CAPITULO 6

3027 Words
KAILANI Lunes 7, 6 am . —¡Puta vida! ¿Por qué existe el maldito lunes? —Me quejo, mientras desactivo la alarma. Me quejo y no sé con quién, porque mi compañera de cuarto ya me abandonó desde el sábado. Hablando del sábado... ¡Qué sábado, por el amor de Dios! Lo gocé de principio a fin. No sé si me costará ver a Iankook de ahora en más, o no, ni idea. Soy consciente de todo lo dicho por ambas partes y de todas mis acciones, fui brusca por momentos. Mi desespero s****l fue notorio jajajaja, debo haber quedado como una calenturienta, una perra en celo, pero a la mierda. ¿Quién me quita lo bailado? ¡Nadie! —¡Buenas! —Me encuentro con las chicas en el buffet —. ¿Y Bren? —Ambas alzaron los hombros... —Estará desayunándose al korean boy, ni la más PÁLIDA idea. —Estallamos en risas, llevamos desde ayer haciendo chistes sobre la blancura de Siu—. Me corrijo, ahí vienen. —Bajando el tono con una sonrisa en los labios y mirando a la pareja que viene caminando, comenta la muy perra de Joo: —¡Ahí viene el fantasMin! Volvimos a reír, son muy básicos nuestros chistes con respecto a Siu, pero literalmente nos hacen morir de risa porque él nos mira con su cara de "no me jodan no las soporto". Bren sabe que nos descostillamos de risa de él y a veces se queja, otras no. Mientras desayunamos, Min le informa a su novia que en la tarde se reunirá con sus amigos para una salida de hombres, Jud y Joo aprovechan para que nosotras pasemos la tarde juntas. En definitiva, tenemos muchas novedades para ponernos al día. De repente me suena el teléfono, un w******p. —¡Oh si, oh siiiiii! Niñas prepárense mentalmente... Diego se enteró que estamos acá y viene en camino. —La llegada de Diego incluye descontrol y relajo. Él es un amigo desde hace un tiempo, nos hemos conocido por trabajo. De hecho, a todas ellas y a Fran también. Diego es un modelo argentino de veintiocho años, súper lindo y sexi. Cabello n***o tez blanca y unos ojazos verdes que acompañan un cuerpo normal, pero trabajado. Él nos ha enseñado muchísimo y no hablo de matemáticas o historia, hablo de sexo. Diego es muy liberal, tiene cierta inclinación hacia el sexo masculino, pero si tiene una buena chica desnuda en frente, también come. A mí, por ejemplo, me ha enseñado todo lo que las pelis porno no han hecho. Gracias a él aprendí cómo dejar loco a un tipo solo con una buena mamada —lo siento si soy grosera al expresarme, la escritora se los advirtió al inicio... Soy bien sucia en este rollo y la cosa se pone peor—. La historia es muy corta... Un día, hablando los dos en mi casa, decidí comentarle el hecho de que me frustraba no saber lo que es tener un orgasmo. Comencé a preocuparme, creí que había algo mal en mí. Una cosa llevo a la otra y hablamos sobre cómo hacer sentir muy bien a un hombre. Salió el tema del oral. Él fue mi profesor teórico-práctico. Sí, se la chupe y me dijo que era muy buena para no saber nada. Luego les sigo contando porque es la hora de ir a trabajar... . . . . —¡Buen día hija! —¡Hola papá! —Extrañada, lo saludo con un beso en la mejilla—. ¿Qué haces aquí? —Es un evento importante, princesa. —Doy vuelta los ojos, detesto que me llamen princesa—. Amor, lamento lo de... —No, yo no lo lamento. Solo estábamos saliendo, no me perjudicó en lo absoluto y no debiste correrlo, es más, tómalo nuevamente. O me voy a enojar. —Creí que eran novios —Pues, para él, sí. —Curvo mis labios hacia abajo—. Para mí, no —agregué una encogida de hombros demostrando la poca importancia para mí—. ¿Dónde está Marcela? —Salió —lo dijo en un tono seco, a él aun le molesta toda su historia marital—. Hay que hacer las fotos de la campaña publicitaria —No sé por qué me delegó ese trabajo, no soy experta en fotografía. —Eres buena en todo, hija. —No, no lo soy, pero, ¡ya que! ¡Manos a la