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Feel my Heart

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Lee Lenan es un Alfa con personalidad de omega, la casta mas suave en el mundo, mientras que Elián, un omega varón, enseña las garras tanto como puede, con un carácter fuerte y poco entusiasta, similar a un Alfa.

Lenan esta enamorado de Elián, sin embargo teme lo que su casta dominante pueda hacerle si llegase a perder el control alguna vez. En cambio Elián, aunque desee disimularlo no puede evitar la realidad para siempre, porque para su animal interno, Lenan es su destino, al que desea reclamar con los colmillos de fuera, aunque todo lo que Lenan haga para protegerlo, solo termine lastimándolo. Quizás necesiten hablar, pero ninguno da el primer paso.

¿A caso son idiotas?

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Prólogo: Cuando nos conocimos.
Prólogo: Cuando nos conocimos... Al inicio del tiempo, las criaturas llenas de pelaje, garras y colmillos eran las dominantes, guiados por la especie más adecuada, con el tiempo la evolución comenzó a notarse, las cuatro patas ya no eran del todo necesarias, y sus peludos cuerpos fueron dejados de lado por suaves pieles. La especie comenzó a vivir en cuerpos más frágiles dejando su salvajismo extremo para convivir en sociedades, durmiendo por completo su bestia interior, sin embargo, esta prevalece y forma una importante parte de cada individuo, de ahí provienen las castas, los llamados rangos. En el mundo hay tres géneros y sus variantes: Alfa: La especie dominante, capaz de doblegar con feromonas o una simple voz llamada, “voz de mando” que somete a otras personas, dependiendo de que tan dominante sea esta y su misma casta. Poseen un celo alrededor de seis veces al año, y son incapaces de sobrellevarlo sin un compañero en el caso de los más adultos. Omega: Una especie muy valorada en el mundo, aunque la más débil según evaluaciones, su celo es cada ciclo lunar, y a menudo son sometidos involuntariamente. Son extremadamente fértiles, por lo que no importa si es hombre o mujer, pueden embarazarse. Betas: Son la casta más cercana a la b********d de todas, aunque irónicamente es la mas calmada de todas, los betas van más allá de ser solo simples humanos, poseen características fuertes que les hacen resaltar tanto en fuerza, como en desempeño, sin embargo, carecen de un verdadero emparejamiento, puesto que son incapaces de marcar a alguien como “suyo”   …       —Abuela, ¿de verdad existen las parejas hechas en el cielo? — Era una incógnita que el pequeño Lenan de ocho años cuestionaba con ilusión. Los cuentos relataban muchas de ellas, parejas que se conocieron en el algún momento del tiempo y que bailaban a los compas del mismo ritmo, encontrándose en cada vida, sin importar cómo ni cuándo. Estando juntas como lo que eran, almas enamoradas. —Claro que sí. —Ella sonrió hacia el niño — ¿Sabes?, una vez encontré a mi alma gemela. — Lenan amplio sorpresivamente los parpados, evidentemente curioso. —¿De verdad? — Su abuela asintió sentándolo en sus piernas. — ¿Qué paso con ella? —La mujer suspiro y pensó por un momento mientras acariciaba la castaña cabellera de su nieto. —Hace mucho tiempo regreso al cielo — Lenan frunció el ceño. —¿Y lo extrañas? — Ella hizo un sonido desde su garganta, no respondiendo de inmediato, quizá el tema era un poco complicado para un niño, pero confiaba en que Lenan fuese lo suficiente maduro para comprender algo de todo. —A veces… — Su mirada fue nostálgica, las luces tenues de la habitación acompañaron a sus ojos sonrientes. — Pero, ¿sabías? — De repente llamo su atención. — Cuando quieres mucho a alguien, vive en tu corazón para