bc

Bajo Contrato

book_age16+
1.8K
FOLLOW
10.8K
READ
billionaire
opposites attract
arrogant
boss
billionairess
drama
bxg
female lead
enimies to lovers
colleagues to lovers
like
intro-logo
Blurb

Aaron cree que no puede haber caído más bajo luego de que quebrara su negocio... sin trabajo, sin dinero y próximo a ser desalojado. Pero por un golpe, literal, del destino, conoce a Annika.

Ella es una exitosa empresaria, a quien no le falta nada. Salvo una cosa. Un acompañante para la boda de su hermana menor, que siempre le ha hecho sombra.

¿Lograran estos dos polos opuestos hacerse pasar por una pareja? ¿Quedarán los sentimientos afuera?

chap-preview
Free preview
Capítulo 1
Aaron Sin duda, no es la mejor forma de iniciar el día con tu casera pidiéndote que te pongas al día con la renta, con un dinero que no tienes. - Ya llevas un mes de retraso, Aaron. - me informa Debra. - Dame hasta el fin de semana y te pagare lo que debo. - le suplico. - Escucha, eres un buen hombre e inquilino, pero no puedo seguir siendo indulgente con todos los que se atrasan. Si te perdono a ti un mes, tengo que hacer lo mismo con los demás. Suspiro. - Lo entiendo... - Te doy tres días, sino me saldas el mes que me debes, voy a tener que desalojarte. - Conseguiré el dinero, tú tranquila. - Eso espero. - se da la vuelta y se aleja por el pasillo. Lanzo otro suspiro con pesar y entro de mi departamento. Apoyo mi espalda contra la puerta, mientras observo mi alrededor pensativo. Ya ni puedo darme el "lujo" de pagar un lugar como este. Pese a que este en un vecindario mínimamente seguro, no es muy pintoresco el viejo edificio, menos el interior, sobre todo con las paredes con humedad y descascaradas, los pisos de parquet manchados y viejos, lo que hace que tengan distintas tonalidades por todos lados. Esa cocina vieja y sucia, que por más que la limpie, no se le va el herrumbre. La verdad es que me cuesta juntar para la renta, apenas si llevo la mitad y lo único que como es arroz o fideo, nada extravagante. No tengo cable, ni calefacción o aire acondicionado. Y aun así vivo de esta forma. Tendré que buscar otro lugar. Es la tercera vez en el año que me veo forzado a mudarme, porque no puedo pagarlo. Con cada mudanza ha ido disminuyendo el control de salubridad. ¿Cuál será mi próximo destino? ¿Tener de vecinos a una familia de zarigüeyas? Mis pensamientos son interrumpidos, cuando mi vista se posa en el reloj, que siempre queda torcido, de la cocina. - Mierda, llegaré tarde al trabajo. - me apresuro a ponerme una sudadera y mi casco. Tomo mi bicicleta y salgo de mi casa, cerrando con llave. En el momento menos oportuno, suena mi celular. Y por el tono designado de la llamada, sé que es mi querida madre. No puedo no contestarle el llamado, porque ella ya se hace la novela de que están sacando mi c*****r del río. Según mi madre, no hay nada que yo esté haciendo que sea más importante que atender su llamado. La de veces que yo la he llamo, pero ella ni me atiende, pero bueno, supongo que las reglas aplican diferente al revés. - Mamá. - digo al responder, voy bajando por las escaleras con el celular apoyado en el hombro haciendo presión con mi oreja, mientras voy llevando mi bicicleta. - Aaron hijo. - oigo su voz alarmada. - Acabo de ver en las noticias que a un muchacho por robarle su bicicleta le han disparado. No puede empezar una llamada sin contarme una fatalidad que oyó en la radio, que vio en las noticias o leyó en el diario, y que cree que de alguna forma de puede asemejar a mí. Hace unos días atrás llamo porque la noticia del día en los informativos era que uno de esos aviones privados se perdió en el océano. Me prohibido que me subiera a uno. A lo que le respondí, "Apenas si tengo una bicicleta." "Pero alguno amigo tuyo puede tener." "Mi amigo sigue viviendo en el sótano de la casa de sus padres." - Mamá. - sigo con la conversación. - Teniendo en cuenta que he respondido a tú llamado, puedes tener la certeza de que no ha sido a