—Sister, despierta o no podrás usar el baño.— Kara me zarandeó arrancándome de los brazos de Morfeo, mi dulce amante en noches y madrugadas. —Voy al de chicos.— gruñí tratando de arañar unos minutos más de sueño, como si pegándome más a la almohada pudiese volver a dormir. —También estamos usando ese.— me dio un último empujón y se puso a preparar el neceser, me dio por causa perdida, al igual que todos acababan haciendo. Pero mi sueño había sido perturbado ¿habían descubierto mi truco? Creía las palabras de Kara, pero necesitaba verlo con mis propios ojos. —¡Noooooo!— grité exageradamente al ver los dos servicios a rebosar, estando asomada desde la puerta de la habitación número 13. —Unicornia dramática.— rió Kara al salir de la habitación para ponerse en la fila común para ambos ser

