Ese mismo día, Damien despertó avanzada la mañana pero Melissa no estaba junto a él. Permaneció un rato acostado pero ella no apareció así que decidió levantarse, tal vez la encontraría desayunando. Se dió una ducha, luego se vistió con ropa casual y salió de la habitación pero no encontró a Melissa.
Se acercó a uno de los guardias que permanecían afuera — ¿Has visto a Melissa? — preguntó.
—La señora salió hace aproximadamente dos horas. — informó el hombre
—¿Alguien la acompañó?
—No, ella salió sola señor.
—Se fue... — susurró Damien.
Se había ido sin siquiera decirle, aunque él sabía que eso pasaría, no estaba preparado para dejarla ir. Quería contarle todo lo que sentía. Ahora todo lo que había en él era frustración.
Sacó su celular y llamó a Jay, haría lo que debía hacer, si ha
