NARRA EVANGELINE
—¿Por qué todo es color rosa? —pregunté, mientras sostenía en mis manos el traje de enfermera y observaba cómo había quedado hecho jirones gracias a que Fabien lo había arrancado de mi cuerpo—. Me compras ropa y toda es rosa... Hay otros colores, ¿sabes?
—¿No te gusta el rosa? —preguntó. Sus dedos escurridizos hacían círculos sobre mi vientre y estaba recostado, con la cabeza apoyada sobre mi pubis. Las hebras de su cabello rozaban mi piel y me hacían cosquillas.
Hundí los hombros y ronroneé dudosa.
—Sí, pero no es como que sea mi color favorito —respondí—. Hay otros colores bonitos, como el azul, el beige, el amarillo...
—¿Ah? Creí que era tu color favorito, porque vestías un traje rosa el día en que nos conocimos.
Arrugué el ceño y sonreí. No podía creer que record
