+ALEXANDER+ Salgo de mi casa con la calma de un hombre que siempre consigue lo que quiere. El aire nocturno me golpea el rostro y sonrío; es esa sonrisa que me nace cuando huelo victoria antes de que suceda. Bastien camina detrás de mí como siempre, mi sombra silenciosa. Si alguien cree que soy un hombre solo, es porque nunca ha notado cómo mis ojos ven a través de los de él. Bastien no es solo mi guardaespaldas; es mi mano derecha, mi extensión, mi otra mitad en un mundo donde confiar en alguien es un lujo. —Hoy será divertido —le digo mientras subimos al auto. Él asiente y me abre la puerta sin hacer ruido. Cuando el motor ruge, siento que la ciudad entera se inclina ante mí. —Escucha bien —le digo mientras miramos por el parabrisas la calle iluminada—. Quiero que estés atento. El m

