NARRA KAI SPENCER Tiro la puerta de la nueva oficina en la que me he instalado y el portazo retumba entre estas cuatro paredes. No estoy furioso, sino frustrado. Frustrado, porque la estoy perdiendo y todo es mi entera culpa. Soy un reverendo imbécil que ha sacado ese lado hijo de puta que hiere a las personas. La he tratado tan mal, como si ella lo mereciera, he sido una mierda que la ha tratado como si ella fuera basura o una de las tantas mujeres con las que me he revolcado, y no la mujer que amo y a la que le juré tantas cosas que con mi actitud he tirado al carajo. Y, lo que más me duele, es que sé que no me lo va a perdonar jamás y me lo voy a merecer... Con condecoración y estrellita al mérito. Me acerco al escritorio, agarro mi teléfono móvil, busco su número entre mis contac

