Ámbar
Cómo Asher le había pedido a Scarlett, aquí estamos en la mansión del señor Rossi. Hay varias mesas y en ellas demasiada comida para degustar. Yo sonrío y me acerco a tres enormes tartas. Sé que es lo último que debemos escoger, pero tengo que decir que me emociona. Tomo un cuchillo y estoy a punto de partir la tarta cuando alguien detiene mi mano. Yo volteo a verlo, algo molesta, pero él me sonríe.
—¿Acaso piensas partir la tarta tú sola? Creo que eso le corresponde a los novios, ambos, ¿no crees?
Yo vuelvo los ojos y, sin que me vea, sonrío. Me encojo de hombros como si no me importara y le digo:
—La verdad es que no lo sé, pero se me ha antojado demasiado la tarta. ¿Acaso quieres probar conmigo?
Corto una rebanada y la coloco en un plato. Quito el glaseado con mi dedo y lo a
