《No logro entender porque el pasado es tan importante》
Cassandra Clare
—¡Hey!, ¡detente!—llamé al hombre. De reojos, pude divisar que Sam me seguía.
—¡Detente!—insistí. El hombre de detuvo, y al girarse, palideció al verme. Ambos nos vimos a los ojos, y supe que tenía un enlace con esa persona. Sus ojos eran negros, una barba desaliñada blanca le combinaba con su cabello canoso.
—¿Richard White?—alzó una ceja, como si no pudiera creer que que estuviera frente a él.
Sacudi la cabeza de un lado a otro.
—¿Usted quien es?
El hombre se mostró dolido por no recordarlo.
—¿No te acuerdas de mi?
Hice un esfuerzo en recordarlo, pero no, mi mente estaba apoderado por la imagen de Holly y el cuchillo.
Negué con la cabeza.
—Soy el compañero de tu padre. Lois.
¿Lois? porque no me llegaba ese nombre a la mente. Solo algunas imágenes fugaz de él cargando a mi hermanita, eso hizo que mis ojos se aguaran.
—Ya se porque estas aquí. Por lo del asesino de Olerfin. ¿Al parecer es el mismo o un imitador?
Me froté los ojos para evitar que me vieran triste.
—No lo sabemos. Al parecer es el origina, sin embargo, ha hecho cosas que nos hace pensar que es un imitador.
—O ha evolucionado.
—Puede ser.
Sam y Jimmy se incorporaron a mi lado.
—Perdón, ellos son Jimmy Saez, y Sam Prentis.
Los hombres se saludaron.
—¿Que buscas aquí? pensé que no querrías volver aquí.
Solté un bufido.
—Investigamos sobre los Campbell, no se, buscamos una pista o a su hija.
—¿Holly?
Arrugué las cejas.
—Si. Queremos saber dónde encontrarla.
Lois silbó.
—Ella desapareció, nadie la ha vuelto a ver.
—Por eso estamos investigando sobre sus familiares. Su pasado o algo. No la recuerdo con exactitud.
—¿La has olvidado?
Sonreí con tristeza.
—Si.
—Y... ¿quieres recordar?
—Si.
Se paseó la mirada entre nosotros.
—Entonces sigueme. Les contaré sobre los Campbell.
Jimmy miró en direccion a donde se encontraba el auto.
—¿El auto?
—Déjelo ahí. No le pasará nada, mientras esté bien parqueado.
Asentí. Jimmy soltó un gruñido y nos siguió.
Entramos a un apartamento. Un segundo piso. Era muy frío. Un poco desordenado. Habían zapatos por todas partes.
—Caballeros, perdonen el reguero, casi no recibo visitas—nos miró a todos—. Siéntese.
Nos sentamos en unas butacas de madera.
—Me alegro Richard que hayas seguido los pasos de tu padre. Era un policía excepcional y te puedo asegurar que hizo todo lo posible para que salieras con vida esa noche.
No dije nada.
—Tiene mucho zapatos—dijo Sam, siempre tan imprudente.
—Vivo solo, me da flojera guardarlos—otra vez Lois nos volvió a mirar—. ¿Café?
Todos asentimos.
Rápidamente, la cada se impregnó con el olor del café. Acto seguido, nos sirvió. Asimismo, se dirigió en uno de sus archiveros y sacó una carpeta amarilla, la cual me entregó.
—Era de tu padre.
La agarré con curiosidad para ojearla. Habían fotos de la casa Campbell. De Holly junto a su madre y Karl, ella estaba sonriente. Fotos de cada uno de los integrantes de la familia. Y de las desaparecidas. Recortes de periódicos, incluso, hasta un formulario con acotaciones.
—Tu padre sospechaba de Karl, pero no tenía prueba hasta que tú le dijiste lo que había visto.
—¿Yo? ¿por qué nadie sospechó de él?
Lois se echó a reír, le pasé las fotos a mis compañeros.
