Una Vida Inesperada

Capitulo 3

Su padre por fin logro descansar, pero ella no lograba hacer lo mismo. Se mantenía despierta recordando todos los momentos es que esto comenzaba a pintar mal y ella no lo tomo en cuenta.

Cuando conoció a Scott le pareció un hombre maravilloso, aunque siempre fue demasiado rápido con todo. Recordaba que la primera vez que lo vio el asunto era meramente laboral, y el de inmediato lo paso a otro plano, diciéndole lo guapa que era, y pidiéndole una cita independientemente de lo que decidiera en el trabajo. Tenía que confesar que le encanto su actitud de hombre decidido y lo favoreció un poco con el contrato porque quería seguir tratando con él.

La primera cita la había invitado al cine, y a cenar comida japonesa que era su favorita, no sabía como conocía de sus gustos, ya que no tenían muchos amigos en común, él era de un estrato socioeconómico más bajo que el de ella, pero eso para ella era lo de menos, ella buscaba nada más y nada menos que un romance como el de sus padres, un hombre que le robara la respiracion desde el primer instante, y aunque no era exactamente lo que ella sentía por él, él parecía sentirse así por ella, y que la amaran así le parecía suficiente. Alguna vez Alexia, su mejor amiga, se tomó la molestia de preguntarle si alguna vez hubo un hombre que le robara el aliento, si lo hubo, pero solo fue un corto tiempo, un instante, tal vez un capricho, ese hombre fue el mismísimo Evan, pero eso había sido una sensación pasajera de mucho tiempo atrás.

Cuando Evan llego a su vida ella estaba por cumplir 15 años, su hermano el súper genio se había adelantado a la universidad y aunque al principio parecía no irle tan bien empezó a salir con Evan. Él era el clásico playboy de la universidad, capitán del equipo de futbol, las mejores calificaciones, auto deportivo, abdominales sexys, hombros fuertes, cabello rubio y labios sensuales. Era el hijo de un magnate del mundo de los negocios, autos según podía recordar. Estaba rodeado de amigos porque no solo tenía una fortuna y atraía a todas las chicas, sino que tenía acceso a fiestas y clubes exclusivos. Él pareció adoptar a su hermano como un proyecto y lo hizo también destacar en deportes, que nunca habían sido su fuerte y hasta dejo de ser un niño flacucho y adopto músculos y fuerza, en especial de carácter que vaya que le hacía falta. Iba a la casa de vez en cuando y era muy apreciado por sus padres, ella en general los evitaba porque eran un par de idiotas.

No fue sino hasta unas vacaciones de verano, antes de que ella cumpliera 18 que él los acompaño, estaba a punto de iniciar su residencia médica y quería unas vacaciones con Ben y Jason, pero sus padres ya tenían arrendado un rancho en Illinois cerca de un bonito lago, y se terminaron incluyendo a las vacaciones ellos y también Alexia. No sabía quién cambio, si ellos o ella, o era el tiempo que no los había visto, pero en esa ocasión si lo encontró atractivo, cuando lo vio llegar al aeropuerto, con su maleta para encontrarse con ellos, le corto la respiración incluso antes siquiera de reconocer que se trataba de él. Traía el cabello más largo que la última vez, estaba recién rasurado, su rostro atractivo el mentón cuadrado y sus divinos ojos azules rodeados de unas largas y rizadas pestañas. Fue como si lo viera venir en cámara lenta, y toda la luz que entraba al aeropuerto fuera para él, para iluminar y hacer brillar aún más su perfecto cabello. Alexia le tuvo que recordar que cerrara la boca, aunque también estaba encantada con Jason y sus amigos, pero Jason ni siquiera la miro. Sus padres se perdían siempre como un par de enamorados y Jason junto a Evan y Ben se la pasaban en el lago bebiendo cerveza, escuchando música y de vez en cuando iban a la ciudad a divertirse en los bares, en los que por supuesto ni ella ni Alexia tenían permitido entrar. Fue una de esas bonitas noches de luna llena, Alexia se había desaparecido con algún chico sin darle detalles, y ella estaba sola leyendo junto a la alberca, aun sin cambiarse el traje de baño, aunque la noche empezaba a sentirse fresca. Escucho algunas risas de chicas y sospecho que había llegado su hermano con sus amigos y traían acompañantes, se levantó de la tumbona para entrar a la casa y vestirse y dar espacio de que ellos estuvieran en la alberca, iba con la cabeza clavada en su novela, estaba en un capítulo emocionante y fue entonces cuando choco con él, Evan tenía el torso desnudo, olía a colonia y a whisky, la abrazo para que no cayera al suelo, y eso a ella le acelero el pulso de inmediato.

