Capítulo 3: Jayden

1417 Words
(Cuando llegó al comedor) —¿Por qué todos me miran? —¿Qué esperabas? Es muy extraño que estés otra vez acá —Bryant rió aún sin poder creerlo. Él había sido uno de mis amigos el poco tiempo que estuve en esta escuela, pero perdimos contacto cuando me fui. —Además de que eres un Kingwell, así que anda acostumbrándote a ser el centro de atención ahora —bufé al escuchar a Matt. Definitivamente esa era una de las cosas que más odiaba en la vida; ser el centro de atención. —No voy a aguantar tener todas las miradas puestas sobre mí por mucho tiempo —informo—. Y aunque prometí no meterme en problemas, no me molestaría darle un puñetazo a cualquiera que se atreva a dirigirme la mirada hoy. No ando de ánimos. —Dios, Jayden —Marlon me miró serio—. Intenta no comportarte como un cabrón, por favor. —Sabes que no me gusta que me miren como si fuera un puto actor de Hollywood. Que tenga este apellido no es la gran cosa. —Bueno, para los otros definitivamente sí es la gran cosa —Bryant se encogió de hombros. —Recuerda que mis padres quieren que te hagas amistades "normales", así que debes ser agradable para que quieran acercarse a ti. —¿Cómo? ¿Por qué te piden eso? —Matt frunció el ceño confundido. Puse los ojos en blanco. —Puede que mi hermanito haya tenido "amistades" no muy buenas en su antiguo colegio —Marlon chasqueó su lengua. Me tiré hacia atrás cruzándome de brazos mientras observaba a cada persona que se encontraba en el comedor para ver si recordaba a alguien, pero al parecer no—. Cosa que definitivamente le trajo muchos problemas. Por eso ahora lo quieren obligar a juntarse con gente que sea una buena influencia para él. —Ya, ya —lo paré—. No es necesario que des tanta información. —¿Y nosotros qué somos? ¿Buena o mala influencia? —Bryant preguntó con gracia. —Ni idea. Ve a preguntarles a mis padres qué cataloga a las personas como mala influencia, porque la verdad no lo sé. —Tú lo sabes —Marlon me miró con dureza—. Alguien que no te dé drogas, no te invite a carreras ilegales, no te incite a robar... —j***r, para ya —mordí la uña de mi dedo pulgar intentado olvidar que Marlon, como siempre, me está sacando en cara la mierda que en algún momento llegué a hacer. Es una putada que siempre saque el tema, y más que hable de eso frente a otras personas. Volví a concentrarme en buscar a alguien que se me hiciera conocido, pero no puedo evitar fruncir el entrecejo al notar la mirada nada disimulada de una chica. Lo bueno es que definitivamente no era a mí a quien miraba. —¿Quién es esa chica y por qué te mira con esa cara de loca enamorada? —le di un codazo a Marlon mientras apuntaba con mi cabeza a la chica de cabello color miel, la que al darse cuenta de que la había pillado, se giró rápidamente hacia sus amigos. —¿Quién? No sé de qué hablas. —Esa, la que está al lado de la morena con vestido amarillo. —Tío, no veo a nadie de amarillo. —Dios, Marlon —resoplé—. Definitivamente tienes que usar lentes, cabrón —ni me molesté en seguir hablando de la chica ya que se había ido del comedor, pero de todas formas el ciego de mi hermano no la iba a encontrar aunque siguiera sentada en esa mesa. Pero no hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta de que ella está coladísima por él—. Cuéntenme, ¿hay alguna chica a la que no me pueda acercar? Ya saben, alguna que les guste o con la que quieran tener algo. —Bueno, hay una chica llamada Constanza que... —miré a Bryant con la ceja alzada—. j***r, si te acercas a ella jamás se va a fijar en mí —se quejó