39. Grita para mi.
Ahora, meto un dedo y lo saco impregnado de sus jugos. Se la llevo a la boca y hago que lo lama.
—Sabes bien —le digo y la beso en los labios, y me muerdo en el cuello. Vuelvo a llevar mis dedos a su orificio y la penetro con ellos, haciendo movimientos circulares, voy chupándole una de sus tetas. Me gustan sus pezones oscuros como sus ojos, se las muerdo hasta dejarlas duras.
—Ponte de cuatro patas, zorra —le ordeno.
Luhana obedece.
Le doy una palmada en las nalgas y ella gime de dolor y placer. Me gusta mucho verla excitada. Esta vez quiero probar algo nuevo con ella.
Le cubro los ojos con mi camisa.
—Quedate quieta, zorra, voy a darte placer como nunca.
Luhana suelta un gemido, la espera la hace desesperar, sus jugos fluyen por sus entrepiernas. Está mojada.