- Ya no eres tan niña pequeña April- dijo el evidentemente ebrio, y paso una mano por su cara y después bajo con su dedo hasta la parte entre sus senos – pareces toda una mujer.

Ella se quedó callada, no sabía que hacer, pero estaba embriagada por el calor de sus manos, aún tenía una mano sobre su espalda y eso a ella le aceleraba el pulso, sentía el corazón a mil por hora y el sentir su tibia respiración cerca le estaba secando la boca por lo nerviosa que la ponía.

- ¿Te gustaría que te bese ahora? - le pregunto él, acercando los labios a su cuello, ella sintió el roce de su nariz y su cálido aliento, su piel se erizó de inmediato e inclinó la cabeza hacia atrás para facilitarle el acceso, sentía el contraste del frío viento en su piel caliente. Él comenzó a rozar su cuello con sus húmedos labios, tocándolo muy apenas, su cuerpo estaba reaccionando de formas inimaginables ante eso, sentía humedad entre sus piernas, sus pezones reaccionaron de inmediato al tacto y un escalofrió recorrió su nuca y su espalda. Seguía acercándose con un suave roce hasta sus labios y ella no podía más con la anticipación, acerco más su cuerpo al de él y se acercó a sus labios para acortar el camino, quería ser besada en ese instante, pero él se retiró de ella riendo.

- En serio creíste que iba a besarte- se burló un largo rato como si fuera la idea más graciosa y se alejó de ella – como crees April, jamás me fijaría en ti de esa manera, eres por asi decirlo como mi hermanita, no tienes ningún atractivo para mí, aunque seguro eres linda para otros chicos, solo digamos que no eres mi tipo.

Ella no le respondió, sintió el bochorno subir por sus mejillas, agradecía que estaba oscuro, pero con las luces de la alberca, seguro él podía notar que estaba roja.

- Eres un imbécil – le dijo ella avergonzada- no vuelvas a intentar acercarte a mí de esa forma o le diré a mi hermano que me estás acosando, eres un viejo, ¿cuánto tienes, como treinta?

- Estoy por cumplir 25, niña, estoy en mis mejores años – dijo él alejándose hacia las tumbonas, volvieron a escucharse las risas de que alguien venía hasta donde ellos estaban.

- Pues pareces más viejo, e irónicamente te portas como si fueras un puberto- ella entró a la casa molesta y no le dio oportunidad de contestar. Se fue a su habitación, se dio una ducha e intento calmarse, lo odiaba, la hizo sentir tan humillada en unos minutos y por nada.

Su hermano entró en la habitación, interrumpiendo sus pensamientos, ella comenzó a llorar de nuevo al verlo.

- Lo siento mucho Jason - le dijo ella entre lágrimas - lo siento con todos, esto es una vergüenza para todos.

- Hermanita esto no es tu culpa- le dijo él- tú no sabías que estabas con semejante idiota.

- Es que si lo sabía, debí saberlo - dijo ella afligida- en casa siempre tenía pornografía, siempre hacía comentarios asquerosos de otras mujeres incluso en mi presencia, con Eli fue muy insistente y yo la odiaba a ella en vez de a él por ser tan asqueroso. Conmigo fue violento muchas veces y siempre que tomaba, trataba de obligarme a estar con él. Quizás sentí que era su derecho tocarme cuando quisiera porque estábamos casados.

- Hermanita no sé cómo puedes ser tan anticuada- dijo Jason- crecimos en un hogar donde papá siempre era respetuoso con mamá, y ambos te tratamos con respeto a ti, eres joven, hermosa y estudiada, me sorprende que permitirás todo eso, pero tampoco Voy a juzgar, lo importante es que vas a estar lejos de ese hombre y mis sobrinos no van a crecer con ese ejemplo.

Y en eso el tenía razon, era lo mejor para sus hijos que el se hubiera ido.