Silencio incómodo

1051 Words
Anabel Voy despertando con un poco de dolor de cabeza, creo que anoche me excedí un poco con el vino, necesito darme un baño pero no me puedo levantar, siento una presión sobre mi abdomen, giro un poco la cabeza y me encuentro con un Cristian semi desnudo durmiendo a mi lado, de inmediato revise bajo las cobijas pero yo tenía puesta la pijama y él un short, entonces no pasó nada entre nosotros pero yo no recuerdo haberme cambiado de ropa, trato de salir de su agarre y me deslizó por la orilla de la cama una vez fuera de éste caminó muy despacio hacia el baño y después de entrar cierro la puerta con seguro. -¿Será que él me puso el pijama? ¿Entonces me vio desnuda?-regañaba a mi reflejo en el espejo, cuando volvió a mí lo último que le dije a Cristian- ESTAS LOCA ANABEL, cómo es posible que le pudieras un bebé, espero que él también estuviera tomado y se le olvide, aunque sí me trajo hasta mi cuarto y me cambio debió de estar sobrio, AHHHH.- de repente escuché que alguien trataba de abrir la puerta del baño -¿Amor estás bien?¿Por qué gritas? - era Cristian se me olvidó que estaba durmiendo en mi cama. - Si estoy bien, me voy a dar un baño. - grite desde dentro del baño -Esta bien, con cuidado por favor no quiero parar en el hospital, iré a mi cuarto a cambiarme.- escuché sus pasos alejarse y su risa por su comentario, me metí a bañar y al salir mi cama ya estaba tendida y mi vestido de ayer doblado encima de una silla, fui directo a mi clóset para elegir algo sencillo así que me puse unos mom jeans con un top blanco y un cárdigan gris que me llega hasta las rodillas, no quise ponerme tacones así que opte por unos tenis blancos, cuando termine salí de mi cuarto y Cristian ya está afuera esperándome. -Bajemos a desayunar, seguramente todos ya están abajo- tomó mi mano y me guió por las escaleras, me encanta que sea tan protector y cariñoso conmigo, llegamos a la cocina y efectivamente ya estaban sentados en la mesa Jorge y Susan haciéndose cariñitos, Víctor se tomaba unas pastillas supongo que él también tiene resaca y mi nana estaba terminando de servir el desayuno. -Que bueno que ya bajaron, tomen asiento deben de estar hambrientos- nos dijo mi nana mientras ponía un plato con pan en la mesa. -Gracias nana, te ayudo a terminar de pasar todo- le dijo Cristian mientras tomaba unos platos de la barra, que pasó ayer como para que él tenga la confianza de decirle nana a mi nana, me alegraba pero me sorprendió bastante. -Gracias Cristian, ¿Y hoy que harán? ¿Volverán a la ciudad o se quedarán otro día más? -Quisiéramos quedarnos pero mañana tenemos que trabajar así que yo creo que nos iremos en unas cuantas horas.- le contesté mientras tomaba un sorbo de mi vaso de jugo. -Ojala se pudieran quedar más tiempo, me pone muy feliz tener más gente en la casa, como le dimos vacaciones a casi todos los empleados de la casa se siente muy sola. - Deberías irnos a visitar a la ciudad alguna vez nana. -No es mi ambiente la ciudad, me gusta estar más cerca de los espacios abiertos, espero que se tomen unas vacaciones y vengan a quedarse. - por un momento dude pero antes de que pudiera contestar hablo Cristian. -Claro que sí lo haremos, yo creo que dentro de quince días sería una buena fecha.- mi nana se puso muy feliz y abrazo a Cristian. -Perfecto, entonces prepárate todo para esos días. - después de eso ya no se volvió a tocar el tema, todos comentaban la fiesta de ayer y lo genial que estuvo todo, por suerte hoy vinieron a retirar todo y el jardín quedó igual que siempre. Después de asegurarme que todo quedará en orden y que mi nana estuviera bien, tomamos nuestras maletas y las subimos a las camionetas, Jorge manejaría su carro y dejaría a Susan en su casa así que nos despedimos de ellos y después me despedí de mi nana prometiendo volver, subimos a la camioneta y mantuve silencio por un buen tramo del camino aún estaba tratando de procesar todo. Cristian Algo le molestaba a Anabel, en este poco tiempo había aprendido a conocerla e identificar sus estados de ánimo y en este momento se encontraba molesta, preferí no decir nada pero ella mantenía su ceño fruncido así que no pude resistir más. -¿Algo te molesta amor? - giro a verme y después regresó su vista al frente. - Habíamos dicho que nos tendríamos confianza y nos contábamos todo, dime qué sucede. - No puedes decidir por mí- no entendía a qué se refería. - decidiste que días tomaríamos vacaciones para venir a la casa de mi padre, no sabes si yo tengo planes o algo de trabajo ese día y tú ya dijiste que si. -Lo lamento amor pero ya había revisado la agenda y pensé que te haría feliz estar con tu nana. -No puedes tomar esas decisiones por mí, yo tengo todo el derecho a ver si quiero o no ir. -Lo hice por tu nana, para que pases tiempo con ella. -Pero no tienes que hacer eso, yo soy independiente siempre he tomado mis decisiones. -Pero ahora no tienes que hacerlo sola, yo estoy aquí para apoyarte. -Pero no quiero que me apoyes, yo hago las cosas sola porque quiero. -Pero ya no estás sola, somos una pareja. -Entonces debería de estar sola otra vez para poder decidir. -Si es lo que quieres, entonces puedes estar sola no te molestaré más. Llegamos al edificio y bajo de la camioneta muy enojada al grado de azotar la puerta, deje que subiera sola mientras bajaba las maletas de la cajuela, no sabía en qué momento todo se había salido de control, aproveché el tiempo en el elevador para pensar las cosas, ella siempre estuvo sola, siempre independiente y no podía llegar a querer mandar en su vida, creo que por una parte no debía haberle hablado así, ahora solo espero que me permita hablar con ella
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