CAPITULO 7

1056 Words
IANKOOK . . Muero por sentir el movimiento criminal de esas caderitas generando el perfecto roce contra mi pelvis. Innecesario. Creo que en segundos mi m*****o se sale solo de mi ropa. Me separo un minuto y pongo música, ya lo había preparado todo. Vuelvo a ella y, soltándole el pelo, le susurro. —Date la vuelta y mueve todo eso para mí. —La beso y obedece—. ¡Mmmm...! No hay cosa más divina que tu movimiento entre mis piernas. —La dejo hacer, adelantando mi pelvis ligeramente, para conseguir más cercanía mientras ella me baila—. Síguete moviendo, me estás por hacer explotar.... Mi mano invade debajo del vestido e, impaciente, se lo quito dejando escapar una risita nasal al darme cuenta de la braga que lleva puesta —Supongo que esos besitos son para mí. —Afirma, agitando la cabeza totalmente perdida en el juego, prendida y excitadísima—. Te voy a besar hasta la tanga, te lo aseguro. —Basta... —susurra, girando sobre sus talones—, házmelo, no quiero esperar más. —¿Lo quieres? ¿Lo quieres dentro de ti? Sácalo y hazle lo que quieras. Sin ningún tipo de titubeo, desprende mi cinturón, luego el broche y termina bajando el zíper. Primero mete la mano y toca, sentir su delicada y suave piel en mi pene, me hace morder el labio instantáneamente. Provoca terminar con la poquita paciencia que me queda. La llevo a besos y empujoncitos hasta la cama; y la tiro sobre el colchón. —¿Tienes todo planeado? —dice al ver los condones sobre la cama. —Por supuesto ¿Creíste que te dejaría ir? —Bajo mi pantalón y bóxer de una mientras ella toma uno de los preservativos y lo abre. —Ven aquí... Se lo pone entre los labios, dejándome como loco con la acción. Acaricio su cabello hasta llegar a su nuca deslizando mi pene en su boca, agrego un par de empujones, siendo cuidadoso. Para rematar, mientras sucede todo, ella me mira a los ojos penetrándome con ellos, ambos cargados de lujuria. Bajo mi mano hasta su entrepierna y la tanteo. —¡Uuhh! —frunzo el ceño como los labios—. Me pide a gritos. Bien mojadita como me gusta. Ese cuerpito ligero me da la opción de manejarlo a mi antojo y, de un movimiento, la pongo en cuatro sobre el colchón como a mí me fascina. Kali para más la cola dándome el acceso perfecto y, tomándola de las caderas, desaparezco la telita de su braga. Me introduzco lentamente en ella. —¿Otra? —Shhh, rompes la magia.... Disfruta. —Y tú, mis bragas. —Insiste y la dejo, la erección no me la baja ni con una patada en las bolas. Estoy tan duro que creo que está hasta más grande. Reculo unos centímetros sin salirme de ella y la ensarto, induciendo a ese grito que me eleva y me deja bien colgado en la excitación. Comienzo embistiéndola lento pero seco al final, pausado. Quiero que se irrite y me exija. Amaso sus nalgas con suavidad en las manos y las abro para mí... Deseo enloquecerla. —¡Más Kook...! ¡Más! —Aumento un poco la velocidad. —¿Así? ¿Te gusta así? —Le doy un golpecito introduciéndome más a fondo—. Dime que te gusta cómo te cojo, me calienta escucharte. —¡Me coges bien rico! Quiero más... —Me encanta cuando parece que lloran de deseo. —Ahhhhhh... aaaahh... me encanta mmmmmm... Cada una de mis arremetidas resuenan, rebotan y vuelven a mis oídos como el sonido más placentero que existe en un momento como este. Hago silencio disfrutando de esos aplausos que genera el choque de nuestros cuerpos, además de los interesantes gemidos de Kali. Sigo como si no tuviera fin, la siento temblar y expresar sus gritos de placer extremo. Me quedo quietito, aunque sufro. Aprovecho que le doy un receso de segundos y, mojando dos de mis dedos, comienzo a rozar su ano con ellos. Estaría estúpido si no intentara comerme este culito hermoso, se nota bien apretadito. No recibo rechazo a mi acción y continuo, saco mi pene y me embadurno los mismos dedos con sus jugos volviendo al lugar anterior. Meto la punta de uno de ellos y, con facilidad, entra. ¡Esto no es virgen! Pero está especial. —¿Sigo? —¡Aja! Tócame... Le hago caso, la toco, llevo mi otra mano hacia adelante y, mientras meto ambos dedos en su parte trasera, dibujo círculos sobre su resbaladizo clítoris. Acción que aprendí para dilatar, meto mis dedos dentro del orificio y los separo una vez dentro. Fantaseo mientras tanto y mi v***a llora por estar en la oscuridad de ese pequeño agujero, me va a explotar en breve y pregunto. —¿Puedo? —Sí... lo que quieras —¿Puedo sacármelo? —hablo del estorboso condón. —Solo ahí... —¡Mmmmmmmm, no doy más! —Dejo salir en forma de gruñido, saco mis dedos—. Ven párate Encamino nuestros cuerpos hacia la pared vacía mientras manoseo los senos y le beso intensamente la boca. Al llegar, la doy vuelta al estilo poli malo —Manos contra la pared. —Me saco el condón y me masturbo un poco—. Separa un poco las piernas bebé. —Corro su cabello dejando algunos mordisquitos en su hombro y lamidas en el cuello—. Levanta la cola un poquito Estoy casi seguro que se la meto y me corro, aun así, lo voy a disfrutar . . . . KAILANI . . Con mi cuerpo contra la fría pared siento cada uno de los movimientos detrás de mí. Todo el tiempo hablándome al oído, excitándome cada vez más. Abre mis nalgas para lentamente penetrar mi parte trasera. Ya lo he hecho, no voy a mentir. Las primeras embestidas las hace lentas y con profundidad. —¡Uy, te entra toda, que rico por Dios! —¡Mjm! —Una de sus manos está dispuesta a darme placer masturbándome hasta que para. —¡Perdón! —Me susurra —, pero... haaaaa aaaaaahhh ¡Me encanta! Siiiiii mmmm... Sus gemidos en mi oído y el sentirlo vibrar en su orgasmo me vuelve loca.
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