mí. Así que tranquila. - Ya, pero hijo tú puedes ser el próximo. Comienzo a creer que ya mira demasiadas películas de terror, que siempre usa la frese "tú serás el próximo". - Ay mamá... - No me gusta que andes a tales horas en ese imán de delincuencia. ¿Todas las madres son así? ¿O solo la mía por ser madre soltera? - El subte no está mejor que digamos. - ¡Ves! ¡Te lo advertí! Tienes que volver al pueblo Aaron. Las grandes ciudades son para gente con dinero. - Ahí difiero. Las grandes ciudades son para las personas que sueñan en grande. - Ay Aaron, eres como tú abuelo. Siempre soñando en magnitud. - Se me hace tarde para el trabajo. Nos hablamos luego, ¿sí? - Eso dices siempre y nunca llamas. - Adiós, te quiero. - Yo a ti, abrígate. - Claro. - digo y corto la llamada. En realidad, aquí estamos en verano, pero donde ella vive, de donde yo soy, es invierno. Observo la hora en mi viejo reloj de muñeca, el cual era de mi abuelo y que me dio antes de morir, por lo que tiene un gran valor sentimental. Él ha sido como mi padre, después de que al que le correspondía no quiso serlo. Siempre fuimos mi abuelo, mi madre y yo. Mamá cuando joven se mudó a la gran ciudad para estudiar abogacía. Ella y su padre trabajaron duro por algunos años para juntar el dinero y que mamá pudiera cumplir su sueño de estudiar. Pero sus planes se truncaron cuando conoció a mi padre, uno de los tutores de una materia. Al poco tiempo se enteró de estaba embarazada de mí. Ya saben el final, él no quiso hacerse cargo. Así que mi madre volvió a su pueblo. Suelo bromear con que frustre sus sueños, pero ella siempre dice que no lo hice, solo los cambie. Y eso no significa que sea algo malo o bueno. Solo que los planes cambian, no todo resuelta como lo imaginamos. Lo aprendí de adulto a eso. Aún tengo algo de margen para llegar bien a horario. - pienso volviendo a la realidad. Me subo y comienzo a andar. Una de las ventajas de moverme en bicicleta por la caótica ciudad de Nueva York, es que siempre llego rápido a donde sea. Sin mencionar el hecho de que es amigable con el medio ambiente, y por supuesto, gratis. Ya he tenido la mala experiencia de ser robado dos veces en subte. Nunca llevo nada importante conmigo, salvo esas dos veces que me quitaron mi mochila. La primera tenía el sueldo de un mes; la segunda llevaba el celular nuevo que había ahorrado para comprarme, luego de que el otro cayera por el retrete cuando no me percate que lo llevaba en el bolsillo trasero. A veces me pregunto, si hay algún momento de mi vida que no recuerde, en el que haya roto un espejo, o pasado por debajo de unas escaleras, incluso que haya encabronado a algún gato n***o. Mi vida no siempre ha sido así, solo los últimos cuatro años. Si toda mi vida fuera de esa manera, estaría con terapia permanente. No es como si pudiera pagarla de todos modos. Creo firmemente que todos tus problemas desaparecen en un chasquido, cuando oyes lo que sale una sesión de una hora. Así que soy de los que sufren en soledad y se dicen a si mismo frases como, "Es la vida, podría ser peor". Como si fuera un justificativo de todo. De igual forma, no dejo que toda esa negatividad me gane. Se que todo es pasajero, nada es permanente. Ni siquiera esos problemas que no parecen tener solución. Ahora mismo, me encuentro en el suelo, bastante tirado y pisoteado, pero yo sé que pronto me voy a parar y volveré a subir los escalones hasta volver a llegar a la cima... - Cuanto lo siento, Aaron. - me dice apenado Steve, mi jefe. - Está bien Steve, lo entiendo... Debería tatuarme esas dos palabras en la frente. "Lo entiendo", junto con mi cara de marmota pisoteada. - Se que no cambia las cosas, ni te hará sentir mejor, pero tienes mucho talento para desperdiciarlo aquí dentro. - Gracias... - digo. Aunque es verdad, no ayuda. - Puedes ponerme de referencia, eres el mejor chef con el que he trabajado. - Espero que el negocio mejore. - le deseo. - Son tiempos difíciles. Pero, no dudes que volveré a llamarte si las cosas de remontan, claro, si es que ya no estás trabajando en un lugar asombroso de tu categoría. Tantos años estudiando cocina, haciendo cursos de todo lo que se imaginen, viajando a diferentes ciudades para conocer diferentes culturas, para volver a ser despedido. Y encima de una hamburguesería. No me malinterpreten, no lo desmerezco y adoro trabajar. Pero, siento que puedo dar mucho más y desanima tener un límite, que deseas traspasar con ansias. Hubo un tiempo en el que vivía de lo que me gustaba, de lo que más me apasionaba. La cocina. Tenía mi restaurante, era mi propio jefe. Nada me hacía más feliz que ir a trabajar. Perdí el rumbo cuando el negocio quebró. Tuve que cerrar y vender todo. Se sintió como vender una parte de mi alma. Aún no me recupero de eso, pese a que pasaron cuatro años. ¿Cuándo empezó mi pasión por la cocina? Fue cuando era un niño. Creo que tenía unos 6 años. Mi mamá trabajaba toda la noche en una taberna del pueblo. Ahora que pienso en el lugar, era un restaurante de mala muerte, pero en su momento, cuando era pequeño, era lo más cercano al lujo que se conocía. De dónde vengo no era habitual que haya lugares para sentarse a comer, por lo que fue toda una novedad en el pueblo. El pasar y ver a la gente sentada comiendo era sinónimo de tener dinero o de que juntaron un mes para darse ese pequeño placer que celebrar algo en aquel lugar. Como mi abuelo también trabaja por la noche en la fábrica, mamá se veía obligada a llevarme con ella. Álvaro, quien era el dueño, era un cubano que había querido darle un giro a su vida y vaya que si lo dio al mudarse al pueblo. Recuerdo que era alguien muy alegra y melodioso. Siempre se oía música de "su tierra" como le decía. Las noches en la que eran tranquilas, me dejaba estar en la cocina con él. Mientras cocinaba, me iba explicando cada paso que hacía, incluso me decía uno que otro secreto. Puede que al no tener una figura paterna "joven" vi en él eso reflejado, porque recuerdo lo maravillado que me dejaba. La primera vez que oí la palabra "pasión" fue saliendo de su boca. Me miro con esos ojos tan oscuros y me dijo "Chamaco, nunca hagas nada si no le vas a poner toda tú pasión en ello." Desde entonces mi vida se rige por ese lema. O al menos eso intento, pese a los porrazos. Junto mis cosas de mi casillero, las guardo en mi mochila y vuelvo a salir. Suelo ser alguien positivo y siempre trato se mantenerme entusiasta, pero hoy no. Hoy es uno de esos días en los que desearía no haber salido de mi cama. ¿Por qué tuve que ser yo el espermatozoide más rápido? Dos golpes en un día. Querido Dios, si me vas a mandar un tercero, al menos ten la decencia de... No termino con mi pensamiento que siento un golpe, que me frena en seco y me hace, literalmente, volar de mi bicicleta, aterrizando contra el asfalto. Algo agonizante logro darme la vuelta, quedando boca arriba. Siento como mis rodillas me arden y oigo el barullo de las personas alarmadas. Tengo la vista algo borrosa, por lo que no veo nada con claridad, salvo una especie de figura blanca que se acerca a mí con gracia. ¿Un ángel?  **** Hola mis queridos lectores!!  Quiero darles la bienvenida a está nueva historia. La cual es muy importante, ya que es para participar de un concurso en la plataforma. Así que me ayudarían mucho yendo, agregándola a favoritos, comentando. Me encantaría que comenten que les pareció este primer capítulo, que impresión les dio, que les gustaría leer en está historia. Sus comentarios siempre me ayudan a mejorar.  Gracias por siempre leerme y acompañarme en cada historia. 

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

La esposa rechazada del ceo

read
168.1K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
51.6K
bc

Bajo acuerdo

read
9.5K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.6K
bc

Navidad con mi ex

read
8.9K
bc

Tras Mi Divorcio

read
510.9K
bc

Yo, no soy él

read
88.5K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook