Volviendo a ser yo

1136 Words
Un mes después: 10 de abril Enamorarme ha sido exactamente lo mejor y lo peor que me ha pasado en la vida. Por una parte, Asli ha hecho que viviera momentos inolvidables, que aprendiera el significado de estar en una relación estable y el querer hacer “planes de vida” con la persona a la que amas. Por otra parte, perderla me ha hecho caer de rodillas sobre el suelo llamado “amor”, algo tan intangible como el viento y tan duro cuando golpeó como una roca.  Estar a cargo de este imperio el cual mi padre ha decidido abandonar para dedicarse a viajar por el mundo, no ha ayudado como yo creía que lo haría. Puedo estar en una reunión tras otras, puedo viajar a París, Roma, o Múnich para cerrar negocios, pero nada me hace olvidar esta ciudad donde aún conservo la esperanza de cruzarme con ella para, aunque sea contemplar esa mirada profunda una vez más. Definitivamente soy un iluso, ¿Cuáles son las posibilidades de cruzarla en Madrid? Además, ¿para qué quiero verla? Le dije que la quería libre, lo respetare y eso seguirá siendo así, aunque ella decida rehacer su vida con Asher.  ―Buenos días señor Torreluna.― Me saludan los empleados que están en el lobby del edificio a medida que voy entrando al mismo. ―Buenos días a todos.― Digo de la manera más cordial que puedo y voy atravesando el lobby hasta llegar al elevador. Tan solo cuando las puertas del elevador se abren y me encuentro solo allí, me quito mis lentes de sol, presiono el botón número 55 y el ver mi reflejo en el espejo me preocupa una vez más. He bajado de peso, tengo ojeras y apenas consigo mantenerme despierto durante el día; soy lo más parecido a un zombi que pueda existir…  ―No puedes seguir así.― Me digo y respiro profundo.  En todas estas semanas he estado debatiendo conmigo mismo en como continuar con mi vida, volver a aquel submundo donde el amor no existe y el placer reina es una opción muy tentadora. Ese es el mundo que conocía antes de Asli, ese es el mundo que me mantenía en pie y donde yo más cómodo me sentía, pero fue ese mismo mundo el que me arrastró a cometer aquel error que me hizo perderla. Quizás si mis instintos no me hubiesen ganado, no le hubiese perdido, pero, aunque me quiera engañar, ella tarde o temprano regresaría con Asher… Las puertas del elevador se abren y al salir, me encuentro con mi nueva asistente ejecutiva Alenka, a la cual debo admitir, no le he dado la bienvenida al equipo tal y como se merece y como suelo hacerlo. –Buenos días señor Torreluna.- Me dice amablemente y le sonrió levemente. ―Buenos días Alenka― Respondo y sigo mi camino. «¿Desde cuándo soy así de frío con la gente que trabaja conmigo?» Me pregunto y me detengo en seco a mitad del pasillo para regresar a donde ella.  Me paro frente a su escritorio y ella me mira algo preocupada. Sus ojos azules se clavan en mi ―¿Necesita algo señor Torreluna?― Me pregunta preocupada y niego.  ―¿Hace cuánto has comenzado a trabajar aquí?― Cuestiono y es que realmente no tengo idea. He estado tan mal anímicamente que ni siquiera me quise dar a la tarea de entrevistar a quien sería mi asistente después de que María me dijese que se retiraría.  ―Hace una semana y media señor, ¿hay algo que esté haciendo mal?― Pregunta bajito. ―No, has llevado las cosas muy bien. Discúlpame si no me he tomado el tiempo de mostrarte todo lo que necesitas para poder trabajar conmigo, es que he estado con mil cosas en la cabeza.― Me justifico algo avergonzado con ella y es que si hay una cosa que siempre cuide durante mis años trabajando en esta empresa es tratar a los empleados como lo merecen y con ella no lo he hecho. ―No se preocupe señor, yo entiendo, ha estado muy ocupado últimamente.― Responde y me da una leve sonrisa.  ―Iré a comenzar el día, si necesitas algo déjame saber.― Digo alejándome hacia mi oficina.  ―Si, por supuesto.― La escucho decir y supongo que lo mejor que puedo hacer para salir de mi depresión post “amor”, es centrarme en mi trabajo. Saco el móvil de mi bolsa, después de sentarme en la cómoda silla de mi oficina y me quedo observando la pantalla unos minutos mientras decido que hacer. Debo confesar que no entrar al perfil de Asli para saber qué hace, se ha convertido en un reto para mí y sé que la única manera de no tentarme, ha sido trabajar.  Así que suspiro, lo hago hondo y dejo el móvil a lado para comenzar a revisar todos los pendientes que tengo y que se han ido acumulando poco a poco. Tiempo después, un golpe en la puerta corta mi concentración en la hoja de balance –Adelante.– Digo y al levantar mi mirada una vez que se abre la puerta, veo a Alenka.  No le había prestado atención esta mañana, pero el vestido color azul que trae puesto le queda muy bien. –Señor Torreluna, solo quería dejarle saber que le hice una reserva en su restaurante favorito en 20 minutos para que vaya a almorzar. – ―Santiago, que me llamo Santiago.―Le recuerdo y se sonríe. ―Perdón, no me acostumbro. ― Dice tímida y sonrió. ―No te preocupes. ― Le digo mientras cierro el programa en el ordenador y me levanto de la silla. ―¿Cómo sabías cuál era mi restaurante favorito?― Pregunto con curiosidad y se sonríe. ―Su antigua asistente me ha dicho que uno de sus restaurantes favoritos era “Ferro”, supuse que sería una buena manera de no fallar.― Me dice simpática. Sé que ella no tiene la culpa de nada, pero ese restaurante solo me recuerda a Asli y honestamente es a quien trato de olvidar. ―No me lo tomes a mal, pero prefiero ir a otro sitio, cancela la reserva ¿si? ― Propongo y su mirada azul me mira extrañada. ―¿Hay algo malo con ese lugar?― Me pregunta algo preocupada y niego. ―No, solo recuerdos que prefiero olvidar.- Respondo intentando no dar muchos detalles y ella se sonríe.  ―¿Cancelo la reserva entonces?― Se asegura y asiento. ―Por favor, iré a otro lugar, pero no te preocupes que tú has hecho tu trabajo bien.– Le informo y le sonrió antes de salir de mi oficina.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD