Estelle suele ponerse colorado. Quizás en América sea difícil encontrar una pareja después de ser viuda, pero en América, nadie la conocía y ese hombre parecía tener buenas intenciones con ella, aunque era muy arriesgada. No obstante, algo sospechosos, ya que al parecer la descubrió de sus mentiras con solamente verla. —¿Mi amiga no podrá quedarse también? —preguntó por la joven—Ella ni siquiera conoce a las personas con las que se quedará. —Lastimosamente, la recámara que dispondré para usted es la última de la casa, y es bastante chica como para que dos personas se acomoden, pero si gusta… —No será necesario —expreso Claudine— Yo he quedado con esa señora, pero Estelle no tiene lugar, íbamos a abusar de la hospitalidad de la persona con la que yo llegaré. Creo que debes aceptar. —Que