en voz baja, a lo que reí. —Tranquilo, no lo haré. ¿Está acá? —No la veo, pero después te la presentaré. —Así que Jayden Kingwell viene en busca de chicas ¿eh? —Matt bromeó. —No "en busca" —hice un gesto con las manos—. Pero si veo chicas que me llamen la atención no dudaré en acercarme a ellas. —Pero tienes que decirles desde un principio que es sólo para pasarlo bien, Jayden. —j***r, Marlon ¿puedes dejar de decirme qué hacer? —me puse de pie de golpe, totalmente exasperado—. No soy un crío, sé perfectamente qué decirles a las chicas con las que me enrollo. —Estás demasiado a la defensiva, ¿qué te pasa? Oleadas de arrepentimiento me atraviesan. Mierda, sí. La verdad lo estoy. —Perdón —me aclaré la garganta—. Me estoy desquitando contigo por tener que estar acá. —Sé que no te gusta esta escuela, Jayden —mi hermano me miró con lástima—. Pero nuestros padres sólo quieren lo mejor para ti... —Ya, lo sé —suspiré—. Creo que necesito salir a caminar. —¿Te acompaño? —No, gracias. Prefiero ir solo —le di una sonrisa incómoda—. Te veo después. Salí del comedor con rapidez y caminé directo al patio trasero. Estar acá definitivamente no me hacía nada feliz. Haber tenido que dejar a mis amigos de hace años es una mierda. Pero, muy en el fondo, sabía que esto iba a ser algo bueno para mí. Aunque me costara admitirlo. Porque sí, sé que si no me hubiese hecho amigo de algunas personas, jamás hubiera llegado a hacer ciertas cosas de las que ahora me arrepiento. Pero las hice. —¿Ya te aburriste de espiar a mi hermano? La chica que tenía frente a mí dio un saltito al escuchar mi pregunta. Me miró nerviosa y tragó duro antes de hablar. —¿Ah? —Que si ya te aburriste de espiar a Marlon como una acosadora —volví a repetírselo, pero sabía que me había escuchado perfectamente. —Yo no estaba haciendo eso —farfulló antes comenzar a caminar a paso rápido, como si estuviera arrancando de un asesino. La seguí. —¿Cómo te llamas? —¿Por qué quieres saber? —preguntó con brusquedad—. ¿Irás a decirle a tu hermano que soy una acosadora? —Hey, tranquila —reí por la forma en la que me habló—. Yo soy Jayden King... —¿Crees que no sé quién eres? —bufó—. ¿Puedes dejar de seguirme, por favor? —paró el paso y me miró con mala cara. —No hasta que me digas tu nombre —chasqueé mi lengua con burla. —¿Por qué estás hablándome? No entiendo. — Mira, chica —carraspeé—. No sé en qué mundo vive mi hermano que aún no se da cuenta de que le gustas, pero yo lo noté de inmediato. —Que no me gusta —habló entre dientes. —Ya, bueno. Si tú lo dices... —me encogí de hombros—. Soy nuevo, sólo quería sacar un tema de conversación. —Y creíste que el mejor tema de conversación era uno donde me llamabas acosadora, ya —dijo cambiando el peso de una pierna a otra. —Sí, bueno. A veces soy un poco torpe —respondí con las manos enganchadas en las trabillas de mi pantalón. —Así veo... —¿Cómo te llamas? —volví a preguntar. —¿No le dirás a Marlon que soy una acosadora? Porque vuelvo a decirte que no lo soy —quise reír, pero no lo hice. No conocía de nada a esta chica, pero se notaba a leguas que no sabía mentir. —No se lo diré. Lo prometo. Me miró con desconfianza. Estaba planteándose si debía o no decirme su nombre, pero después de unos segundos se atrevió a hablar. —Sabine —murmuró—. Mi nombre es Sabine. Sonreí victorioso al escuchar el nombre de la acosadora de mi hermano. Definitivamente no es el tipo de chica con la que suele salir Marlon, pero uno nunca sabe. —Un gusto, futura cuñada.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD