contesto una Bianca titubeante.
Jeffrey se acercó a ella, mírame Bianca―dijo mirándola a los ojos―. Dime que me aceptas, para poder hablar con mis padres y no sé después hablar con los tuyos, para poder cortejar como es debido, si me dices que no, te dejaré en paz. ―hablo, muy tajante diciendo lo último.
―Sí, sí quiero, sí ―dijo muy segura de que lo hacía.
Jeffrey, se acercó para tomar su rostro y darle un beso en sus labios, tomándola de la cintura, para acercarla a él. ― Bianca, de verdad siento algo muy grande por ti.
―Yo igual Jeffrey, solo que te pido, no digas nada hasta que hables con mis padres, por favor, no quisiera que te retractes y pase por una vergüenza. ―dijo, bajando la cara un poco ruborizada.
― Jeffrey, le levanta la cara para mirarla a los ojos. ―Yo retractarme jamás, si había estado pensando en cómo decírtelo, sabes he pensado en hablar con mis padres mañana y ver si podemos hablar con los tuyos, lo más pronto que se pueda. Solo te pido, que por esta noche no bailes con nadie más… Si, porque me voy a poner muy celoso, si lo haces. ―Dice sin apartar la vista de sus ojos.
―Está bien, no bailare con nadie más ―hablo, aceptando todas las peticiones de Jeffrey.
Regresaron al salón donde estaba la algarabía, ya Catalina se había sentado porque estaba demasiado cansada de bailar. Cuando observo que Bianca, venía esquivando a la gente en lo que se sentaba en su lugar, para sentarse a lado de ella.
―Bianca ¿Y Jeffrey? ―pregunto Catalina, mirando a su alrededor por si lo veía―. No ha venido a reclamar, los otros valses que le aparte.
―Mmm creo que está con papá; están platicando de negocios, no creo que vuelva a bailar, ya que está muy concentrado en la plática y cuando papá lo atrapa, sabes bien que no lo suelta. ―dijo Bianca, con cierto rubor en sus mejillas con tan solo hablar de Jeffrey.
―Sí, tienes razón, pero esperare, sabe que le aparte tres valses y solo he bailado uno con él, acercándose otro joven para bailar con Catalina, pero recibiendo una negativa, al estar al lado Bianca, la invitó a bailar, pero igual se negó.
―Pero Bianca, hubieras ido a bailar, si tu casi ni bailas. ―dijo Catalina, asombrada de la negativa de su hermana.
―No, es que no tengo ganas. ― dijo muy segura.
―¡En verdad! ¿Te sientes mal? ―pregunto Catalina
―No, no es eso. ―dijo mirando disimuladamente a Jeffrey, que las miraba a la distancia, él solo le sonreía.
Ya cuando terminó la fiesta salieron despidiéndose, y una Bianca iba en una nube, que si le hablaban ni contestaba, como siempre Catalina, súper cansada de tanto bailar llegaron a su casa y subieron a sus habitaciones…
―¡Bianca, dime la verdad!―exclamo muy seria a su hermana―. ¿Por qué no quisiste bailar?
―Por nada Catalina, solo que no tuve ganas de bailar, no siempre tengo ánimos de bailar, además el joven que me invitó no me pareció buen mozo. ―explico, comenzando a quitar el buque de flores de su cabello, para comenzar a peinarlo.
―Mmm dime… A mí no me engañas, pasó algo y no me quieres contar. ―comenta Catalina, en lo que igual, comienza a sacar sus horquillas de su cabello, para hacer lo mismo que su hermana.
―¡No, no es nada! ―exclamo, acercándose a Catalina―. Anda te ayudo a quitar tu vestido, que es tarde y debemos dormir.
Bianca esa noche no pudo ni dormir, sabía que al siguiente día Jeffrey hablaría con sus padres, sobre ella y que después lo harían con los de ella, eso le emocionaba de sobremanera.
