Ámbar Estoy de pie frente al espejo, me miro y sonrío, pues realmente me veo mucho mejor que una simple secretaria. Suspiro, acomodo un poco mi vestido, coloco mis zapatillas y tomo un pequeño bolso. Salgo de mi habitación dispuesta a defender a mi hijo, así como él me defendió. Cuando bajo las escaleras, Esteban está de pie en la entrada de la mansión. Él me mira con el ceño fruncido y yo le sonrío. —Necesito que me lleves al colegio de Azir. —¿Azir? ¿Está bien? ¿Sucede algo? Yo paso por su lado y él camina detrás de mí. —Un pequeño problema con una niña, así que voy a hablar con el director. Cuando abre la puerta del coche, me mira confundido. —¿Quieres que esperemos a Asher? Estaba a punto de bajar. Yo niego y me subo a la camioneta. Él cierra la puerta y hace lo mismo. Enciend