obra! —Kali... —Se queja, pero salgo de la oficina. . . —Fran, ¿todo listo? —Llego donde está el set armado. — ¡Si jefa! —Déjate de estupideces, tú eres el experto, no yo —Ya malhumorada ¿Qué pasa? ¿No te la pusieron bien? —¡Creo que aún me tiemblan las piernas! —Ambos reímos—. Hoy tenemos reunión de gatos y viene Diego. —Le brillan los ojos—. Que no se te haga agua el culo, Fran —logro decir entre risas. —El culo, la boca, el pene, y hasta las manos... Llegan las chicas ya preparadas para comenzar con las fotos. La pasamos genial y, entre bromas, hacemos unas excelentes tomas. Turno de las lagartas de goma, ni yo ni mi amigo las toleramos, pero es trabajo. —Kali —susurra Fran —, llegaron los cachondos. Míralas, se les va a fracturar la columna de tanto sacar el inexistente culo. —Explotamos en risas. Y es verdad, cuál de las tres más obvias intentando sacar tetas y culo con las poses. ¡No tienen amigas! Por otro lado, al darme cuenta me pongo un poco nerviosa, los cachondos son Iankook, Daehyun, Minjoon y Jiho. Los cuatro están esperando para ser fotografiados. —¡Hola! —saluda Dae—. ¿Cómo están? —Bien, haciendo que trabajamos —bromea Fran—. Terminamos chicas, gracias... —Primero vamos con uno a la vez y luego los cuatro juntos, ¿ok? —Como digas hermosa —responde Kook y se me suben los calores a la cara—. ¿Cómo estás? Esta noche te quiero en mi cama nuevamente —me susurra disimulando y el calor, así como subió a mi rostro, bajo a mi entrepierna. —Bien... —Solo sonrío un tanto avergonzada. De reojo, veo como la Barbie número uno se acerca a nosotros llamando la atención de Iankook y le extiende la mano, no en la forma que lo haría cualquiera de este siglo para estrecharla, sino que se quedó en el siglo pasado y pretende que se la besen. Yo, toda sarcástica y con la sonrisa propia, escupo. —Uy, estamos en el siglo pasado y la Reyna Barbie quiere ser tratada como tal —añado una reverencia extendiendo mi vestido de época imaginario. Las carcajadas suenan, pero el muy estúpido se la terminó besando, dándole lugar a la cara de triunfo, sumando un par de halagos adrede. Tras el guiño de Kook, dirigido hacia mí, la tipeja se retira con su séquito como perro con dos colas. ¡Me encojona! Como diría Fran, pero no de celos. Las horitas de trabajo terminan para nosotros, las chicas debieron quedarse un rato más así que, con mi amigo, nos vamos al aeropuerto a esperar a Diego. . . . —¡PAPU! —Corro hasta él y me le trepo a lo koala, cual novia desesperada y lo besuqueo—. ¿Cómo estuvo tu vuelo? —Bien, fue corto, pero de igual manera es molesto. ¿Tienes un marcador? —Me río... —No, pero algún buen samaritano te volverá a delinear la raya de ese culito con la lengua. —¡Que rico! —Llegamos hasta donde Fran. —¡Hola lindo! —Se emputece mi amigo, ¡es que babea con Diego! —Hola bombón... —Ok, estos dos no van a cambiar jamás. Cada vez que coinciden se tiran piropos, se dan duro y parejo, pero por algún motivo que desconozco, no concretan. —Bueno, ¿nos vamos? —pregunto mientras observo que se besan muy cerquita de los labios—. ¿Te quedas conmigo? Mi habitación es solo para mí. —Solo si dormimos cucharita... En la ida hacia el hotel no paramos de charlar y reírnos. Fran le contó a nuestro amigo que tuve mi "primera vez", por llamarlo de alguna manera. Él me interrogó, pero como sé que cuando nos juntemos todas lo vamos a hablar nuevamente, les dije que se esperen. —Ya suéltalo, me tienes con la intriga desde ayer —demanda Jud. —Bueno todas tenemos algo para contar, que yo sepa no fui la única devorada el fin de semana —contraataco. —Ay sí, pero nosotras somos putonas desde hace... ¿Una vida? —Carcajeamos los seis—. La novedad eres tú. —¿Quieren el relato sucio o el moderado? —Cinco pares de ojos me miran con obviedad—. Ok, ¡el sucio! La cosa es que desde el viernes en el antro ya me estuvo tirando indirectas y, cuando fuimos a la playa, nos íbamos a dar unos besos. Alguien interrumpió dejándonos con las ganas. —Mire a Bren—. El sábado, luego de la cena, nos dejaron solos, nos pusimos a caminar y de un momento a otro ya me tenía encima de él súper caliente. Sus besos son algo de locos, sumamente excitantes. —¿Y tamaño? ¿Viene cargado o qué? —pregunta Fran —Espera, que no llego a esa parte. Conmigo a horcajadas sobre él, se metió en el agua. Al principio accedí, pero luego le pedí venir al hotel, nos fuimos al de él que estaba más cerca de esa playa. En el auto me manoseo de lo más descarado. En el ascensor me comió la boca y volvió alzarme de la misma manera, una vez en su habitación me hizo sentir la magia y dureza de su amiguito. —Les veo los gestos a estas zafadas y están todas, menos Bren, imaginándolo sin ropa, eso es seguro —¿Tamaño?, no se... ¡Normal, grande! O sea, no es una cosa enorme de veintisiete centímetros, pero está muy bien acompañado. Rompió mi blusa y... —Silbidos y risas suenan. —¡Todo un destructor! ¿Completo o flojito? —¡Fran! —Regaño—. Solo voy a decir que su lengua hizo que se mojara todo mi cuerpo y que lo hicimos en la habitación, en el baño y la cocina-sala. Antes de dormir y al despertar —¿Ambas puertas? —¡Por Dios Joo, esa pregunta! Solo de entrada. —Rompemos en risas—. Y antes de que preguntes, si Diego, lo hice. —El muy chancho, haciendo el gesto con la mano, juega con la legua empujando la mejilla. —¡Iugh! —Se queja Bren—. Te cepillaste los dientes, ¿no? Recuerdo que compartimos bebida cuando llegaste en la mañana, no vaya a ser que se la haya chupado de costado. —Estallamos esta vez. Somos peores que los hombres... —¡Estúpida! Claro que... no me los cepille, ¿estaba rico? —Se le sale la cerveza por la nariz a la muy tonta. En breve me meo en la ropa de tanto reir. —¡ASQUEROSA! —Me grita mi amiga mientras se limpia con una servilleta. —Ya, ya, es broma. —Intento calmar mi ataque de risa—. ¿Ustedes? Cuenten... —Bueno, lo voy a resumir en que Jiho tiene; carita de bebe, cuerpo de ángel y pene de demonio. —Y yo solo diré que detrás de esa carita de tonto está el diablo personificado y es insaciable. Sin querer exagerar no dormí y la distancia de mi pulgar a mi meñique, no me alcanza para medirlo. —La abucheamos en plan festejo. —Oigan, necesito uno de esos. —Pues ¿Quién sabe? —comento y habla Diego. —Tengo una invitación para hacerles a las solteras —aclara y sabemos que se trata de algo chancho—. Vine por ustedes obviamente. Peeeeero, tengo una fiestita privada... Mi teléfono notifica y lo miro. . Chat. Iankook. —Te hablé en serio, te quiero en mi cama esta noche Te quiero comer entera, quiero ese culito, lamerte hasta cansarme. —¿Y Barbie? —Lo voy a provocar un poquito. —¿Quién? —La plana a la que le besaste la manito. —Jajaja, me excitó ver ese gesto tuyo, muy sarcástico… y enojadita. —Que bien, seguro muere por darte el "culito flaco". —Lástima, a mí me enloquece el tuyo, redondito y cachetón. —Lástima, se lo va a comer alguien más —miento un poco. —Nadie como yo —alardea—. No olvido lo que me confesaste. —Jaja, es alguien que conocí hace poco. —No me importa, sin temor a equivocarme, soy mejor. —Seguramente tonto, el otro no existe. —Convénceme... —Recuerda cómo te hizo sentir mi lengua en tu clítoris, como llenaste mi cara con tu orgasmo o como, mientras te tenía en cuatro, te di como si no hubiera un mañana. —Uy que calor me entro—. Si no vienes, te voy a buscar —Jajajajajajaja ¿Me vas a secuestrar? —A secuestrar, a lamer, a chupar, a penetrar, te voy hacer temblar, te voy a coger hasta dejarte sin aliento. —Mmmm, esas palabras prometen, pero no me convencen del todo. —Adiós... te veo en un rato. . Quedé viendo la pantalla con el chat abierto, pasmada y con cara de tonta. ¿Se habrá enojado? Doble trabajo... enojarse y desenojarse, pero solito. Kali no le anda detrás a nadie. —¿Entonces? ¿Se suman? —pregunta Diego y no tengo idea de que habla. —Recuérdame, ¿cuándo? —Todas están calladas. —La semana que viene luego de los desfiles. —Yo si voy. —Él sonríe y mis amigas me ven con cara de ¿wtf? Ya veré luego de qué es. —Oigan, dice Siu que nos invitan a cenar donde están los chicos. Dice que cuando queramos, vayamos. —¡Maldito Iankook! Cierro mis ojos sonriendo. —¡Okeyyyyy! Apronten sus mejores tangas. —Se relame Jud. —¿Te quedas conmigo? Y no sé, ¿pasamos un buen rato? —Pequeña charla entre nuestros amigos y nosotras abucheamos y hacemos repiquetear las mesas con las manos. —¡Qué ofertón! —responde Fran, y se levanta de su asiento. . . . No sé si la hora pasa muy rápido o estas alzadas adelantaron el reloj, pero ya estamos tocando a la puerta de la habitación de Jin. Junto con ellos hay tres chicas más que creo que las recuerdo de la playa, andan a los besos con Dae, Minjoon y Juwon. Muy lindas. Me siento casi desubicada. Además de las parejas que acabo de nombrar, mis amigas están todas comiéndole la boca a los suyos y Iankook fue por algo que no entendí a su habitación. Literalmente me siento como la que no invitan a bailar en las fiestas de graduación de las películas adolescentes. Con mi cerveza en mano me levanto y camino hasta el balcón, la vista es hermosa. Estoy bien distraída viendo la luna como se refleja en el mar, cuando detrás de mi escucho a alguien aclarar la garganta —¡Hola bebé! —Giro levemente mi cabeza y lo veo parado, imponente, con las manos en los bolsillos y volteo—. Tú tan solita y yo queriendo compañía. —Termina susurrando en mi oído al acercarse. —¡Hola! Ya me quiero ir, esto de estar viendo cómo se comen vivos, me asquea —comento con algo de desgano. —Podemos largarnos y comernos nosotros. —Sigue con el susurro provocador y surte efecto, mis bragas ya están húmedas—. ¡Hola hermosa! —Hace chocar su aliento en mi cuello provocándome un escalofrío. —¿Tú sabes lo que quiero? —Sí —canturrea, haciendo un leve roce de sus caderas contra mi cuerpo. —¿Y me lo vas a dar? —Aquí no, a menos que no te moleste que nos vean. Por mí no hay problema. —Suelto una risita... —Lástima que ya me tengo que ir, recuerda... tengo una cita. —SÍ, una cita muy importante y caliente... con mi pene. —Ni bien termina de decir eso, con la lengua acaricia el lóbulo de mi oreja excitándome poco más. —Lo digo en serio. —Me gira repentinamente. —Tú no te vas. —Se agacha frente a mí, alzándome tipo costal de arroz en su hombro, y camina gritando... —HASTA MAÑANA, QUE SE DIVIERTAN... Dae, vete a dormir con tu chica. —¡Bájame cavernícola! Estoy de vestido, me van a ver el culo. —No, no anda nadie por aquí. Nos metemos en el ascensor y me baja volviendo a girar mi cuerpo, apegándose a mi espalda. —Mira nuestro reflejo —habla pegando su boca a mí oído nuevamente—. Mira tu rostro, tu expresión es de excitación pura, estoy seguro que si te toco, estás empapada. —Sii... —contesto con un tonito seductor. —¿Lo quieres sentir? —Sii... —Doblando un poquito las piernas hace fricción entre mis nalgas y su m*****o—. Mmm... ¿Todo eso es para mí? —Todo tuyo... todito. Es increíble ver como su rostro se transforma. Sigo viéndolo a través del espejo del ascensor. Su mandíbula tensa, los ojos cerrados, el ceño levemente fruncido y la boca entreabierta. Sumamente estimulante para mí. Las puertas se abren y yo solo me atrevo a suspirar. A lo loco entramos en la oscuridad de la habitación besándonos desesperadamente, él está duro y yo lubricada. Es insano este jueguito morboso de manoseos, susurros y lamiditas sugestivas. Vuelve a pegar su pecho a mi espalda y besa mis hombros desnudos —¡Quiero que me bailes!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD