13. JAQUE
Esa noche, en el dormitorio, Marcus se muestra con él, algo diferente, parece que ya no siente vergüenza ni temor y parece mucho más seguro que nunca. Así es que Marcus se le acerca invadiendo su espacio y se acerca a su oído.
—Lo sé todo. Cabeza hueca. Sé que tienes algo con Stand de Lind. Vi lo que hicieron el día de la visita el excelentísimo…
Al escuchar todo aquello, Byron trata de guardar espacio entre los dos, en especial porque si no controla su respiración el factum mentis, hará estragos.
—No sé de qué hablas. Déjame dormir —le dice, Byron, tratando de alejarse de él, pero Marcus no piensa dejarlo en paz.
—¿Quieres que te refresque la memoria? —Marcus tuerce la boca—. Vi que tu amante Stand de Lind te hizo una señal y luego tú, cabeza hueca, saliste al pasillo. Lo vi todo. Y seguro que los nox de seguridad lo grabaron.
Esa vez, ni él ni Stand habían tenido en cuenta que en la visita de Teorens, rondarían nox v, solo por eso, en ese momento Byron se quiebra. Si Marcus llega a hablar con Arles sobre eso, aún si no le creyera nada, existe la posibilidad que en algún momento revisaran los nox v, y entonces él ni Stand no podría hacer el examen para ser SS.
—¿Qué quieres Marcus? Dilo ya —dice, Byron, para evitar que pase eso que se ha imaginado en su cabeza.
Marcus le arrincona hacia la pared y con torpeza consigue bajarle los pantalones.
—Espera... ya dejamos esto en el pasado…
—Pero ahora quiero experimentar contigo… —susurra en los oídos de Byron, pero Byron no piensa permitírselo. Sin embargo, no sabe qué debe hacer.
Marcus está más hablador que de costumbre.
—Quiero entender lo que me pasa con vos…
Entonces, Marcus hace algo completamente inesperado. Sin un poco de recato se anima y le toca a Byron su m*****o viril. Se lo manosea con cierta torpeza y ansiedad. En ese momento, Byron, queda inmóvil.
—Para. Marcus… —trata inútilmente de hacerle entrar en razón.
Pero Marcus no para hasta que de los nox de ambos suenan a la vez. Es un mensaje general de Arles que deben atender.
Al día siguiente, en las horas de descanso, como no puede juntarse con Stand, se va a biblios otra vez. Allí el viejo Nadin le recomienda varios libros.
Al salir de ahí, con un ejemplar de “Teorías de otros mundos” siente que alguien le observa.
Byron se gira y ahora está frente a Marcus.
Al verle a la cara Byron recuerda la noche pasada. Agita la cabeza al pensar en eso, no desea recordarlo. Quiere a todas costas borrarlo de su memoria.
—Ya basta, no me sigas más —le dice Byron.
Marcus le ignora y se le pone demasiado cerca, impidiendo que pueda avanzar o retroceder.
—Esta tarde quiero verte en ese lugar al que vas con él…
—Eso no va a pasar –contesta Byron con una media sonrisa.
—Si eso es lo que quieres. No me importa ir a contarle a Arles todo lo que sé sobre ti y Stand de Lind ¿Qué crees que le dirá Madox?
Byron sabe que Madox es el tutor de Stand, y suele ser mucho más estricto que Arles. No va a pasarlo por alto.
Marcus suelta aquella amenaza como veneno corrosivo en la cara de Byron. En ese momento Byron empalidece, sabe que aquello le da a Marcus mucho más poder sobre él y es consciente de eso.
—Sabes dónde buscarme, cabeza hueca —y se aleja dejándolo al borde del pánico.
Ese acoso ha empezado luego de que ha conseguido zafarse de la visita del excelentísimo.
—Bien, iré —acepta en voz alta sabiendo que Marcus ya se ha marchado y que está completamente solo en los pasillos.
Ese día Stand no está. Los de tercera línea salieron de excursiones a Canna.
Byron se lo estuvo pensando todo el trayecto desde el pasillo de biblios hasta el túnel. Envía un mensaje anónimo a todos los regentes. Todas las amenazas y chantajes, piensa cortarlo ese mismo día, ya sea por las buenas o por las malas.
—Este es mi momento —se dice a sí mismo, porque lo que está a punto de hacer es sumamente arriesgado y desesperado.
Pero cuando llega y ve que Marcus todavía no ha llegado, piensa que quizás solo quería darle un susto, y siente alivio, pero de inmediato, ese alivio se convierte en pesar.
Marcus está cerca.
—Aquí te tengo, cabeza hueca —le dice Marcus, al acercarse.
—Aquí estoy. Pero no es para lo que piensas… —contesta Byron, y ahora solo espera que no le fallen los regentes.
—Yo creo que sí —se jacta Marcus, ignorando que Byron le tiene una sorpresa.
—Llevo un año en esta escuela y todo ese tiempo no dejaste de hacerme la vida difícil… Pero hoy terminará todo —Byron le dice tomándolo por sorpresa, se pone detrás de él y le lanza un golpe sorpresivo en el medio de la cara.
Ambos comienzan a pelearse, cuando los regentes llegan ambos están ensangrentados.
—¡¿Qué hacen aquí ustedes dos?!
Los meten en la patrulla, y se los llevan para Cartuk.
Las jaulas de castigo con los que todo estudiante de Mistral tiene pesadillas, pero en ese momento Byron no se siente aterrado, no como Marcus lo está.
Y por esas malas suertes de la vida, justo en ese momento, el vice rector junto al excelentísimo pasean por la infraestructura de Cartuk.
—¿Qué acontece ahora, Arles? —le pregunta el vice rector.
Previamente, y antes de contestar, Arles saluda al excelentísimo.
—Los regentes fueron notificados sobre unos estudiantes de primera línea que estaban en el túnel.
Teorens se muestra interesado por saber lo que ocurre, pero el Vice rector no pretende mostrarle los trapitos sucios de la escuela.
—Seguramente no es nada importante —ríe nerviosamente —. Si le place, continuemos con el recorrido, excelentísimo.
—Me gustaría saber qué ha pasado. ¡Oh! No se vaya a preocupar, que yo también fui un alumno rebelde, aunque no me lo crea —contesta Teroens con intenciones de saber más.
Así que el vice rector se ve forzado a llevarlo a ver en persona a los alumnos detenidos en infracción.
Byron escucha a Marcus llorar lastimosamente.
Ambos están heridos.
—¡Yo no hice nada! Todo lo hizo Knight. Yo soy inocente —se excusa vergonzosamente, mientras que Byron permanece en completo silencio. No se defiende. No hace acusaciones. No ve que el que está ahí, junto al vice rector es Teorens.
Ambos tienen heridas leves en la cara.
—¿Qué les ha sucedido?
Arles se lo explica.
—Estuvieron jugando con las manos, señor.
—Buen trabajo Arles. Llévelos al médico y luego enciérrenlos en cámaras separadas. No vaya a ser que terminen matándose —ordena el vice rector.
Teorens que ha puesto atención, le parece curioso ver que casualmente Byron sea uno de ellos.
Ya en la dirección, el vice rector le da excusas.
—El joven Knight es escurridizo. Si en su anterior visita no lo tomó en cuenta será por algo, su excelentísimo. Me temo que el chico Knight no posee el nivel que usted busca. Simplemente no resalta realmente en nada. Tiene nivel de aprendizaje bastante bajo.
—No es que no lo haya tomado en cuenta. No lo vi hasta ahora.
—¿Qué quiere que haga su excelentísimo? Me encargaré de disciplinarlo. Le daré diez azotes si así me lo pide.
—No estamos en la edad temprana para esas prácticas. Pero creo que él mismo acaba de darme la oportunidad para llevármelo a Void.
—Lo traeré señor.