03

1185 Words
Chiara... Camino directamente hasta el interior de la casa dejando atrás a Harby, un poco nerviosa por su cercanía. Su mirada intensa sobre mi hizo que mi piel se erizara. Pero no puedo fijarme en un hombre como él porque Harby jamás se fijaría en mí. También está el hecho de que vivimos en países diferentes por no decir que mi padre jamás lo permitiría. Así que sacudo la cabeza mientras regreso a mi habitación, aunque desvió mi camino y voy a la habitación de mi padre. Al entrar lo veo sentado en su cama leyendo en su iPad. Él al escuchar levanta la mirada y sonríe al verme, en silencio camino hasta acostarme junto a él. - buenos días amor – me saluda mientras lo observo. - Feliz cumpleaños papá – digo sentándome para besar su mejilla. - Me alegro tanto de tenerte junto a mi este día – me abraza besando mi cien – hija hay algo que quiero preguntarte. - lo que quieras padre – respondo viéndolo confundida. - ¿quieres acompañarme esta noche a una fiesta? – pregunta - la pregunta sería para ti padre – respondo y él me observa curioso – para mi será un placer hacerlo. ¿Pero tu estas seguro? - por supuesto que quiero que me acompañes – responde sonriente - será en Milán esta noche, para celebrar mi cumpleaños. - ¿A qué horas nos vamos? - pregunto sonriendo - en una hora, para que lleguemos a tiempo y compres un vestido – responde él - voy a bañarme para que nos vayamos – respondo poniéndome de pie – te amo papá – digo saliendo de la habitación rumbo a la mía donde me doy una ducha rápida para luego vestirme. Elijo conjunto deportivo de color n***o y tenis blancos. Me hago una coleta alta y no me maquillo. Cuando bajo al jardín lo encuentro junto Guido desayunando. - hola pequeña – dice mi hermano poniéndose de pie para saludarme. Comenzamos a comer mientras hablamos de temas triviales y reímos. Amo estos momentos con ellos porque son muy pocos, además de que jamás se sabe cuándo será el último, debido al estilo de vida que llevan. Al terminar de comer nos ponemos de pie para dirigirnos hasta el helipuerto que hay dentro de los terrenos de la casa. Al llegar veo a Harby junto al hermoso helicóptero de color n***o. Nos abre la puerta para que subamos, lo hago primero y él me toma de la mano para ayudarme, pero al hacerlo siento como mi piel se eriza ante su tacto. Aparto la mano rápidamente para terminar de subir, luego sube mi padre y hermano, por ultimo sube el sentándose frente a mí. Nos ponemos los audífonos para poder hablar sin tanto ruido. Comenzamos hablar sobre todo y a la vez nada. Durante el camino siento su mirada sobre todo el camino. - Harby – lo llama mi padre – cuando lleguemos, acompañaras a Chiara de compras. - Papá, no es necesario – digo y es que no quiero estar cerca de él, no me gusta lo que me hace sentir – puedo llamar a Emma para que venga conmigo. - hija ella no se encuentra en la ciudad – me informa lo cual no me sorprende ya que siempre lo ha hecho. Controla todo aquello que tenga que ver conmigo, pero no llega hacer asfixiante. Emma fue con quien crecí, sus padres se hicieron cargo de mi cuando mi madre murió. Emma es mi mejor amiga, aunque ahora es una súper modelo jamás ha dejado de estar hay para mí. - por supuesto señor – responde él sin más ganándose una asesina mirada de mi parte. Al llegar a Milán nos llevan hasta la casa que tiene mi padre aquí, así que rápidamente estamos allí.  Mi padre me dice que él y Guido tienen asuntos que atender, por lo qué decido irme a buscar el vestido. -              Hija, toma – dice extendiéndome una de sus tarjetas. -              Papá, tengo la mía – digo y él enarca una ceja. -              Esta tiene cupo ilimitado – responde haciéndome rodar los ojos.   -              La que me diste también – respondo y él ríe – pero como es tu cumpleaños te voy a complacer. – me acerco para tomar la tarjeta para luego abrazarlo. -              No se te olvide que Harby irá contigo – dice y yo me tenso, pero asiento con la mirada – nos vemos en la noche. Lo veo irse dejándome sola en el recibidor de la casa. Suspiro resignada mientras me doy la vuelta para ir en busca de Harby. Lo encuentro revisando una camioneta en la que creo nos iremos. -              Ya estoy lista para irme – digo llamando su atención, pero me arrepiento en el momento en que sus ojos se posan en los míos y siento una fuerte atracción hacia él. Harby se pone de pie lentamente para acercarse hasta donde estoy. -              Por supuesto – dice cada vez más cerca hasta el punto que nuestros alientos chocan. Por un instante me pierdo en sus hermosos ojos que no abandonan los míos en ningún momento. Una de sus manos pasa por mi lado y escucho como abre la puerta del asiento de atrás para luego alejarse de mí. Sacudo la cabeza mientras le subo a la camioneta e instantes después él lo hace. - ¿Dónde gusta que la lleve? – pregunta en un tono de voz un poco más ronco. -              A la gallería Vittorio Emanuele ll – pone el auto en marcha al tiempo que mi teléfono suena. Observo de quien se trata y veo que es de la clínica – diga -              Doctora Santoni – la voz del director del hospital me pone en alerta – llego un nuevo caso para usted y es importante que esté aquí cuanto antes. -              ¿de qué se trata? – preguntó buscando entre mi bolso mis audífonos. -              Se trata de un Niño... - comienza a explicarme y yo rápidamente conecto los audífonos para tomar nota en mi celular. A mi corta edad tengo dos especializaciones dentro de la medicina. Soy cirujana plástica y médica de urgencias. Siempre me preguntan por qué no abro mi propia clínica estética y la respuesta es simple. Porque si me especialice en como cirujana plástica fue para ayudar a las personas que realmente lo necesitan. -              ¿Es consciente de que nunca he tratado a un niño? – preguntó luego de que él me expone el caso. Se trata de un que fue atacado por un perro y desfiguró su rostro y parte de sus hombros. -              Soy consciente de ello, pero en este momento usted es la única esperanza para ese Niño – responde el doctor y yo me quedo pensando. Desvió la mirada al frente y me encuentro con esos hermosos ojos que me observan en el retrovisor. -              Mañana a primera hora viajaré de vuelta – evito decir el destino – manténgalo estabilizado en lo que llegó. -              Por supuesto doctora – responde para después colgar. -              ¿así que eres médico? – pregunta Harby viéndome a través del retrovisor. -              No es algo que sea de su incumbencia -  respondo a tiempo que llegamos a la Galería. Cuando el auto se detiene bajo rápidamente sin esperar que él me abra la puerta. Debo alejarme de él.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD