Cómo odio amarte

No entiendo, juro por dios que no entiendo que diablos está pasando. Vuelvo a mirar mi teléfono y sigo sin comprender. Un mensaje, Álex terminó conmigo a través de un mensaje. WhatsApp de Amorcito: "Sandy, muy bonito todo lo que vivimos pero necesito que entiendas que tú y yo ya no podemos seguir juntos. Debo crecer y madurar, casarme y formar una familia, y tú comprenderás, amorcito, que no eres una mujer para casarse. No puedo pelear contra tu clase social. Para casarme debo hacerlo con una mujer de mi misma clase, lo siento. Ya no me llames porque desde hoy... Estás bloqueada. Besitos." Por más que leo el mensaje no puedo comprender que fue lo que pasó. Me acaba de decir que no soy una mujer para casarse y que debe ser alguien de su misma clase social. No entiendo. Estuvimos saliendo por 5 años, yo iba con todo en esta relación, es más, yo no lo busqué, él me buscó a mí. Me dijo siempre que me amaba, hacía cosas por mi y mis padres lo querían, aunque estoy segura de que no me aman a mi y de que se mostraban contentos conmigo por el dinero de Álex, eso era lo único que les importaba. Mi madre entra a mi cuarto acompañada de mi hermana menor, que es su favorita y lo ha sido siempre, ambas me miran con los brazos cruzados, yo me siento en mi cama para ver qué es lo que me van a decir ahora. - No entiendo... No entiendo cómo fuiste tan estúpida cómo para dejar ir a Álex ¿En qué diablos te fallamos tanto que nos dejaste sin dinero? ¿Ahora cómo vamos a pagar las cuentas? - ¿Cómo voy a ir a la universidad? No puedo perder mi auto. No voy a dejar de comprar las cosas que me gustan sólo porque tú eres una perra que no abrió las piernas. Si, exactamente, esas son mi madre y mi hermana, ambas me veían sólo como un bien que les traía dinero, ahora que Álex se ha ido, yo no valgo nada. Siempre fue así, mi vida siempre fue la misma, ellos no me quieren pero yo tampoco siento algo por ellos, más bien, es como si fuese una extraña en esta casa. Nunca me importó mucho, porque en estos 5 años con Álex de verdad creí que podría tener una familia a su lado, y ahora él me traiciona de este modo, como si yo no fuese más que una cualquiera con la que pasó este tiempo. Me siento terrible, es un dolor que no logro explicar, me duele el cuerpo entero. Juro por Dios que quisiera morir ahora. Cuando dejan de burlarse de mí, mi alma no descansa, sólo vuelvo a pensar en todo ¿Porqué me hizo esto? ¿Porqué no me lo advirtió antes? ¿Porqué me usó? Dios, ya no puedo más. - Gracias por todo el apoyo que me dan. - Les digo parándome sin querer quejarme, ellas me dan igual. - A ver... Para que quede claro, tu no mereces apoyo, si el pobre de Álex se alejó de tí es porque no sirves para nada, entonces es él quien necesita apoyo. - Mi madre y su acidéz como siempre. - Exacto, si eres mala en la cama, él no puede quedarse contigo. - Tu hermana tiene razón, quizá Álex quiera salir con alguien como tú, Ceci. - ¿Tú crees, mamá? - Por supuesto, tu eres mucho más linda y simpática que esa hipócrita, es más, con los consejos que te ha dado mamá, de seguro eres mejor en la cama que ella. Ambas se toman de las manos y hacen como si esto fuera un chiste, saltan de alegría y yo sólo las observo, no me sorprende, pero tampoco me voy a quedar viéndolas. Tomo mi bolso y salgo del cuarto, cuando llego a la sala entra mi papá, quién me mira molesto. - Dime, Sandra ¿Que es esto que estoy leyendo? - No sé a qué te refieres. - Le digo restándole atención a lo que me muestra en su teléfono. - Esta noticia debe ser falsa, de seguro Álex Pimentel no se va a casar con la princesa de Cosmo Cosmetics. ¿Que diablos? ¿Se va a casar con otra y lo anunció hoy mismo que terminó conmigo? ¡Es un hijo de su chingada madre! Salgo de la casa, mientras mi padre y mi madre me gritan que es mejor que no vuelva, quizá tienen razón, es lo mejor. No quiero volver a verles la cara después de todo lo que me han hecho. Voy caminando por la calle mientras observo a mi alrededor, no hay nada que pueda hacer, esto ya llegó a su fin, pero ¿Que hago yo con todo el amor que siento por él? Busco el teléfono y marco a mi amiga Deisy. - ¿Aló? ¿Para qué me llamas? - Se nota algo molesta.udemos - Deisy, yo... - Querida, todo el mundo sabe que Álex se va a casar con Cecil Campbell y que tú eres la tercera en discordia, hazte y haznos un favor alejándote de nosotras. Me corta, así como me contestó me cortó. Ok, sentenciado, todo el mundo estaba cerca de mí solo porque Álex estaba conmigo. Sin Álex, para ellos, no valgo nada. Pero estoy decidida, esto se acabó, ese imbécil me tendrá que decir a la cara porqué me hizo esto. Busco en el navegador en dónde está llevándose a cabo la fiesta de compromiso y me arroja un centro de eventos en las afueras de la ciudad, así que tomo un taxi y me dirijo hacia allá. Llego hacia el lugar, bastante alejado debo decir, y me bajo del auto mirando hacia donde están las personas, hay seguridad por todas partes y yo que sólo traigo un jeans y una chaqueta negra con zapatillas no es precisamente que encaje en este lugar. Llego hacia la puerta en dónde los guardias están deteniendo a la gente y me embarco en una conversación a ver si logro convencer a alguno de ellos de que me permitan la entrada. - Disculpe, ¿podría pedirle un favor? - ¿Que necesita? - Es que mi invitación está allá adentro y no puedo entrar, mis amigas entraron recién y ellas traen mi vestido. Puede chequear, son Emma Langley, Taylor Scofield, Sarah Ferguson y Deisy Luther. - Lo siento, no puedes entrar si no tienes invitación y yo no puedo ayudarte. No insistas. - Se vuelve y mira al hombre que está en el auto estacionado al lado. - Adelante por favor, Sr. y Sra. Campbell. - Por favor, Max, saca la basura. - La desagradable mujer me mira con ironía mientras habla. Esos son los padres de la princesa de los cosméticos, sólo espero que todos se ahoguen en su propia saliva. - Por favor, Max ¿Ese es tu nombre? Ayúdame y nadie va a notar que entré, por favor... - Intento rogar pero el hombre sólo me toma del brazo y me saca de la entrada dejándome más atrás. - ¡Eres un desagradable, Max! - Le grito molesta mientras a mi lado, un tipo muy contento baja el vidrio y me mira sonriente. - ¿Para qué quieres entrar? - Me dice con un tono de voz divertido. - ¡No te rías! No entiendo de qué te ríes. ¡Que desagradable reírse de los demás! - Le digo enojada y el levanta las manos. - Juro que no me reía de ti, sino de tu insistencia, si quieres entrar entonces sube. Me encantaría saber porqué te mueres por ingresar a un evento tan patético y aburrido como este. Abre la puerta de su auto mientras vuelve a sonreír y me hace espacio para que me suba. - Gracias por ayudarme, pero nadie ayuda a otros gratis, dime de una buena vez por todas qué es lo que me vas a pedir a cambio por dejarme entrar. - Tengo una personalidad muy directa. - Simple, sólo quiero observar si es que este nefasto evento se vuelve divertido gracias a ti. - Sonríe y es precisamente eso lo que me hace subir al auto, si él quiere ver acción, entonces acción le daremos al público. Espérame, Álex, esto no ha terminado.