Al siguiente día, la casa estaba inundada de flores, eso era normal todos los jóvenes le mandan flores a Catalina, por haber aceptado bailar con ella, con la esperanza que de alguno le regrese una de sus cartas, para iniciar un cortejo. Catalina, estaba muy concentrada buscando entre todas las tarjetas y cartas, pero ninguna era de Jeffrey, solo revisaba cada uno de los ramos, pero nada.
Las flores de Bianca, fueron puestas en su habitación, ella se levantó muy temprano, previendo que Catalina las viera, así que, revisó las cartas y encontró una en especial, que era de Jeffrey, que corroboraba lo que le había dicho la noche anterior.
―¿Segura que no hay ningún arreglo del Joven Strohs?. ―pregunto a su sirvienta, que había recibido todos los ramos, que eran colocados en los jarrones de la casa, solo exceptuando uno que estaba en la habitación de Bianca.
―No señorita, todas las flores que han llegado las pusimos ahí… ―dijo guardando el secreto de Bianca.
―Mmm ¿Qué raro? Con lo caballeroso que es, se me hace raro que no haya enviado flores, por el baile que le obsequie. ―suspirando, pero mirando el reloj, viendo que aún era de mañana, quizás con lo desvelado que debió estar, quizás las mandaría después.
―Ya Bianca bajaba con una sonrisa, cuando vio un jarrón inmenso lleno de flores. ― ¿Estas flores quien te las envió? Están hermosas. ―pregunto, muy sonriente oliendo las flores.
―Ah ese, es de Jack Lamar, pero no le voy a contestar, no me interesa. ― dijo Catalina con arrogancia.
―¡Ay Catalina, de verdad cuando vas dejar que alguien te corteje, para que te cases! ―exclamo, como un regaño a Bianca para su hermana.
―Bueno, espero que este día llegue el arreglo floral, de la persona que espero y a ese, si le voy a contestar. ―comento Catalina muy sonriente.
Bianca solo subió los hombros y se fue al comedor a desayunar, pero ella ya había mandado contestación a su carta. ¿Cómo no hacerlo? Si ya para esa hora Bianca, se sentía completamente enamorada de Jeffrey.
Ese día Jeffrey, le comunicó a su padre que había abierto su corazón…
―Bueno padre, le quiero comunicar que ayer me declaré a Bianca Bennett, le pedí que fuera mi novia, le dije que hoy hablaría contigo e informarle a mi madre, para después poder ir hablar con sus padres. ―dijo hablando con su padre en su despacho, el cual quedaba asombrado con tal noticia, solo dejo todo lo que estaba haciendo, para asimilar la noticia.
―¿Qué?, ¿Estás seguro? ―digo ¡Catalina es más bonita! ¿Por qué Bianca? ―pregunto, al conocer la decisión de su hijo.
―Bueno papá, Catalina es más bonita. Sí, no lo niego y de entrada fue la que me gustó, pero el problema es que, para mi carácter, ella no es la indicada. ―dijo yendo hasta la licorera para tomar un vaso y servirse un whisky, ofreciéndole uno a su padre.
―No gracias hijo, así estoy bien ―comento, solo observando como su hijo, regresaba a tomar su asiento frente a su escritorio.
―Ella llama mucho la atención, cada vez que va a un baile, tiene una fila interminable de pretendientes, aparte de eso, yo estaría al borde del colapso, pensando que no podría alejarme ni un momento, ya que no va a faltar quien la asedie y yo soy celoso. ―dijo tomando su bebida de un solo trago.
―¡No soportaría que la miren como lo hacen! Tan solo ayer traía un escote que bueno, más de alguno dejaba embobado, eso a mí me mataría de celos y no solo eso, que ella es como un potro sin domar, no es sumisa, ni mucho menos una mujer a la cual se pueda moldear a mí. ―Negando con su cabeza―. ¡No! Su carácter es demasiado para mí.