siempre. Asi que no lo extraño demasiado. Lenan entreabrió los labios y observo el anillo en la mano que sostenía su estómago. El silencio era agradable, daba espacio a los pensamientos que eran un mundo en cada persona, por lo que lo siguiente que Lenan dejo salir de sus gruesos labios no fue del todo una sorpresa para su abuela. —Cuando encuentre a mi pareja del cielo… quiero que sea como las estrellas… —¿Cómo las estrellas? — Cuestiono la mujer, a lo que Lenan asintió. — ¿Cómo que como las estrellas? ¿te refieres a que sea brillante? —El negó con la cabeza y su cabello se sacudió por el movimiento. —Quiero verla siempre que vea hacia el cielo. — Su abuela sonrió volviendo a acariciar las hebras color marrón. —Pero Lenan, las estrellas no siempre se ven cuando ves hacia arriba. — No deseo romper con el pequeño pensamiento del niño, sin embargo, tenia curiosidad por lo que respondería ante ello, asi que espero paciente. —Yo se… pero ella será como el cielo, asi que quiero ver estrellas siempre en sus ojos. — Respondió tímido, queriendo ocultar su vergüenza entre sus brazos. Eva sonrió acunándolo en su pecho, su pequeño niño era tan suave como la seda, conmovía su corazón de alfa que anhelaba proteger a una persona tan delicada como lo era Lenan. No le importaban los comentarios que las demas personas lanzaban sobre su nieto, Lenan era un alfa especial, uno con corazón de omega, tan dulce y cálido, capaz de transmitir calor a un alma fría. … El otoño siempre era frío y ventoso, las hojas llenaban las calles y suelos con colores cálidos, naranjas y rojizos como los atardeceres, teñían las mejillas de muchas personas con un suave rubor y el chocolate caliente siempre era una buena opción para tomar, quizás por eso Lenan de once años amaba tanto la mencionada estación.   El parque frente a su casa estaba lleno de personas conversando y de niños jugando por ahí, pero, aunque quería unirse a ellos, sus padres tenían otro tipo de planes para esa tarde: “¿No quieres ir a conocer a un niño de tu edad?, una amiga de mamá acaba de regresar a la ciudad” Eso había comentando su madre por la mañana. Lenan era tímido, y no salía de los mismos amigos de siempre, por lo que la idea no le pareció tan entretenida como a su madre, pese a ello, ahí estaba. Tenia la leve sospecha que sus padres, en especial su padre estaba preocupado, Lee JiHoon era un alfa de carácter dominante, por lo que Lenan también lo era, aunque no lo pareciera en absoluto. A los casi doce años muchos de sus compañeros y amigos de clase ya habían crecido lo suficiente para hacerse notar como verdaderos dominantes, todos ellos con un olor agresivo e imponente, en cambio el apenas pasaba el 1.30 y era mas blando que los malvaviscos del supermercado. Lenan sabia que aquello no era malo, el todavía tiene que crecer y desarrollarse, aunque un poco mas lento que otros. El verdadero problema venia cuando era confundido con un omega, y a veces era acosado por ello. Aquello no parecía agradarle del todo a su padre, mientras que a su madre le parecía un poco gracioso, y estaba bien, hasta que comenzaban a burlarse por cosas insignificantes, sus compañeros de vez en cuando lanzaban un par de comentarios despectivos que a veces si deñaban su pequeño ego como alfa, aunque la bestia continuaba dormida desde siempre. —Mamá — Llamo de pronto, su madre presto de inmediato atención a su rostro. Lee Jenna era una omega dominante con largos cabellos rojizos como el amanecer, y facciones tan delicadas como el algodón.  — ¿Desde hace cuando conoces a tu amiga? — Cuestiono sosteniendo la mano de su padre. Ella pareció pensarlo un poco. —La conozco desde el instituto… — Comenzó con una leve sonrisa. — Asi que ha pasado mucho tiempo. Se llama Olivia y es mi mejor amiga — Miro a su hijo con dulzura, también se podía ver cariño al hablar sobre la otra mujer. Jenna era muy cariñosa, usualmente abrazaba a Lenan cada que tenia oportunidad, besaba sus enormes cachetes e incluso había veces donde jugueteaba con la comida haciendo ademanes para que Lenan la consumiera, como si de un bebé se tratase, aunque últimamente la había visto llorar mucho. Hubo muchas veces en las que pensó que algo no estaba bien en casa, siendo la realidad muy diferente a lo que se imaginó, y es que no hace mucho desde que Lenan se entero de la espera de su nuevo hermano o hermana… y todo comenzó a embonar perfectamente en su mente. —¿Te conté que su hijo es un omega? — Pregunto inadvertidamente Jenna, a lo que Lenan la observo y negó levemente con la cabeza. —Jenna — Hablo JiHoon — Es de mala educación hablar sobre el género de una persona. — Comento con cansancio, su esposa era una especie de alma libre y una niña que parecía no temerle a nada, que muy a pesar de su edad, solía ser imprudente en muchas ocasiones.   —Me pregunto si será tan tierno como mi pequeño bebé — Ignoro la reprimiendo de su esposo y de pronto ella estaba frente a Lenan, pellizcando una de sus mejillas. — Aunque no eres para nada un omega, tu rostro es tan lindo y tienes corazón tan grande que… temo que te arrebaten de mis brazos — Ella frunció los labios y apachurro el cuerpo de su hijo, se escudó en su embarazo para justificar sus acciones, por lo que tanto JiHoon como Lenan solo la consolaron con cariño. Aunque quizá su comentario no era del todo errado. … Al llegar frente a la puerta de cierto hogar, Lenan comenzó a sentirse un poco cohibido, había visto la fachada de la casa muchas veces, puesto que estaba cruzando el parque frente a la suya, pero evidentemente nunca había entrado, además de poder sentir el olor de personas nuevas en el lugar. Jenna dio un par de toques a la puerta antes de tocar el timbre con una sonrisa boba antes sus acciones. Fueron segundos los que transcurrieron cuando la mencionada puerta fue abierta, Lenan se escondió de inmediato detrás de su papá y frente a la pequeña familia se paro una mujer de tes blanca, muy alta y con aretes circulares que llegaban casi hasta sus hombros al igual que su n***o cabello finamente corto. Ella sonrió y abrazo de inmediato a Jenna, sus ojos formaron arrugas en las orillas y sus encías eran visibles mientras continuaba con el afectuoso recibimiento. Ella saludo a su padre mientras su madre entraba a la casa, por ultimo la alta mujer, evidentemente alfa, acaricio su cabello exclamando un: “Que lindura” que hizo que sus mejillas adquirieran calor. Al entrar a la vivienda, lo primero que Lenan noto fueron varias cajas apiladas en una esquina, los muebles eran de color chocolate y la pintura de las paredes poseía naranja y café en tonos muy suaves. Olía a comida y aromatizante de lavanda. Había una gran ventana a un lado de la sala de estar y las cortinas eran blancas dejando ver los pequeños rayos del sol de la tarde, en comparación de afuera que hacía viento y frio, adentro estaba tibio. —…Mudarse no es fácil — Comento Olivia mientras se sentaba y todos los demas la imitaban. El sillón también era cómodo para Lenan. —Tuve que dejar varias cosas en la otra casa y comparar otras ¿pueden creer que se rompieron varios de mis cuadros? — Ella negó con la cabeza, parecía decepcionada. — Pero bueno, supongo que eso no se puede evitar. — Se relajo de repente. Ella era una persona un poco curiosa. —¿No reclamaste a la compañía de mudanza? — Pregunto Jenna, a lo que Olivia respondió con una mueca y negó con la cabeza mientras decía: “No valía