¡Bueno, ya estuvo intenso el drama en París! La mañana siguiente fue como si el sol intentara hacer su magia y ahuyentar las sombras de la noche anterior. Después del show de conflictos y drama, el nuevo día se plantó como una oportunidad para ponernos las pilas, reflexionar y, quién sabe, encontrar un poco de luz en ese mar de sombras. El desayuno fue como un encuentro de miradas incómodas y silencios pesados. La encrucijada del destino, que nos metió en un enredo matrimonial falso, ahora se mostraba como un enredo más complicado de lo que pensábamos. La esperanza de un nuevo comienzo se chocaba con las acciones pasadas que dejaron su huella. Decidimos echar un paseo por los Jardines de Luxemburgo, donde la tranquilidad chocaba con el huracán emocional que teníamos encima. Entre las flo

