Camila Stuart. Estúpido Leonardo. Cinco horas, veinte y ocho minutos y treinta y dos segundos. Ese fue el tiempo que pase encerrada entre las cuatro paredes de la habitación de Leonardo Greco, sin mi teléfono, sin nadie con quien hablar y sin saber qué diablos estaba pasando. Después de ese tiempo un hombre alto y fornido que parecía matón me saco de ahí y me llevo a casa sin inmutar palabra alguna. Tuvimos que ir a la convención como equipo y sin la cabeza de la empresa, su secretaria solo nos informó que no podía presentarse por motivos de fuerza mayor y tuve que representar al equipo entero. Pero fue un buen fin de semana y como me lo repitió mi mejor amiga, no me encontré con ningún conocido y mi familia nunca se enteró, a la única que vi fue a Mel, pasamos la tarde del domingo j

