CAPÍTULO XV No puedo recordar en qué momento exacto, después de formalizar, mi compromiso con Philip, decidí que, para mi propia paz de espíritu, debía saber todo lo necesario acerca de Nadia. Mucha gente, en el curso de sus conversaciones, decía: “Es espléndido que Philip haya superado aquel episodio lamentable de su juventud” o, “Nunca creímos que Philip se casaría después de…” y se interrumpían y miraban inquietos, aunque yo sabía perfectamente a qué se referían. Parecía imposible escapar del pasado de Philip. Esa noche, cuando me besó por primera vez, quedó grabada en mi memoria para siempre. Creo que él no se dio cuenta de que había pronunciado el nombre de Nadia en aquellos momentos de emoción. Habíamos seguido acariciándonos; pero, finalmente, cuando nos separamos y encendimos la

