Mientras eso pasaba en Aljanna Rai, otro tanto ocurría en Gardh. Cuando Kublai abrió los ojos se sentía morir, no iba a poder levantarse por varios días. Hervía en fiebre. La noche anterior llegó a Gardh completamente empapado y para coronar la tontería, se había quedado profundamente dormido, y con la ropa mojada encima. Sin Shan de por medio, no tenía forma de comprar remedios. Dormitaba sin llegar a descansar en serio, era un martirio. Pero Kublai, aún tenía el rostro de Tell aún en la mente. No podía sacárselo de encima, y ¿por qué tuvo que apartarse de esa forma? "¡Soy un imbécil!" Ese beso había sido dulce para sus labios. Sin embargo, no toleraba... la culpa. "¡Maldito Eniyan... todo es tu culpa! ¡Púdrete!" Para entonces Kublai sabía que Tell, así como se había hecho de amigo

