¡Espero que no te arrepientas!

1143 Words

Llegamos de nuevo a la mesa como si nada hubiese pasado, aunque, en mi interior, el huracán seguía girando. Bianca y Charlotte también se acomodaron en sus lugares. Me acomodé junto a Damián, sentándome con una calma que claramente era fingida. Fingida, pero creíble. Nadie dijo nada incómodo, como si todos hubiesen acordado tácitamente dejar los trapos sucios colgados detrás del baño. Comenzamos a comer. Al principio, todo fue con esa falsa tranquilidad que uno solo puede encontrar en reuniones donde todos tienen secretos. Risas contenidas, cuchillos cortando suave la carne, brindis forzados y miradas cruzadas de esas que valen más que mil palabras. A mí me temblaban las manos, pero no de miedo. No. De adrenalina. Damián no me soltaba la pierna bajo la mesa. Como si ese toque constante f

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD