NARRA EVANGELINE Agité violentamente mi cabeza y negué. No podía ser cierto. Fabien no podía estar muerto. Me solté del abrazo de Noemie y la sujeté por los hombros, para verla directo a sus ojos empapados en lágrimas. Necesitaba... No. Exigía una explicación del por qué estaba diciendo que Fabien estaba muerto. —Noemie, eso no puede ser cierto —farfullé entre sollozos—. ¡Fabien no puede estar muerto! ¡Dime que no es verdad! !Necesito que me digas que todo es una mentira! Ella se ahogó con su propio llanto y negó. Un fuere sollozo se escapó de su boca y un nuevo torrente de lágrimas se hizo presente. —Los han atacado —balbuceó—. Ha sido un grupo perteneciente a la mafia siciliana. Han... Ellos han llegado al bar de Palermo, han enviado un coche bomba que explotó en la entrada del b

