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¿ Le Llamaremos Amor ?

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Blurb

Libro 2 Bilogia -Llamando el Amor-

Sus ojos eran cielo fusionado con el azul del mar, podías perderte, podías sentir paz, era tan extraño, esa era la sensación que te daba, pero él no lo demostraba.

El tiempo pasa y el sentir sigue intacto, mucho tiempo ha pasado y juro que aun te extraño, aún tenemos muchas cosas pendientes, como un café, una charla y estas ganas de sentir. ¿Por qué no vienes y discutimos las ganas de querer estar y permanecer?

Ven y llamemos amor a esto que tu sientes y yo no he dejado de sentir.

Segundo Libro de la Bilogía -Llamando el Amor-

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Capítulo 1
Mientras escucho una melodía a través de mis audífonos, tengo la vista por todas las hermosas calles de esta ciudad, ya el sol se está ocultando y en tan solo minutos la noche estará aquí. Continuo escuchando música, me siento feliz de que Cameron me obsequio este viaje, antes de comenzar la universidad nuevamente, definitivamente merecía un descanso, por suerte mi centro de adopción canina está en buenas manos. Asombrada y enamorada de todo lo que observo, abro la ventanilla del taxi, veo la torre a la cual de tan solo mirarla te enamoras. Sacando mi cámara fotográfica que recién estreno y que fue obsequio de Christian, mi padre adoptivo, le doy par de capturas a la hermosa torre Eiffel. –Creo que desde la habitación del hotel tendrá mejor vista señorita... –el taxista me habla, por suerte y gracias a los cielos sabe español, un tanto extraño, pero se defiende. – ¿Por qué lo dice? –Por la dirección que me dio y a la cual estamos por llegar, se hospedara en el mejor hotel de la capital señorita... –toda feliz asiento. Al pasar de los minutos nos estacionamos frente a un peculiar y precioso hotel, el cual por fuera se ve antiguo, pero le da un aire mágico al lugar. Saliendo del taxi el señor me ayuda con mi equipaje y le pago, un trabajador del hotel se acerca hasta mí, hablándome en francés quedo totalmente muda, sonríe y vuelve hablarme, pero esta vez en inglés, eso sí lo entiendo más. – Welcome to the capital of France, I'll take you to reception … –asiento y tomamos camino dentro del hotel. –This is so, beautiful –me mira por encima del hombro y sonríe. El suelo alfombrado, las paredes de un color pastel y el resaltante del color dorado, el chico se abre paso y sonriendo paso a su lado. Ya frente a la recepcionista quien sonriente me recibe y el cual su español es muy fluido, le doy mis datos. Me entrega mi tarjeta de la habitación y sin más, tomo camino junto al muchacho que me recibió. Esperamos un minuto para que las puertas del ascensor se abran, las personas comienzan a salir y mantengo la mirada perdida por todo el lugar. Es realmente asombroso el lugar donde Cameron reservo para mí, esto se lo debo agradecer de por vida. Enfoco mí vista al frente y en solo un segundo un joven choca contra mi hombro, me pide una disculpa y continúa su rumbo, volteo a verle. Espalda ancha, cabello algo rubio y un extraño aroma a menta y chocolate. Me quedo embelesada viendo por donde toma camino y la voz del trabajador me hace espabilar, llevo la mirada al frente y asiento. Subimos al ascensor y en segundos estamos en el tercer piso. Estoy ansiosa por ya dejar el equipaje en mi habitación y salir a conocer, el trabajador del hotel abre la puerta de mi habitación, me deja entrar de primero y me asombro al ver la habitación. Una cama matrimonial como la de una princesa o alguien de la realeza está en el centro de la habitación, tiene una tela fina colgando y que al momento de irte a dormir puedes tener cierta privacidad. –Perfecta, para azotar a alguien… –rio un poco. – ¿Excuse me miss? ¿What did you say? –salto del susto y recuerdo que no estoy sola en la habitación, niego y le sonrió. –Oh, nothing, thank you so much, here is your tip... –le doy su propina y sonriendo se retira. Al estar sola en mi habitación comienzo a dar saltitos de la emoción, como una niña pequeña corro por todo el lugar, veo el baño, el pequeño armario y en cuanto mis ojos ven unas cortinas danzando por la brisa salgo para encontrarme con un maravilloso balcón, mis ojos salen del asombro, el señor del taxi sí que tenía razón. Tengo la mejor vista de todas, la torre Eiffel es como si estuviera al alcance de mi mano, al bajar la vista veo las calles con coches y personas caminando en las aceras, los arboles verdes, tomo un suspiro y me lleno de este maravilloso aroma. –Oh la la, prepárate Paris ¡Por que llego la más cool de todas! –alzo mis brazos y sonrio. _ Después de haber ordenado un poco mis cosas por un rato, decidí ir a tomar una ducha, un buen baño en la tina y con un montón de espuma mientras jugaba, –debo madurar un poco la verdad–, Cameron no espero en comunicarse conmigo, sonreía por video llamada cuando le mostraba todo el lugar, sabe lo que me gusta, sabe que ha sido el mejor regalo de todos. Luego hablé con Nora y Christian, como todos los padres me pidieron que me cuidara, que no llegara tarde al hotel y un montón de cosas más, pero sobre todo me dijeron que disfrutara de mis vacaciones, y eso claramente es lo que hare. En mi bolso llevo, mi móvil, audífonos, dinero y sobre todo la cámara que Christian me obsequio, debo tomar muchas fotos, debo hacerlo, debo llevarme el mejor de los recuerdos y esos quedaran plasmados en las fotografías que haré. Al llegar nuevamente a recepción le dejo la tarjeta de mi habitación a la chica, ella muy amable me entrega un folleto donde me indica los lugares más visitados de la capital. Agradeciéndole tomo nuevamente camino a las afueras, pero cuando estoy por dar un paso más y salir, comienzo a ver por todo el lugar, sentí la extraña sensación de que alguien me miraba, pero al notar que nadie tiene su mirada enfocada en mí, de inmediato salgo del lugar. Coloco mis lentes de sol y comienzo con todo mi recorrido, no me creerían si les digo que hasta a una hoja seca sobre el suelo le he tomado fotos, pero si, esa es una de las fotos que he tomado y cuando la suba en f******k colocare: Una hoja sobre el suelo de Francia, bonito y original título. En la lejanía escucho mi móvil sonar, rápidamente me detengo y lo busco en mi desastre de cartera doy con este y sonrió al ver el nombre reflejado en la pantalla, de inmediato contesto. – ¿Si? –Dime que ya te has cruzado con un sexy francés o si quiera otro extranjero –sonrio, y al voltear para mi buena suerte estoy frente a una cafetería muy vintage, muy a mi estilo. –Te envidio, cuanto hubiera deseado ir contigo –entro al lugar. –Jema, no tengo ni siquiera doce horas en Francia, en algún momento se me atravesará uno, y te juro que te contare, ¿Ok? –observo el local, es precioso. –Es lamentable que no pudieras venir conmigo, Cameron estaba tan ilusionado con este viaje para ambas. –Oh joder, lo sé, le he llamado y le pedí disculpas, pero ya sabes comprende, sé que le gusta que estemos juntas y tengamos un momento para ambas, pero esta jodida universidad acabara con mi poco estabilidad emocional, lo siento ojos de moco... –rio a carcajadas y paso a pedirme un café y unos bocadillos. –No me digas así chocolate extra n***o, eres la peor. –Te quiero ojos de catarro... –no puedo evitar reír con las cosas que Jema me dice, todos me miran confundidos. –Estoy siendo el puto centro de atención de estos franceses, no me hagas reír tanto –la risa del otro lado de la línea. –Yo también te quiero carbón quemado. Jema grita de la risa y yo no hago nada más que hacer lo mismo, parezco una foca con respecto a mis carcajadas. Continuamos la llamada, mi café y mis bocadillos están delante de mí y realmente es como si estuviera teniendo una agradable salida con Jema en este preciso momento. Este viaje iba hacer para ambas, Cameron siempre hace todo lo posible por que ambas estemos juntas, porque no perdamos el contacto, ella es mi única amiga, éramos inseparables en el centro de adopción, luego fuimos separadas pero, por suerte ambas familias son grandes amigos y pues intentamos el siempre vernos. Pero al ser de diferentes países todo es diferente en todos los aspectos, cuando yo tengo vacaciones de la universidad Jema está comenzando su nuevo semestre, así que siempre nuestras visitas son en navidad o en verano. Después de tener una larga charla por el móvil con Jema nos despedimos, no sin antes escucharla decir que necesitaba besar a un francés antes de volver a casa. Me hizo reír, realmente tengo la amiga más graciosa de todas, pero joder, como le amo. Después de cancelar la cuenta por lo que consumí en la cafetería seguí mi rumbo, era hoy o nunca, pero debía estar frente a la Torre Eiffel a como dé lugar. A unas cuantas calles más esta dicha torre, me llena de felicidad el caminar por estas calles, me causa un poco de envidia, pero de la buena a todas esas parejas que caminan por todo el lugar sin duda, esta es la ciudad del amor. En cuanto mis ojos contemplan la maravillosa torre no puedo sentirme más feliz de lo que me siento, no tardo y comienzo a tomar una foto tras otra. Con mi móvil, con mi cámara profesional, con todo lo que tenga cámara, me dejo caer sobre el pasto y al buscar mis audífonos en mi bolso lo conecto a mi móvil, coloco alguna música buena de mi reproductor y contemplo todo mi alrededor. Una sonrisa de boca cerrada, mi corazón bombeando una emoción indescriptible, me dejo caer de espalda y veo como el cielo está comenzando a tornarse un poco oscuro, cierro mis ojos y no hago nada más que dejarme llevar por la brisa y la música sonando en mis audífonos. Million Years Ago de Adele comienza a sonar y yo no puedo evitar sentirme un poco, solo un poco triste. Todo se arremolina en mi mente y en mi corazón, una punzada de dolor apretuja mi pecho y una lágrima corre a mi lado derecho de la cara. A veces quisiera me da esa curiosidad de saber quiénes son parte de mi pasado, y quisiera saber por qué fui yo la abandonada. Nora y Christian siempre se han ofrecido en ayudarme a investigar todo acerca de mi pasado, de la que llego hacer mi madre, de quien quizás fue mi padre y si aún tengo parientes con vida, pero al ver a mis padres adoptivos me arrepiento. Me arrepiento porque ellos han dado tanto por mí, me arrepiento porque no quiero otros hermanos, no quiero otros padres, no quiero otra familia que no sean ellos, si ellos fueron puesto en mi camino, en mi andar, fue por algo, aunque fue algo tarde, igual me siento feliz a su lado. Vuelvo a sentarme y con la noche abriéndose paso sobre nosotros, sonrió al ver la torre iluminada, se ve aún más hermosa, le tomo otras fotos más y guardando mis cosas nuevamente vuelvo al hotel. Quisiera descansar, quisiera darle a mi cuerpo lo que necesita, comida y cama, vuelvo nuevamente, por suerte tengo buena memoria para las calles y no estoy muy lejos que digamos. . En cuanto llegue pase por mi tarjeta y subí a mi habitación, al entrar me despojo de toda mi ropa, me coloco algo más cómodo y dejo mis cosas en la mesita de noche al lado de mi cama, le marco a la chica de recepción y le pido la cena. Tomo camino al balcón y tomo asiento en el sillón que está en el lugar, encogida por el jodido frio que hace, me recuesto por un largo rato. Un montón de cosas se pasean por mi mente, es de esos momentos donde quieres tener un momento de paz, pero la mente siempre te traiciona. Comienza a enviar un montón de teorías, esas que se vuelven muy realista, en mi mente ahorita se pasea una pregunta estúpida. ¿Cuándo podre tener a alguien a quien amar? Y es que la verdad es una pregunta estúpida, aun soy joven, estudiante, con un buen emprendimiento y trabajo fijo. Obtengo mis cosas por mérito propio y tengo una familia maravillosa, pero entonces ocurre, pasa que quieres compartir con alguien especial los logros, deseas la vida con alguien, tenerle