Un viaje inesperado

Capítulo 3

Alizeé llamó a su única amiga Mandy, había tenido la fortuna de conocer a la mujer en la universidad, al principio era una competencia sobre quién era mejor en los cursos, la rivalidad llegó a su fin cuando tuvieron que hacer un trabajo en equipo y se dieron cuenta que tenían mucho en común, ahora esa chica morena era su mejor amiga.

Al llegar al apartamento de Mandy, casi sintió estar en casa, la morena se había convertido en su refugio y sabía todo lo que le pasaba.

–¿Cómo te fue en la fiesta?

–Un desastre –suspiró –. El imbécil de Burke quiso drogarme, seguro lo hace con las mujeres que lleva, ya se han dado unos rumores.

–¡Santo cielo! ¿Y cómo le hiciste para darte cuenta?

–Insistió en servir el trago, tuve que tomarlo y fui a desecharlo al baño, pero fue inútil, me hizo efecto muy rápido –se llevó las manos a la cabeza intentando recordar cómo había terminado en la casa de Eliot, pero todo era inútil.

–¡¿Te hizo algo?!

–No –contestó –. Te acuerdas de la firma Anderson, la que pasó a tener otros socios mayoritarios.

–La del imbécil ese que te trato mal –recordó Mandy –. No me digas que estaba en la fiesta.

–No, era otro abogado Eliot Brander –mencionó –. Él me encontró cerca de la inconsciencia y me sacó de ahí, el problema es que ahora papá está furioso porque arruine las cosas con el señor Burke.

–Pero tenías que decirle lo que pasó.

–Eso no sirve de nada, Mandy –aseguró –. A papá no le importa eso y ya he cometido muchos errores, no puedo hacerlo otra vez, últimamente eso es lo único que hago, cometer error tras error, mi vida se arruinó desde… Bueno tu sabes.

–Eso tampoco fue tu culpa y la verdad no entiendo por qué sigues con tu padre, deberías irte a otro país.

–La misma razón por la que tú sigues obedeciendo a tus padres –le señaló Alizeé –. Si me voy, me va a buscar hasta encontrarme, sabes lo que me ha hecho –se sinceró –. Gané un poco de tiempo porque le dije que el abogado Brander se había interesado en nuestra empresa.

–¿Y supongo que eso no es cierto?

Alizeé negó con un movimiento de cabeza.

–Pero puedes intentar acercarte a ese abogado, háblale y tal vez puedas convencerlo.

–No creo que funcione, ese hombre es diferente.

–¿Cómo?

–No lo sé –contestó al recordar las pocas veces que había tenido un encuentro con él –. Es reservado… callado… solo.

–¿Solo?

–Si, solo –afirmó –. Y toma té en lugar de café.

Mandy empezó a reír cuando escuchó la última frase de su amiga.

–¿Te estás escuchando? –le cuestionó –. No tiene nada de malo tomar té y si sabes tanto de él es porque han convivido al menos un par de veces, si sabes bien eso, deberías buscar la forma de hablar con él y pedirle que te ayude.

–¡¿Cómo?! ¿Cómo me puede ayudar?

–En el mejor de los casos que se case contigo.

–Nadie se va a querer casar conmigo, Mandy.

–No digas eso, tu eres bonita, inteligente y rica, muchos hombres quieren casarse contigo –aseguró –. Hasta podrías escoger.

–De los que papá me presenta, si sería fabuloso casarme con uno de ellos –rodé los ojos.

Todos eran viejos o estaban mal de la cabeza.

–Entonces que al menos ese tal… Brander.

–Eliot Brander –le recordé.

–Si, que te ayude a conseguir ese trato que tu papá tanto quiere.

–Con las tonterías que hice anoche, seguro ya no me quiere volver a ver en la vida –expliqué –. Además, en esa firma ya no creo que sea bienvenida.

–¿Por qué? –dudó Mandy.

–Por ese estúpido de Robert, seguro cree que estoy obsesionada de él o algo ridículo.

–Pero ese no es el único lugar en donde puedes encontrar a Eliot Brander, ¿O si? –sonrió –. Tienes la dirección de su apartamento o puedes buscarlo en algún lugar.

Alizeé recordó que aún tenía la ropa de Eliot en su poder, tenía una razón para volver verlo, sin embargo, no estaba segura de cuánto tiempo debía esperar para no parecer una acosadora o alguien interesada, además llegar a su apartamento solo para devolver una ropa sería demasiado, tendría que encontrarse con él de alguna forma inesperada. Aunque Alizeé estaba buscando la forma de encontrarse con Eliot, ella aún no sabía que él había empezado a interesarse en ella.