Katlie

Diecinueveavo paso

En el avance por la ruina nos fueron poniendo una trampa tras otra para ir cayendo uno por uno pero como nos dijo Gul en medio de ese desmadre "si nos separamos moriremos" y tenia toda la razón ya que aquello que nos vigilaba estaba al tanto de cualquier movimiento. 

Duramos horas metidos dentro y no sabíamos ni mucho menos teníamos idea de que tanto pasaba en el mundo o de si era de día o de noche, solo estaba sintiendo nuestros cuerpos el cansancio y por alguna razón sentimos que estábamos repitiendo la historia de Klei cuando vino aquí dentro en búsqueda de aquella piedra que le indicaron hallar, aunque en realidad no teníamos idea de si era una búsqueda o solo un reconocimiento del área, pero, lo que si sabemos es que la mayoría de sus compañeros acabaron muertos. Así que, triste es pensar que te envían con tu equipo con quien has pasado toda un vida de entrenamiento para que de un momento a otro desaparezca del mundo.

En veces el mundo puede ser tan cruel como para quererte muerto o... quizás solo son las personas que desean verte sufrir  no les es suficiente que no sonrías.

Klei sintió una gran tristeza cuando la enviaron pero sabía que era su deber y es por ello que debía solo acatar las órdenes de sus mayores… Eso le enseñaron y eso fue lo que hizo durante toda su vida.

―supongo que todos tenemos que seguir órdenes de alguien... — pensé en voz alta cosas que todos oyeron ocasionando que sintiera una gran vergüenza— perdonen no fue mi intención es todo lo que estoy pensando al parecer salió así sin más.

—tranquila no hay porqué alterarse— respondió Gul— si estás pensando en la bruja loca créeme que si yo fui quien te lo digo está en lo correcto. 

Cerberos asintio con su cabeza dando una delicada sonrisa como si él supiera a la perfección que era seguir órdenes de los demás.

—¿Saben chicos hace mucho tiempo Klei me contó una historia de su pasado justo cuando estábamos practicando, era sobre ella y su equipo— ambos abrieron sus ojos y se interesaron en escuchar la historia. 

—Me gustaría escucharla— dijo cerberos queriendo mostrar su interés por la quién fue una vez parte de su vida.

Gul asintió también entonces comencé...

—ella me contó qué hace mucho tiempo dirigió un escuadrón y que sus reyes los mandaron a una antigua ruina donde sentía que alguien la miraba pero la gran curiosidad de que no solamente era ella que lo sentía, pues sus compañeros también lo hacían y aún sintiendo todo esto decidieron ignorar el hecho de que esa era la realidad. De que aquello los veía muy de cerca y sin parar... ¿Pueden imaginar cuál ruina era?

—sí así es... Ya que fue esta misma ruina en la que ella estuvo con sus compañeros— respondió cerberos inmediatamente pues fue él quien salió con Klei recordando a un todo lo que había pasado aquella noche oscura y violenta— lo recuerdo muy bien...

—bueno pues así de cruel es la vida y sé perfectamente que fue mi madre quién mató a todos aquellos hombres pero su deber era muy claro y por lo tanto como dije anteriormente debe de seguir las órdenes de tus mayores sino simplemente serás eliminado.

—tu madre no tenía opción ¿Sabías eso? — preguntó Gul deteniéndose en una parte del camino y esperando una respuesta de mi parte— si algún día llegas a pensar que ella es una asesina déjame decirte que no lo es, porque si catalogamos a todos los reyes como asesinos entonces el mundo estaría en serios problemas de que existen millones de reyes en el mundo mismo. Se podría decir en otro modo de que tenemos asesinos en el mundo y no cualquier tipo de asesinos sino profesionales qué saben a la perfección cómo destruir un pueblo entero y hacer agonizar familias, pero tu madre no era esa manera ya que ella nunca llegó la guerra a dónde había paz.

—Si... Será perfección que ella le dio hogar a Klei inclusive que dejó se fuera cuando ya lo decidiera pero lo que no comprendo era el motivo de haber asesinado a todos los demás y a ella no.

—¿Te soy sincero? 

Cerberos solamente nos miraba hablar y ver cómo no respondiamos uno al otro, por alguna extraña razón creo que sentía que nos íbamos a pelear o quizás hasta matar... La verdad que no entendía él, pero que yo ya sabía que ese tipo conocí a mi madre y que sabía cosa que yo no tenía idea de que pudiesen haber sucedido pero aún así sentía un vínculo hacia el, uno poco común y muy agradable qué era difícil de conseguir pero ahora más que el vínculo me importaba la historia real.

—¡Sí!— contesté afirmando con la cabeza.

—bueno pues verás... Ella estaba embarazada de ti cuando eso sucedió y realmente jamás vio alguien como aquella mujer en sus tierras, pensó que quizás ella sería una buena madre ya que aunque aún no lo sabía ella había perdido a su familia y necesitaba de alguien que llenara ese vacío.

—¿Yo?

Afirmó— pensó lo mejor para ti pero en realidad ella no quería darte del todo y por eso tienes sus espadas, quería hacerte saber el recuerdo de ella en ti. Pero hay algo que no encaja... ¿Porque siento más que su poder en ti? Es como si fueras ella, es decir, sé que eres parte de ella pero su esencia está en ti cómo cuando te acercas mucho a una fruta y está te pega su olor. Quizás y sólo es mi idea, después de todo consideró que me estoy volviendo loco en estas cuatro paredes.

Cerberos y yo reímos pero no sabíamos que lo que había dicho no era tan falso, ya habíamos sentido quiero que el percibió nosotros también lo habíamos hecho y qué en algún sitio estaba esa mujer esperando para salir de donde sea que estuviera.

Por otro lado eso que nos seguía también estaba muy interesado en el mismo asunto pero más que eso era como si tuviese algo que esconder de todos los que quisieran entrar, es entendible puesto que según decían que al final de este camino existe otro mundo en donde todo es totalmente diferente y puede vivir en con tranquilidad cualquier persona o ser que quiera entrar, pero como en todo paraíso hay alguien que manda por supuesto que había que pedir permiso antes de poner un pie allí y todos suponíamos que esa cosa que nos seguía era efectivamente quién ponía allá las reglas para los visitantes.