presente, querer, anhelar, amar. Y termino por espabilar y negar todo eso que pienso, escucho dos toques a mi puerta y mi estómago con un simple gruñido sabe que la comida ha llegado. En cuanto veo la cena que me han traído no puedo negar el hecho de que se ve muy delicioso, le agradezco al chico que la trajo y tomando camino nuevamente al balcón me dispongo a comer. Disfruto de la brisa y los sonidos, las luces de las calles y las personas que caminan sin un destino fijo. A veces así deberíamos de sentir la vida, ir sin rumbo fijo, simplemente dejar que todo ocurra por algo o por alguien, vivir y disfrutar a plenitud, no quedarte estancado en el ¿Qué hubiera pasado si...? Simplemente aventurarte y continuar. –Buen provecho... –me sobresalto en mi lugar y veo a todos lados, enfoco la mirada al voltear detrás de mí. –Que disfrutes tu cena. –Yo... –le miro un tanto perpleja, espabilo. –Gracias. –De nada –y me doy cuenta que es un chico de España por su acento. –Feliz noche. –Y para ti. El rubio que estaba en el balcón a una distancia considerable del mío, se adentra a su habitación y la luz es apagada. Vuelvo la vista al frente y luego a la comida, me doy un bocado más y una corta sonrisa se forma en mis labios. _ No sé cuánto tiempo pasó, solo sé que el frio hizo que me despertara exaltada y con un trozo de tostada en mi mano derecha, -ni siquiera dormida dejo ir la comida-. Al levantarme me estiro con pesadez y vuelvo a la habitación, observo el reloj en mi mesita de noche y ya es más de media noche, me recuesto en mi cama, con la intención de conciliar nuevamente el sueño, pero se esfumo. Dispuesta a salir de mi habitación busco algo cómodo, pero que no me haga ver como una loca de los pasillos, un suéter tejido y el jeans que utilice por la tarde, recojo mi cabello en una cebolla alta y tomando mi móvil salgo del lugar. Presiono el botón del ascensor y en solo segundos estoy nuevamente en recepción, comienzo a caminar por el lugar viendo todo lo que tienen. Veo algunas personas salir de quizás un salón, entre risas pasan junto a mí y continúan su rumbo, por curiosidad camino hasta allí, al pasar el umbral me doy cuenta de que es el bar del hotel. No hay muchas personas así que considerare que no soy la única con insomnio en este lugar. Tomo asiento en una mesa algo retirada y le pido a un señor canoso un cóctel sin alcohol, solo quiero pasar el rato mientras el sueño vuelva a mí. Tomo mi móvil y comienzo a revisar mis r************* en eso me la paso por unos largos minutos. El cóctel de fresa esta frente a mí y le agradezco al señor, al seguirlo con la mirada y verlo caminar a la barra mi corazón se salta un latido en cuanto lo veo. Es él, el joven alto fornido quien choco conmigo al salir del ascensor y quien me deseo un buen provecho en el balcón. El rubio con olor a menta y chocolate, tomo un sorbo de mi cóctel, pero sin apartar mi mirada de él, lo veo pedir otro trago, quizás whisky, quizás ron con hielo, que se yo. En cuanto su trago es nuevamente entregado con una sonrisa de boca cerrada y asentimiento agradece. Mantiene su mirada al frente y toma un sorbo, apoya sus codos sobre la barra y lleva sus manos a la cabeza y en esa posición se queda por un largo rato. Vuelvo la mirada al móvil y continuo con lo mío, pero de pronto tengo la necesidad de volver a ver y cuando lo hago mi corazón se apretuja y un nudo se forma en mi garganta. Las lágrimas corren sin más por sus mejillas, sus hombros tiemblan sus manos intentan secar sus mejillas mojadas, pero las lágrimas no dejan de descender una tras otra. Tomo un largo suspiro, intentando alejar la tristeza que de pronto me abrazo, que de pronto me invadió todo el cuerpo. – ¿Qué te ocurre rubiete? –susurro. – ¿Por qué tan triste? Al terminar mi cóctel le agradecí nuevamente al señor canoso, sonriente se despide y tomo nuevamente camino a mi habitación. Me detengo delante del ascensor y al subir la mirada veo que tardara en bajar, estaba en el