―Te entiendo hijo, como hombre te entiendo, sé cuál es tu sentir, mira cuando yo era joven a mí me pasó lo mismo, yo estaba muy enamorado de Joselyn Break, pero al ser una joven demasiado hermosa, sentía miedo de que alguien llegara y solo se la llevara, sin más. ―Levantándose para mirar por su ventana al jardín, recordando cómo pasaron las cosas―. Mis temores se hicieron realidad, en un baile llegó Break, en un abrir y cerrar de ojos, solo se la llevó, cuando yo quise reaccionar… Ellos ya estaban comprometidos. ―Regresando la vista a su hijo.
―Ya a tu madre la comencé a cortejar después, pero era una joven más acorde a mí, no es que no haya sido bonita, al contrario, lo es porque aun lo sigue siendo, es solo que su carácter era como el mío. ―Posando su mano en su hombro―. Sobre todo, que era más dócil que Joselyn, porque vaya que le dio dolores de cabeza a Break, creo que aun a los años, la que manda en esa casa es ella.
―Sí, la verdad es que así, es y es por eso que me incliné más por Bianca, ella es más dócil, le dije que no quería que bailara con nadie más y así lo hizo, eso quiere decir que es la joven perfecta para mí. ―comento Jeffrey a su padre.
―Bueno hijo, si así ya lo decidiste, vamos a informarle a tu madre, para que pida una cita para hablar con los señores Bennett sobre su hija, para hacer un compromiso formal. ―hablo el Sr. Strohs, dándole un par de palmaditas en la espalda―. Bien hijo, hay que informarle a tu madre, anda vamos.
Cecilia Cariño, tu hijo quiere informarte algo…
―Claro hijo dime – dejando su bordado, para poner su debida atención.
―Bueno madre, quiero informarte que me he decido por una de las Bennett, de hecho, ya le hablé de mis sentimientos ayer en el baile y me aceptó, así que te pido que la aceptes. ―dijo Jeffrey mirando a su madre a los ojos.
―Bueno hijo, eso era de esperarse, ya que te he visto que estas muy cerca de esa casa, aunque puedo imaginar ¿Cuál de las dos es la elegida? ―dijo con una sonrisa―. Supongo que es Catalina, si esa muchacha es muy bonita y es acorde a nuestra familia.
―Cecilia, deja que nuestro hijo te lo diga. ―comento el Sr. Strohs a su esposa.
―No, mamá de hecho no es Catalina, es Bianca a la que elegí. ―dijo sentándose a su lado, para tomar su mano.
―Cecilia no podía creer lo que acababa de decir su hijo, así que trato de persuadirlo. ―Pero, hijo ¡Si Catalina, es muchísimo más bonita! La otra niña, digo no es que no lo sea, es solo que es más simple, la que luciría más es la otra niña ¡Hijo en verdad ya lo pensaste! ―exclamo un poco desilusionada.
―Sí mamá, digo no creas que no lo pensé, de hecho, lo pensé muchísimo, es solo que, bueno lo mejor para esta familia es Bianca, así lo he decidido, espero que tu aceptes y apoyes mi decisión. ―dijo Jeffrey, sobre sus sentimientos.
―Bueno pues si ya lo decidiste, hablare con Janes, para que nos dé una cita, para hablar con ellos lo antes posible, para hacer esto más formal. ―dijo, acariciando la mejilla de Jeffrey―. Hijo no creas que no me alegra, al contrario, la chica es de muy buena familia de hecho, me alegra que sea alguien conocida y no como tu hermano, que ni siquiera sé ¿Cómo es esa chica? Aquí puedo decir que es una excelente elección, aunque yo había puesto mis ojos en Catalina, pero bien, está bien. ―Dijo besando su mejilla.
―Gracias madre, padre nos vamos, quisiera comprar un regalo para Bianca, para cuando vayamos a hablar con sus padres. ―Levantándose para tomar su sombrero, para salir de la casa.
―Claro hijo vamos. ―sonriéndole a su mujer, que esta se quedaba muy pensativa.
Continuará…