+BIANCA+ Desde que salió el sol, me levanté. Me puse la bata y salí de la habitación, aunque mi cuerpo pedía unas horas más de sueño. No dormí casi nada anoche. Me acosté tardísimo poniéndome al día con Valentina. Y, de paso, le presenté a mi amiga Alicia. Entre las tres, armamos una de esas noches de confesiones que solo salen cuando la luna está alta, el vino corre libre y ninguna tiene prisa por dormirse. Pasamos hablando toda la noche. De todo. Locuras, anécdotas de nuestras relaciones, de cómo nos está yendo en la vida, de lo que soñamos, de los momentos incómodos… Y por supuesto, no podía faltar ese tema: lo que Valentina había visto con sus propios ojos. Sí, sí… la escena de Damián y Rosalía en modo folladera intensiva, como lo llamó Alicia entre carcajadas. Valentina, al princ

