***Liam*** La carretera se extendía frente a nosotros, el motor del coche rugía con un sonido constante, casi monótono, mientras Adrián conducía con una mano en el volante y la otra descansando en la ventana abierta. El viento despeinaba su cabello, pero él solo tenía esa sonrisa socarrona pintada en la cara, como si supiera algo que yo no. Pero no podía concentrarme en él. No con las palabras de Bruno dándome vueltas en la cabeza. "Si vuelves a lastimarla, tu sobredosis será un paseo a Disney a comparación de lo que te haré". No tenía idea de qué tan en serio iba esa amenaza, pero por la manera en que me lo dijo, sin una pizca de humor, con esos ojos clavándose en los míos como un puto cuchillo, supe que lo decía en serio. Y no es que me asustara. Nadie me podía joder más de lo que yo