último piso y apenas está bajando, entrelazo mis dedos delante y dejo salir un suspiro. En cuanto escucho el sonido del ascensor espero que las puertas se abran, una pareja sale y sonriente me miran, les devuelvo el gesto y entro. Presiono el botón pero en cuanto las puertas están por cerrarse una mano lo detiene, enfoco la mirada al frente y mi corazón se acelera como loco. ¿Qué diablos me pasa? ¿Por qué te pones así Pia? El rubio está frente a mí, bueno a decir verdad, de espalda, en cuanto entro simplemente se colocó delante de mí dándome la espalda. Cierro mis ojos por unos segundos e inhalo su aroma, parezco una loca, ¿Qué me pasa? Me acomodo en mi lugar y me mantengo rígida. En cuanto llegamos al piso donde ambos estamos las puertas se abren y paso a su lado. –Feliz noche nuevamente... –susurra y en cuanto volteo para verle, sus azules me miran, una sonrisa carente de felicidad en sus labios. – ¿No bajaras? –cierro con fuerza mis ojos, los abro y miro fijo. –Disculpa mi imprudencia, feliz noche... –y las puertas se cierran. Me quedo de pie pérdida en mis pensamientos, reprendiéndome por mi imprudencia, pero es que la verdad, es el hombre más hermoso que habían visto mis ojos. En cuanto voltee pude detallarlo, sus ojos eran solo un poco rasgados, de un color azul cielo –muy bonitos-, su cabello es de un rubio algo oscuro, sus labios voluptuosos y nariz respingada. Pero debo volver al ahora, al presente, espabilo y tomo camino a mi habitación, entro y entre bostezos no hago nada más que ver mi cama y lanzarme sobre ella. Tomando mi almohada la abrazo, la habitación con una luz tenue por las lámparas encendidas a los costados de la cama, mi mirada fija al reloj de la mesita y el sueño abarcándome completamente. … Al despertar no hago otra cosa que tomar una ducha, pedir mi desayuno y quedarme en la habitación viendo algo en la tv, no tengo muchas ganas de salir esta mañana, prefiero hacerlo por la tarde. En cuanto uno de los trabajadores llego con mi desayuno me dispuse a comer todo en el balcón, si, con la esperanza de ver a mi vecino de hotel, pero nada, no apareció. Llevando un trozo de tostada con mermelada de arándano quedo a medio masticar, aunque estoy en el tercer piso puedo ver el rostro de las personas y de inmediato lo reconozco. El rubio va con un abrigo y una bufanda alrededor de su cuello, está parado a las afueras del edificio y de pronto uno de los trabajadores aparece a su lado con su equipaje. Eso me envía una punzada al pecho y dejo todo a un lado, salgo corriendo, coloco mi calzado y al salir, rápidamente tomo el ascensor, no comprendo por qué estoy haciendo esto, no sé por qué siento que estoy actuando como una acosadora toda loca. En cuanto llego a recepción corro hasta la entrada mientras esquivo a las personas, lo veo subirse a un taxi y en el momento que cierra la puerta, voltea. Lo veo fruncir el ceño y estoy con mi pecho que sube y baja por mi respiración acelerada, él no aparta su mirada y yo mucho menos. Levanto lentamente mi mano y me despido de él, su gesto cambia a sorprendido y con un asentimiento y una sonrisa de boca cerrada se marcha. Veo el coche alejarse cada vez más y mi mente en este momento comienza a jugar mientras se imagina un montón de cosas. Como por ejemplo, que el coche vuelva y él se baje, camine hasta mí y tomándome de las mejillas nos miremos mientras sonreímos, o quizás pasen unos largos minutos y en el momento que este por tomar el ascensor él me tome del antebrazo y me haga voltear sorprendida y me plante un beso. –Ilusa Pia Tanner, a ver si dejas de leer tantos libros de romance –mascullo y vuelvo dentro del edificio. Quien sabe si algún día lo volveré a ver, quizás sí, quizás no, pero me quedo con el bonito recuerdo que aquí en Francia pude saber cuál es mi prototipo de hombre ideal, guapo, misterioso y sentimental, porque todo eso, lo adivine al verlo y se que no estoy equivocada.

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