tanto la pena”. —¿Cómo puedes ser asi siempre, Oliv? ¡Yo hubiera hecho un escándalo! — JiHoon se rio y asintió confirmando lo que su esposa decía. Lenan mientras tanto, se perdió todo sobre la siguiente platica que entablaron ellos, parecía curioso por el pasillo a su derecha, justo al final se alcanzaba a ver una puerta corrediza transparente, además de que, aparte de tener cajas por todos lados, había otras cosas ya puestas, un par de marcos con fotografías del mismo bebé. Su madre le había dicho que el hijo de Olivia era de su edad, pero… ¿quizá se confundió? —No tenia idea de cuanto había crecido Lenan — Tiro su curiosidad por las cosas del hogar hacia un lado cuando escucho su nombre por parte de Olivia. — Cuando era un bebé, él podía fácilmente caber en mi mano, ¿verdad? — Lenan estaba sentando al lado de su madre, y esta acaricio su cabello amorosamente ante el comentario de la otra mujer. —Mi pequeño bebé se sigue viendo tan chiquito como en ese entonces — Se rio Jenna, bromeando un poco sobre la complexión física de Lenan, aunque no era asi en absoluto. — Pero, ¿Dónde está tu hijo, Olivia? —Oh, mi pequeño cachorro —Se rio Olivia. — Le dije que se pusiera a armar su cama, pero creo que ya se tardo mucho. Deja lo llamo. — Ella se paro del mueble y se coloco frente a las escaleras de madera a pocos metros de la sala. — Elián, baja ya. — Repitió su nombre otro par de veces antes de escuchar otra voz diciendo “Ya voy” Lenan parpadeo, bueno, tal parecía que, si era una persona de su edad, un bebé no hablaría, ¿verdad? Paso poco menos de un minuto cuando resonaron pasos por la escalera, era el sonido de pisadas suaves, por lo que su atención se centro en la persona que entro a continuación. En ese momento, algo extraño comenzó a tomar poder de su cuerpo, era una sensación hormigueante, como si de electricidad se tratase, era tan raro que le sorprendió, por lo que se sacudió, sin embargo, aquello no era nada en comparación a lo siguiente que sucedió. Sus manos temblaron y cuando sus ojos color caoba se encontraron con los negruzcos del otro individuo, pudo sentir un golpe en el estómago. No era doloroso, era ese tipo de sensación poco usual que no te desagrada en absoluto, como un dolor agradable, no importaba que tan incoherente sonase eso. El chico podía ser unos diez centímetros mas alto que el, su cabello era tan n***o como la noche y su piel tan blanca como la luna, el vio sus ojos, y deseo ver estrellas en ellos. Tunk Tunk Tunk Asi sonó su pulso, sus oídos percibieron un silbido, como cuando hay ausencia del sonido, y el oído queda en un limbo por un par de segundos. Estaba seguro que el otro podía escuchar sus latidos, y también percibía lo que sentía. ¿Estaré siendo raro? Se avergonzó de inmediato ante la posibilidad de estar haciendo el ridículo. —Este es mi cachorro — Olivia tomo el mentón del chico y lo sacudió haciendo que sus labios se fruncieran y el otro se quejase. —¿No es también muy adorable? — Lenan asintió, aunque nadie le vio. —¿Tu eres Elián? — Jenna cuestiono sonriente. — Oh, por la diosa. ¡Pero si eres igualito a tu madre de joven! — Lenan observo a Olivia y a Elián un par de veces. Era evidente el parecido, pero Elián no podía dejar de ver diferencias entre ellos, estaba pensando demasiado sobre ello, y también era muy consciente del otro, por lo que cuando Elian ladeo la cabeza hacia él, no pudo hacer otra cosa mas que sonreír incomodo y apartar la vista. —¿Qué pasa Lenan? — Su madre intento llamar su atención, pero no consiguió mas que una sacudida de cabeza por parte de él. — ¿No vas a saludar a Elián? — Al ver la renuencia del niño antes ello, Jenna sonrió y no lo obligo mas a ello. — Lo siento, es