—Richard. Karl Campbell era un hombre ejemplar delante los ojos de la comunidad. Era el típico hombre que ayudaba a los ancianos a cruzar la calle. Iba a la iglesia todos los domingos, además, de ayudar a su comunidad. Ni satanás sospechaba de él.
—¿Y cuando su esposa murió?
—Se hizo una investigación. Se concluyó un robo que salió mal—bebió café —. Susana era tímida, no era tan sociable como Karl, sin embargo, siempre estaban juntos con su hija. La gente los quería mucho, y los admiraba por la familia que representaba. De hecho, en la iglesia eran conocido como los intachables. Y cuando falleció Susana, la comunidad entera lloró su muerte. No creímos que fuera un robo común, no obstante, las circunstancias apuntaban a eso: le faltaba el celular, tarjetas de banco, dinero en efectivo que cargaba con ella, y las joyas. Mientras más tiempo pasaba, el caso quedó inconcluso.
—Entonces Holly pasó a manos de su padre—interrumpió Sam.
—Si. La niña quedó sola.
—¿Y Crish campbell?—lo mencionó Jimmy.
—Crish era un hombre que se metía en problemas, que bebía demasiado. Era el hermano menor de Karl.
—¿Sabia que Crish y Susana Campbell mantenían una relación?—preguntó Sam
—Lo sospechamos, de hecho, lo dejamos como teoría en el informe. Solo que Crish desapareció, y Karl negó rotundamente dicho rumor.
—Crish está muerto—comenté. Lois no se sorprendió.
—¡Lo imaginaba!—bebió más café —. Cuando Susana murió. Holly se encerró en si misma. Y fue cuando llegaste tú —me miró con un ademán extraño en sus labios—. Fueron novios a escondidas, eran unos chiquillos, pero fue una de las pocas veces que la vi tan feliz. Y tú muy enamorado.
Alcé la mirada.
—¿Lo estaba?
—Si. Hasta te acostaste con ella. Fue todo un escándalo. Karl quería golpearte, solo que tu padre se metió en medio y le dijo que lo arrestaria por agresión a un menor.
—¿Y que paso con Holly?
—Creo que le fue mal, porque a los dias tu padre me contó que estabas furioso porque Holly tenía moretones, y además, terminó contigo.
Mi mente comenzó a divagar. Besos con Holly. Desnudandola. Cerré los ojos para concentrarme en la realidad.
—¿Que paso?—inquirio Sam
—El desastre. Fuiste a ver a Holly y la descubriste.
—¿En que?
—Era participe de los asesinatos con su padre. Esa misma noche, recibí a la niña que escapó.
—¿Niña? habían dicho que era un niño.
—No. Esa noche siempre me perseguirá, lo recuerdo como si hubiese sido ayer —murmuró mirando al vacío—. Declaró que Holly junto a su padre mataron a su familia. Y ella logró escapar. Tú también escapaste Richard.
Mis ojos ya estaba humedecidos.
—Esa noche fue distinta, había mucha oscuridad. Ya perseguiamos al asesino, pero no teníamos nada, ni pistas, ni huellas. Solo los c*******s ejecutados y las rosas. Todos tenían miedo, cada vez que crecía el número de mujeres desaparecidas que luego eran encontradas muertas, nos sentíamos como unos ineptos. Tú padre creía que era Karl, porque la muerte de Susana no le cuadró, y la desaparición de Crish tampoco. Por lo tanto, indagó más no halló nada. Persuadió a Rodrigo, y éste tampoco reveló nada que pudiéramos conectarlo con el asesinato de su esposa. Tenia un coartada fuerte y sólida, todo el mundo lo había visto. Por eso, solo se quedó en teorías.
Me lamí los labios.
—Lois. ¿Quien mató a mi familia? ¿Holly mató a mi familia?
Lois se quedó pensativo, como si buscara las mejores palabras para revelarme esta verdad.
☆☆☆☆☆
Doble capítulo... Los leo. ¿De qué se trata? ¿un asesino original o un imitador?