Cap.18

1061 Words
Dos días después, Damien tenía mejor semblante, estaba más recuperado y fuera de peligro; Melissa seguía pendiente de él y sus necesidades aunque estaba más regañadientes que nunca. Melissa había hablado por teléfono con Emilia y como era de esperarse su accionar fue un escándalo para la agencia, incluso su amiga se negaba a creer tal cosa pero ella le confirmó que era cierta, disparó contra sus antiguos compañeros. A pesar de eso, Emilia no le daría la espalda, aunque si estaba un poco triste. Casi al final de la tarde, Melissa fue a ver a Damien, entró sin tocar y lo vió riendo muy a gusto con la enfermera. Ella le estaba coqueteando ¿Acaso no podía respetar el estado en que él se encontraba? —¿Interrumpo? Puedo volver mas tarde si es así.— dijo ella acercandose a la cama. —La señorita me estaba diciendo que aún en estado convaleciente me veo muy guapo — sonrió Damien de medio lado. —Será c****n — dijo Melissa entre los dientes. —¿Que dijiste? — preguntó Damien sin entender. —Dije que la señorita tiene que estar ciega para decir semejante mentira. Te ves horrible. — Melissa quería reir pero no lo hizo. —Yo lo que creo es que estás celosa. —¿Celosa de tí? Seguro estás alucinando. —Alucino con tu sexi trasero redondo. —¡¡¡Damien!!! — las mejillas de Melissa se ruborizaron La enfermera un poco incómoda terminó con lo que estaba haciendo y se marchó para dejarlos solos. —Es la verdad, incluso en este estado me pones caliente. — Damien se estaba divirtiendo con los gestos de ella. —Basta... —Ven, recuestate conmigo un momento. —No quiero lastimarte — ella se sentó en el borde de la cama. —No lo harás. Con cuidado se recostó a su lado y él le dió un suave beso en los labios, no dejaba de sentir deseo ni siquiera en su estado. —Mel, eres extraordinaria.— él la miraba con ojos cargados de afecto. —¿Qué quieres decir? —Yo... —¿Señora Melissa? — Preguntó Jay tocando la puerta para luego entrar. —¿Que quiere este estúpido? — se quejó Damien molesto por la interrupción. —Lo siento, necesito hablar con la señora. Melissa fue a responder pero Damien la interrumpió — Habla, ambos te escucharemos. —¿Qué ocurre? — preguntó ella. —Lucien... Me llegó información de que recibió un fuerte ataque y aunque logró escapar perdió muchos elementos. —Está vulnerable — dijo Melissa entendiendo el punto. —Debe estar oculto como rata. Esperaremos a que salga — sonó mas a una orden por parte de Damien. —Señor, sé dónde se esconde. Es una buena oportunidad para nosotros. —No, esperarán a que me recupere y entonces intentaremos nuevamente darle de baja. —Lo haremos ahora. Jay, prepara un grupo pequeño de hombres, los mejores.— ordenó Melissa. —¿Piensas pasar por encima de mí Melissa? — preguntó Damien con molestia. —No lo haré, te recuerdo que ellos están bajo mis órdenes debido a tu incapacidad. —Era si moría, pero aún estoy vivo y lúcido. Lo que piensan hacer es una estupidez. Van a matarlos ¿acaso no lo ven? Lucien es aún más peligroso cuando se ve acorralado. —Probablemente tengas razón, puede ser más peligroso pero tiene poca seguridad y está débil. Debemos tomar el riesgo. —Dije que no. — Damien estaba fijo en su postura. Jay los miraba discutir sin saber que hacer o a quien obedecer, él estaba de acuerdo con Melissa, era una buena oportunidad para atacar. —Prepara los hombres y un plano detallado de la ubicación, usaremos a oscuridad a nuestro favor.— Jay, estás bajo mi mando hasta que Damien se recupere. —Sí señora — respondió Jay bajando la cabeza a modo de reverencia para luego salir ante la mirada incrédula de Damien. —Esto es increíble Melissa, me estás quitando la autoridad ante mis hombres — Damien estaba furioso, incluso le comenzó a doler la herida del abdomen. —Tú me diste esa autoridad Damien, además no estás en capacidad para tomar decisiones. Sé lo que hago, confía en mí. —Si te ocurre algo... —Nada me va a ocurrir, estaré bien. No sé por qué te preocupas si quien salió herido en nuestra última misión fuiste tú, tambien te golpearon cuando Lucien mandó por nosotros ¿recuerdas? Eso te deja como la damisela en apuros. —Melissa sonríe al decir esto último. —No te burles, puede pasarle a cualquiera. Incluso a alguien tan increíble como yo. Ella se acerca y le da un tierno beso en los labios. — Volveré más tarde. — después de eso se incorporó, salió de la habitación dejando a un preocupado y enojado Damien allí. Melissa se fue directo a darle encuentro a Jay y los hombres que los acompañarían, todos estaban reunidos alrededor de una mesa mirando un croquis del lugar al que iban. —¿Estás seguro de que está ahí? Es un lugar pequeño — preguntó Melissa con duda. —Sí, tengo hombres vigilando y la información es confirmada. Si lo piensas, está escondido a la vista. —Tenemos que ser cuidadosos y rápidos, hay muchos civiles en la zona. No queremos dañar a nadie inocente. —¡Sí señora! Revisaron los equipos por última vez y todos salieron a abordar los autos, preparados para tener éxito. Melissa estaba tranquila esta vez, tenía claro su objetivo. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por Jay. —El señor Damien debe estar furioso conmigo. — dice él — pero a decir verdad, señora Melissa, usted tomó la decisión correcta. —Por favor dime solo Melissa. Y respecto a Damien, ya se le pasará. Jay asiente, eso espera, conoce muy bien a Damien y sabe que es capaz de cortarle las piernas por no obedecer. El trayecto fue largo, al llegar, todos se colocaron en sus respectivas posiciones esperando la orden de Melissa para atacar. Ella observaba cuidadosamente a través de la mira de un arma con largo alcance, esperando el momento justo para derribarlos uno a uno, era hora de arreglar cuentas con Lucien y no pensaba fallar, lo haría pagar por lo que hizo aunque le costara la vida.
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