muy tímido con otros alfas… — Lenan se sintió mucho más avergonzando por ello. Olivia se rio y frunció el ceño divertida por el comentario de Jenna. — No te preocupes, Elián tampoco es un gran hablador — El mencionado rodeo los ojos ante lo dicho. — ¿Verdad cachorro? —No me digas asi… — Se quejo suavemente, por lo que Jenna rio. Mientras tanto, JiHoon intentaba captar la atención de un muy cohibido Lenan, pareciéndole extraña la actitud que de repente había tomado su hijo. —De igual forma, no pasa nada — Comenzó diciendo Oliva. — Aunque no lo parezca, mi pequeño demonio es un dulce omega. — Lenan escucho lo antes dicho, pero no se sorprendió tanto como debería. Jenna si lo hizo, pero justo antes de que dijese algo, la puerta de la entrada de abrió, dejando ver entonces a un hombre de baja estatura, por lo que las miradas fueron hacia él, quien saludo amistosamente… bueno, tal parecía que el matrimonio era muy amistoso. —Pensé que tardarías más — Olivia le saludo con un beso en la mejilla. El negó con la cabeza y comento un poco mas hasta que de repente: —Se quedarán a cenar, ¿verdad? — De repente menciono el hombre, y todos estuvieron de acuerdo con ello. — Planeaba estrenar la parrilla… — Parecía pensativo sobre ello. —Oh, me parece perfecto, hay un montón de carne en refrigerador. — Agrego la única alfa de la habitación. —¿Qué les parece una mano? Soy muy bueno con las parrilladas — Se ofreció su padre, por lo que todos estuvieron riendo y comentando sobre ello. De repente se habían puesto de pie, listos para una parrillada en el patio, sin embargo, Lenan no tenía nada de hambre justo en ese momento, y el hoyo en su estomago solo se hizo un poco mas grande cuando le señalaron el quedarse en la sala mientras ellos hacían la cena. Su pulso se aceleró, y su padre le dijo que hablarían cuando llegasen a casa… No tenia ganas de hablar sobre algo que ni el mismo entiende. Se quedo solo en la sala de estar, con la esperanza que el único hijo de la familia propietaria se hubiese ido, pero cuando regreso sus ojos hacia el otro sillón, el estaba ahí, mirando con intensidad, aparto los ojos y entonces se preparo para romper el hielo, aunque aquello no fue necesario. —¿Te gustan los videojuegos? — La voz dirigida hacia él, era grave y calmada, como si acabase de despertar de un buen y largo sueño. Observo hacia él, y entonces ambos conectaron miradas por tercera vez en la tarde. Elián le sonrió y Lenan asintió casi ido… sus encías eran rojizas y le gustaba como su rostro se veía cuando las dejaba al descubierto, eso era… ¿extraño?, por un momento ignoro ese pensamiento. —Bueno, déjame ir por mi consola — Elián abandono el sillón para ir a paso lento por lo mencionado, paso poco tiempo antes de que regresara, y entonces conectara todo lo necesario para comenzar a jugar, pero Lenan continuaba tímido y distante a todo. Escucho un suspiro cuando el otro sujeto se sentó a su lado, sintió como era tocado en el hombro y entonces un “ey, ey” comenzó a salir de los labios del pálido chico, hasta que el menor tomo coraje y enfrento con todo el rubor en su rostro al otro. —No me tengas miedo, aunque no lo parezca… soy un omega — Se rio, por favor no te rías… — Te llamas Lenan, ¿verdad? — No espero una respuesta asi que continuo. — Bueno, yo me llamo Elián, y puedo saberlo sin siquiera mirar que eres un alfa, asi que esto es… ¿raro? — Volvió a reírse. — Tu eres muy tierno y yo tengo una mala cara, somos raros juntos, asi que, no seas tímido, ¿sí? Elian extendió un mando hacia Lenan y sonrió de nuevo. Ese había sido el primer encuentro de ambos, sin imaginar lo que se vendría un par de años después…

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