CAPITULO 2

2342 Words
KAILANI Llega la noche y con ella los tragos. ¡Hoy sí que la reventamos! Apenas son las 11:30 pm. —Aún no entiendo cómo el mundo de la pasarela se pierde semejante mujerón solo por medir 1,50 —comenta Jud observándome. Sí, eso mido. Me faltan como veinticinco centímetros para estar en una pasarela, pero ni borracha seria modelo—, es inaudito… ¡Estás para romper la noche y los ojos de cualquiera que se te cruce! —Los ojos, seguro, como alguno se pase de la raya, la nariz también —respondo con mi gran sonrisa. —Joder… Que hasta yo me caliento viéndote, y eso que me gusta más la polla que el aire que respiro… —Todas nos partimos de risa. Fran y sus ocurrencias. —¡Dejen las pendejadas para cuando estén borrachas, zorras! Vámonos… Y estos cinco cuerpos montados en mi auto, ya sudando alcohol y fiesta. Arranca la noche… Accediendo a las peticiones del grupo, nos encamínanos al lugar donde hoy se reúne el mundo de la moda, ahí están todos nuestros conocidos y los no tanto. A toda velocidad, tomando las curvas de la extensa rambla que da a las hermosas playas, llegamos a destino. Estaciono y bajamos con tal glamour, somos las reinas de la noche que aún están en pañales. . —Maldita, debo arreglar mi cabello nuevamente ¿No podías ir más despacio? —Se queja Bren con su melena desarreglada. —Descontractura amiga, que mi auto te dejo mejor peinada de lo que venías. —Y no miento—. Entremos, quiero una caipiriña. —Buen vicio le agarré a esa bebida. Así lo hacemos y, una vez dentro del antro, nos vamos directamente a la barra moviendo las caderas. —¡Buenas noches, garotinhas! ¿Qué les sirvo? . . . . IANKOOK . . El sábado recién comienza, son la 1: 50 am. Solo yo sigo a estos energúmenos que tengo como amigos. Bien que podríamos haber hecho una fiesta privada, seleccionando las bellezas que nos podrían acompañar —Kook, ¿qué tal si vamos por unos tragos? —Dae, que nos los traigan aquí que para eso estamos en la zona VIP. Mi amigo asiente haciendo señas a la camarera, no tolero estar privado de moverme por donde se nos antoje. Debemos estar limitados a la zona VIP para que no estén encima de nosotros, es lo único que me molesta de la fama. Sé que, tanto a mí como a mis amigos, Daehyun, Minjoon, Jin y Jiho; nos encantaría poder estar en esa gran pista de baile moviéndonos libremente con las chicas que hay. Diferente es Juwon, que a él no le interesa, al hombre no le importa tener mil personas a su alrededor pidiéndole un autógrafo o sacándolo a bailar. —Uy, mi productor me acaba de escribir, me comenta que aquí está su novia con amigas. —Observando su teléfono, nos informa Juwon—. Dice que si la tocamos estamos muertos —nos muestra una foto—, pero que si alguno se anima a sacarle a la moscona de su amiga de encima, va a estar eternamente agradecido. Advierte que es fea, mandó foto. —Miro y… —¿Fea? Está bien buena, yo le daría hasta mi oxígeno, por no decir hasta mañana y bien duro… —Dejo salir de mi boca. Pero si es una belleza—. Ya le puse el ojo… ¡Es mía! —Sentencio. El resto se ríe y yo no, hablo en serio. Cuando le pongo la vista a algo… ¡Lo quiero y lo tengo! Con rapidez, saco mi celular para investigar y le pido a Juwon que pregunte el nombre de la chica. ¡Sorpresa! Es la hija de la pareja dueña de “Robinson Models”. Casualmente trabajamos para ellos, por eso estamos aquí. Encuentro sus r************* y me meto en **, vaya, vaya… Que pequeño es el mundo, estamos en el mismo local. Debo encontrar la forma de cruzármela. Kailani Robinson… Se me hará fácil tenerte en mi cama… . . . . KAILANI . . —¡Uuuuuuuh! ¡Amo bailar y tomar sin que nadie me joda la existencia! —Voy por mi cuarta caipiriña. Mis amigas asienten divertidas. El lugar está a tope, la música retumba por todos lados. Me encanta. Llevamos una hora aquí a un lado de la barra tomando, bailando y decidimos dar nuestra “putivuelta”. En fila vamos los cinco en busca de algún bailarín habilidoso que nos haga la noche, o, por qué no, andar de cacería. Paramos en los sanitarios a descargar las bebidas acumuladas y, al salir, me topo con un pesadito, de esos que te manosean sin permiso y me hacen enojar bastante. Son desagradables. —Evita tocarme. —Lo enfrento ni bien siento su palma en mi nalga izquierda—. No vuelvas a hacerlo… Sin dejar que responda me doy la vuelta y sigo caminando. Nos volvemos a parar en la putivuelta cuando tres morenazos sacan a bailar a mis amigas. Fran y yo las miramos mientras bailamos entre nosotros. A mi costado observo cómo un rubio enorme mira con cara de pervertido a mi amigo, así que le hago notarlo. —Bebé, te comen el culo con los ojos ¿Y no lo sientes? —La perra que habita en Fran se activa. —No me di cuenta. —Mira con disimulo—. Por Dios… Lo que es ese hombre ¡Joder! Toti, prepárate, hoy comemos a lo grande —le habla a su culo, así lo apodamos. El muy zorro se da vuelta y le hace gestos, supongo yo, obscenos… Conociendo el paño… —Creo que no deben esperarme para dormir. Bye! ¿Se fue? Me dejó aquí abandonada a mi suerte. Le hago señas a Joo avisando que regreso a la barra y las espero allí; y me voy. Una vez aquí, acodada a la bella barra de madera, me pido una “Skol beats” y, cuando creo que no he probado nada mejor en mi vida, el barman me ofrece “skol beats 150 bpm”. Me explica que es un shot súper fuerte con sabor similar a lo que recién tomé, así que acepto encantada. La bebida es como yo, chiquita pero potente, me encanta. Me pido una cerveza nuevamente y me percato de que alguien me toma de las caderas, apegando su cuerpo al mío. —¿Otra vez tú? Te dije que no me tocaras… —Vamos, bonita. Estás que ardes… —¿Qué le pasa a este tipo?… ¡Me acaba de refregar su pene! —¿Me puedes dejar en paz? —Lo empujo, noto que alguien alejado observa—. Vete antes de que pida que te echen a patadas, acosador… —Me está cansando. —¿Todo bien, beba? —pregunta Fran, apareciendo de repente. —Sí, supongo. —Pero creo que mi cara dice lo contrario. —¿Te está molestando? —Cuchicheamos en voz baja. —Sí, este tipo me tocó el culo saliendo del baño y ahora me agarró de las caderas y me refregó su puto pene. —Nos quedamos alertas—. ¿Y tú presa? —Fue al baño. Kali, es que nos dimos unos besazos que me absorbieron hasta el alma. —Nos reímos –. Y nos retiramos ya mismo, pero no estoy seguro de dejarte a solas con este gilipollas rondando. —Tranqui bebé, si se pasa de nuevo, pongo a ese cabrón en vereda. —No soy de dar vuelta al asunto, pero me inquieta que sea tan descarado. Seguimos charlando con Fran y ¡zas!, manazo en el culo. —A no, wey, que tú no entiendes ¿O qué? —Ya me prendió la ira—. ¡Vete! ¿Cómo te lo digo? En portugués, en inglés, en español, hay más… —Lo miro amenazante. Me doy vuelta y me vuelve a manosear, es la gota que rebasa el vaso, le doy una miradita cómplice a Fran y por el rabillo del ojo veo que el muy imbécil quiere volver a tocarme ¿Está drogado o qué? Sin más que pensar, nos damos vuelta con nuestros puños dirigidos a su cara ¡A dormir! Le metimos tremendo puñetazo entre los dos, pero el puñetas vuelve a la carga y cuando se me está por tirar encima, alguien lo agarra por la solapa de la chaqueta y le mete dos fuertes puñetazos. —¡Te dijo que no! ¿Qué no escuchas? —Oh… por… Dios… ¡Qué sexy!—. Sáquenlo de aquí, que está de acosador —le indica a los de seguridad que se acercaron—. ¿Estás bien? —Me pregunta ¡Que alguien limpie mis babas y bragas! Es que hay que ver ese cuerpo, todo músculo. Su cara, esos ojos rasgados pero grandes y marrones, la nariz no pega con sus rasgos, es un tanto más grande de lo que debería ser. Es alto, muy alto a mi lado, está en forma y de seguro debajo de la ropa se esconde una linda barrita de chocolate. Ja, ¿nunca compararon los abdominales marcaditos con un chocolate? —Sí, gracias. —Pude apenas decir, es que está bien bueno. —Kailani ¿Verdad? —Interesante, sabe quién soy y, mirando a mi costado, me percato que Fran voló—. ¿Kailani Robinson? —Sí ¿Nos conocemos? —Estoy segurísima de que a este bombón no lo he visto jamás. —Nada me gustaría más, pero no. —Osado—. Aunque supuse que me reconocerías. —Creído…—. Yo a ti sí te reconozco, eres la hija de la pareja Robinson Models, ¿no? —Esto tiene olor a mí metida madre. —No te equivocas, soy esa misma, pero de una te digo que si te envió mi madre puedes irte por donde… —me interrumpe. —Te equivocas, princesa. —Blanqueo mis ojos, ¡Como me enoja que me digan así!—. Iankook Seagull es mi nombre y nadie me envía a nada, te lo aseguro. —En primera, ¡un gusto! Tu nombre si lo conozco. En segunda, no me llames princesa que no soy de la realeza… —Pero lo pareces. —¡Calienta orejas! Eso es lo que es—. Y que bueno que conozcas mi nombre. ¿Nos tomamos algo? —Mientras no vuelvas a llamarme así. —Me encogí de hombros, puede que esté extremadamente bueno, pero no caigo como mosca a la miel con los creídos—. Estoy tomando cerveza… . . . . IANKOOK . . Dios, está más buena de lo que creí, pero tiene un carácter que... Uff... Va a ser interesante esto, amo los desafíos. Mientras la observo, pido dos cervezas de las que está tomando. —Lindo lugar, ¿verdad? Aunque me gustaría estar más tranquilo —comento tanteando el terreno. —No sé, a mí me gusta aquí. Nos estábamos divirtiendo con mis amigas hasta que hizo acto de presencia mi acosador. —Hasta carita de inocente tiene… ¡Mmm, con lo que me gusta corromper inocentes a mí!—. Es incómodo… —Supongo que debes estar acostumbrada a los acosadores. —Se ríe. —¿Yo? ¡Ni de chiste! —Me atrevería a decir que ha de ser hasta virgen ¡Qué rico!—. Nunca me había pasado hasta hoy, yo no soy de este tipo de ambiente, por suerte… —Si, la verdad es una suerte. —¡Qué raro! —Le hago señas al barman—. Dos más por favor… —Intenta subir al taburete, le está costando—. Te ayudo… —La tomo de la cintura y la subo al asiento. —Gracias… No sé por qué hacen todo tan alto. —Nos reímos. —Las pequeñas son más lindas, son… más hermosas. —Y acercándome a su oído, susurro—, me atraen demasiado… Me quedo observando sus gestos por unos segundos, y que sexy es, por Dios. Tendrían que ver cómo queda su labio entre sus dientes luego de sacar la lengua sutilmente y mojarlo. Aclaro mi garganta para volver a tierra. —Y dime, supongo que estás aquí para los desfiles, ¿No? . . . . KAILANI . . —Supones bien, vengo con varios amigos, casi todos modelos. Me extraña que no me conozcas. —Aaahhh, ¿te quedó adentro y lo tenías que preguntar, presumido? —Te dije, conozco tu nombre, pero no sabía quién eras físicamente. Bueno, a ti y a tus amigos. Creíste que, por ser la hija de los Robinson, ¿me voy a conocer a todos los modelos del mundo? —Asiente. —No importa ya, quizás es hasta mejor… uno ya no sabe con quienes relacionarse. —Blanquea los ojos y, de cierta manera, lo entiendo—. ¿Puedo decirte algo con toda sinceridad? —Asiento y vuelve acercarse a mi oído—. Tengo un problema contigo… Me acerco al suyo —¿Cuál es ese problema? —¡Tienes todo lo que me encanta…! ¿Otra? —pregunta, mostrándome la botellita. —No gracias, la noche es joven aún y estoy manejando. Seguimos conversando un rato más hasta que llegan mis amigas con unos chicos. —Kali, nos invitaron para ir a otro lugar a seguir la fiestita, ¿qué dices? —No soy fan de irme con chicos así, pero no voy a estar de aguafiestas. —Ok, dejen que me despi… ¿Se conocen? —Linda, mis amigos y tus amigas parece que se pusieron de acuerdo, así que, ¿nos vamos? —Vámonos…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD