La Venganza de Esmeralda.

Habían pasado catorce años desde la gran lucha de Jade, aun recordaba la muerte de Horus a sus pies, había visto como la obsesión había arrebatado la cordura a su amigo de la infancia, aun lidiaba con algunos de los pueblos de Oriente, rebeldes que apoyaban ciegamente la causa de Horus. Después de su vuelta al a verse convertido en la Gran Faraona de Egipto sumándose Oriente a sus terrenos, debía ocuparse de los pueblos devastados y las personas sin hogar, Hector y Jade durante mas de cinco años se sumaron en guerras con los rebeldes para parar las muertes innecesarias así consiguiéndolo, había tenido que lidiar con el crecimiento del Heredero al Gran imperio que poco a poco se convertía en un hombre, Jade imploraba a los dioses que no creciera tan rápido que las lunas no marcaran el tiempo tan rápido para su pequeño bebe que había cumplido dieciséis años ya, Hector había estado día tras día arreglando y luchando para que cuando cedieran el trono a su hijo estuviera casi todo solucionado. Jade observaba como su gran amor instruía al pequeño bebe que había acurrucado una y mil veces en sus brazos, observaba como le enseñaban a luchar y a manejar cualquier tipo de arma, el Gran Maestre Jeremías de avanzada edad había estado enseñándole los grandes pergaminos con las enseñanzas de los dioses, los escritos de los anteriores Faraones, y le había concedido sus propios pergaminos para que escribiera el mismo sus logros como los Faraones de antaño. Jade había decidido que era el momento de cederle su khopesh. Jade agarro el khopesh con melancolía había conseguido muchas victorias con el y solo deseaba que le diera suerte y fuerza a su hijo en las próximas batallas, bajo las escaleras dirigiéndose hacia su hijo. - Ya es hora de un descanso - dijo Jade acercándose a ellos, Hector se acerco a ella y le dio un beso en la frente - ¿Es la hora no crees? - dijo Jade sonriendo ampliamente y cediéndole el Khopesh a su Faraón. Hector cogió el arma pensando en como había pasado el tiempo y en lo que suponía dárselo a su hijo. - ¿Qué es eso papa? - dijo acercándose hacia ellos limpiándose el sudor. Hector se acerco a su hijo, poniéndole cariñosamente la mano en el hombro. - Queremos hijo darte algo que a nosotros nos ha acompañado y dado muchas victorias y esperamos que consigas la calma tu también con su ayuda. - le tiende el khopesh y lo coge con emoción, lo examina con detenimiento sorprendido, estaba recién afilado y la empuñadura de oro brillaba como el sol. - Mama, Papa...es un honor, yo protegeré el imperio con mi vida, los dioses y vosotros estaréis orgullosos de mi - los abrazo fuertemente , siguieron dándole instrucciones con el nuevo arma. Sus mejores amigos Thomas y Ramsés aparecieron corriendo riendo estruendosamente se acercaron a Hector pidiéndole ir a jugar, por detrás de ellos aparecían Isis con su hija Phyris esta renegando y con mal humor. - Papa puedo ir a jugar con ellos y enseñarle el Khopesh...porfavor - los tres niños imploraban ir a jugar - Esta bien pero llevad cuidado - Hector le revolvió el pelo a los tres niños y se acercaron a Isis y su hija. -¿Phyris que te pasa? te han hecho algo estos niños...- pregunto Jade preocupada - Solo a sido una pequeña tontearía, solo le han dicho que no querían jugar con ella y han echado a correr, estos niños... sabes que vendrán a buscarte para que juegues... - Isis le acariciaba la larga melena negra de Phyris así intentando calmar su enfado. - Estos niños... no tardaran en venir a por ti, ya lo veras... - dijo Jade acariciándole la mejilla sonrosada - Si no lo hacen podemos beber un poco de te y unas pastas de manzana y limón ¿Qué te parece? - Phyris sonrió ampliamente las pastas de manzana eran sus favoritas, cuando estaban ya sentadas las tres y Hector había salido hacer unos quehaceres , el hijo de estos avanzo corriendo hasta ellas, cogiendo algunas pastas de limón, miraba a Phyris sabia que se había enfadado, sus amigos se quejaban de ella, porque era una chica y no quería que jugara con ellos pero a el su compañía le gustaba, intento hablar con ella. - Phyris quieres ver mi nuevo Khopesh... - lo dijo bajito esperando la reacción de la morena, lo miro dudando de su respuesta aceptando al fin. Se sonrieron mutuamente y salieron corriendo hacia el rio. Isis y Jade admiraban la escena, expectantes, sabían que había una conexión especial entre ellos desde pequeños, se habían criado juntos. Se miraron las dos con complicidad. - ¿Crees que en un tiempo puedan llegar a ser algo? - pregunto Jade dejando a su amiga impactada... - Jade se que somos amigas pero le e dejado claro a mi hija que ella no es de la realeza no es digna de ese puesto... - Isis dijo apenada pero convencida de lo que decía. - Que dices Isis, si ellos se enamoran no importa que ella ocupe el lugar de una Faraona, por no nacer en una cuna de Oro no significa que no pueda ser feliz y ser una buena Faraona... sin duda tendrían mi aprobación, -Isis no contesto, solo asintió con duda. Mientras Hector y Phyris avanzaban hasta la parte baja del rio, en un trozo de piedras y hierba fresca se sentaron para ver el nuevo Khopesh de Hector.