Capítulo 2

4636 Words
***** 1 Año Después ***** Los meses pasaron muy rápido y mi pequeño Henry ya iba a cumplir sus tres meses. Estos primeros meses como madre han sido una locura, una avalancha de nuevas experiencias y sensaciones. Ya no duermo las 8 horas que antes, a veces con suerte cierro los ojos, me paso el día entre pañales y amamantando, pero no me quejo, al contrario, es la etapa más maravillosa que me ha tocado vivir, siempre me voy siendo madre, no a tan temprana edad, pero soy feliz con mi pequeño angelito. Mi familia y amigas en ningún momento me han dejado sola, me han acompañado en todo este proceso y este pequeño niño es el consentido de todo el mundo, lo cual me deja a mi con bastante libertad de poder hacer mis cosas tranquilas. En el trabajo estoy con el de licencia maternal, así que me quedan unos meses más por delante para ocuparme completamente de mi bebé, aunque se me hace un nudo en el estómago al pensar que tendré que dejarlo en una guardería más adelante, no quiero, pero ya veré que hago cuando llegué ese momento. El bautizo es en tres días y las chicas se irán todas conmigo, mi familia envió el Jet privado para que viajemos todas cómodas, nos vamos mañana por la mañana y yo ya llevó como tres maletas enormes, no quiero que se me quedé nada, por que aprovecharé el bautizo para quedarme un par de meses con ellos, hace mucho tiempo que no estoy con mi familia y en Europa, así que quiero aprovechar y disfrutar estos meses por esos lugares, además que quiero que Henry conozco de donde viene su madre, inclusive su padre, por que aunque no se quién diablos es o donde esté, se que es Inglés por su acento al hablar, al menos algo tenemos en común. El día paso relativamente rápido, y la noche aun más, al siguiente día mi timbre estaba a punto de reventar por tanto que lo tocaban. - j***r, ya voy....que ya vooooy - les grito a estas idiotas que están detrás de la puerta. - ¡Holaaaa! Nos extrañarte? - las miro con cara molesta y bufo enojada. - Para nada, por que hacen tanto escándalo? - les doy la espalda y camino a la cocina por un vaso de agua, mientras ellas ingresan como un tornado a mi departamento. - Sabes que si nos extrañaste y por qué se nos hace tarde. ¿Estás lista? - veo la hora y veo que vamos bien, son tan exageradas. - Vamos bien en la hora y si, ya estamos listos - tocan nuevamente el timbre y Julia abre para dejar pasar a César quién vino por orden de mi madre para ayudarme en lo que necesitará, él trabaja con ella desde hace casi 30 años, prácticamente toda mi vida. - Hola César, como estás? Contento de volver a casa? - lleva al menos un mes aquí, le dije a mi madre que no era necesario que estuviera aquí conmigo pero me insisto que estaría hasta el día del bautizo, acepte, no me quedó más opción. - Si señorita, ya extraño mi hogar - me acerco a él y le doy un súper abrazo, es como un abuelo para mi. - Lo sé, pero una vez regresemos, no será necesario que vuelvas conmigo a Seattle, ese fue el acuerdo con mi madre - le guiño un ojo y me voy en búsqueda de mi pequeño que esta muy risueño en su cuna. César toma nuestras cosas y nos encaminamos a la limusina que ya nos espera. El viaje al aeropuerto se hace muy corto, y cuando menos lo pienso ya estamos todas cómodas en el Jet. - ¡Dios Mío! Me siento de la realeza - dice Maggie y yo sonrió. - Jamás me había subido en uno de estos, creo que me volveré adicta - dice Paula también emocionada. - No sean payasas, es solo un avión, pero privado - habla la más cuerda del grupo, nuestra Emma, a ella no le sorprende este tipo de cosas por que viene de una familia adinerada, aunque no lo demuestra. - Creo que me tendré que buscar un Sugar Daddy en Londres...pero que tenga uno de estos - termina Julia, y todas lanzamos una carcajada. El vuelo duro casi 12 horas, fue eterno y cansador, gracias al cielo mi pequeño durmió prácticamente todo el trayecto y yo la mitad al menos con él, las chicas después de jugar con todo lo que veían y sacar mil quinientas fotos, no pudieron más y quedaron rendidas. - Señorita Luisa, ya llegamos - asiento y me desperezo para despues mirar por la ventanilla del avión y efectivamente, ya estamos en Londres. ¡Hogar, Dulce, Hogar! Me dedico a despertar a las chicas para que se preparen que el avión va aterrizar, y unos minutos más tarde ya estamos todas siendo trasladadas a la casa familiar. El viaje en auto es de alrededor de 2 horas, donde mi pequeño Henry va más que despierto y entretenido, parece que siente que está en otras tierras y que estás pertenecen de alguna manera a sus padres. A la distancia divisó el ingreso al hogar que me vio hacer mil travesuras desde pequeña, recuerdo todas las veces que corría por los jardines escondiendome de mis padres y hermanos cuando hacía algo que no debía, o cuando no quería comer mis vegetales o cuando me obligaban asistir a diferentes clases como danza, arte, idiomas, entre otros. Sin embargo, fueron buenos tiempos y me encantaría que Henry disfrutará igual que yo aquí, se que aún es pequeño, pero lo traeré tantas veces como sea posible para que disfrute de su herencia familiar. - ¿Mentira...cierto? - dicen las chicas cuando llegamos, se bajan y quedan mirando mi hogar. - ¿Vivías en un maldito castillo? - solo sonrió y asiento en respuesta. - Dijiste que era una casa...no un condenado castillo - resto importancia y me encojo de hombros. - Detalles...vamos para que vean el interior y nos instalemos - todas me sigue boquiabiertas admirando todo su entorno, le sacan fotos a todos. Ellas se quedaran conmigo al menos un mes, acumularon vacaciones para venir. Al ingresar vienen a mi encuentro mi padres junto con todos mis hermanos, todos traen una brillante sonrisa en sus rostros pero de la nada siento coml de mis brazos desaparece de inmediato Henry y quién me lo quita antes de siquiera saludarme es Andrew. Adora a mi bebé y por lo mismo es el padrino y la madrina Maggie. - Ven con tu padrino...ven conmigo campeón - lo llena de besos y mi hijo se deja querer. - Hola para ti también hermano y ya deberías tener tus propios hijos para que no robes el mio - le digo sarcástica. Ni siquiera me escucho y siguió de largo, gruño y pongo los ojos en blanco. - ¿Como estuvo el vuelo? - dice el guapetón de mi padre para después darme un apretado abrazo y dejar un beso en mi frente. - Todo bien padre, tu nieto se porto como un ángel - asiente satisfecho con mi respuesta, se acerca a Andrew y le quita a Henry de los brazos. Los veo reclamar. - ¿Como estás princesa? Todo bien? No estás muy cansada? - niego en respuesta, solo tengo hambre y quiero una ducha. - La verdad es que no, tengo hambre y quiero una ducha. Es posible que se queden con Henry mientras me ducho y cambio por algo más cómodo? - le digo a mi madre mientras disfruto de su cálido abrazo. - Claro que no princesa, anda ve, que este pequeño estará más que bien con nosotros. No sabes como los extrañabamos. Estamos muy contentos de tenerlos aquí, en su casa - al estar aquí de vuelta, la nostalgia me invade y si, también extrañe estar en casa. Término de saludar a mis hermanos, veo como las mucama les indican a las chicas donde se quedarán y quedamos en vernos en unas horas más, todas se quieren cambiar y relajar un rato. Me voy a mi habitación, la cual no visitaba hace al menos 4 años, veo que todo sigue igual, no han cambiado nada desde la última vez que estuve aquí. Me gusta Seattle y la vida que tengo allá, pero estando aquí, me doy cuenta que extrañaba mi hogar, mi ciudad. Yo crecí entre Bristol, Londres y Sevilla en España. Toda Europa en general fue mi parque de juegos, acompañaba cada vez que me lo permitían a mis padres visitar diferentes ciudades, por eso es que me encanta viajar y conocer nuevas culturas, por eso también hablo 8 idiomas, algunos me los impusieron desde pequeña pero otros los aprendí por que quise, además de los que debía hablar si o si, que eran el inglés y Español por mis padres. Todos sabemos hablar al menos 5 idiomas, entre ellos los que mencione anteriormente. Me permito recorrer mi habitación con nostalgia y recordar todas las cosas que pase aquí, en varias oportunidades ingresé a un par de novios a escondidas, lo bueno de las habitaciones es que con el pasar de los años, las fueron adaptando a cada generación, así que todas, son a prueba de sonido, lo cual es bastante bueno cuando llegas borracha o cuando metes a un chico malo a hacer cosas malas. No se si mis padres alguna a vez se enteraron de lo que hacía aquí en mi habitación, solo espero que no. Llenó mi tina y le agregó diferentes sales, para relajar mis músculos, me encanta viajar, pero me carga la cantidad de horas que uno debe pasar sentado en un avión, es desesperante. La ducha se prolongó el tiempo suficiente para relajarme, casi me quedó dormida y si no fuera por el golpeteo en la puerta del baño no me hubiera dado cuenta del tiempo que llevo aquí sumergida, hasta el agua ya está fría y ni cuenta me había dado. Permito el ingreso a quien sea que golpea, y veo a mi madre asomar su cabeza. - Todo bien princesa? Llevas muchísimo tiempo aquí - sonrió como niña chiquita. - Lo sé, me quedé dormida por unos minutos y se me fue la hora. Henry? Esta todo bien con él? - me siento en la bañera para poder salir. Mi madre me entrega mi bata y pantuflas. - Todo bien con él, es el regalón de todos, se quedó dormido en el pecho de tu padre, es todo un abuelo consentidor...nos tiene a todos enamorados de él - es su primer nieto, ni mis hermanos mayores tienen hijos todavía y yo que soy la menor, fui la primera. - Los extrañaba, me quedaré lo que me queda de la licencia maternal aquí con ustedes - los ojos de mi madre se abren con asombro, se le ponen brillosos al instante por las ganas de llorar que tiene. - Dios mio Lu, que feliz me haces con esa noticia, que maravilla poder disfrutar de ustedes durante ese tiempo - me abraza y termina de derramar las lágrimas de alegría que tenía en sus ojos. Luego de ese emotivo y emocionante intercambio, me indica que ya está la cena servida y que baje apenas termine. Así lo hago, no me demoro mucho y al bajar están todos ya sentados en la mesa esperando por mi. - Mil disculpas por mi atraso, la ducha estuvo muy relajante - todos re ríen de mi, pero sin más, comenzamos a comer conversando de diferentes temas y mi madre les anuncia que me quedaré con ellos al menos unos meses para que nos disfruten, todos saltan de alegría. Al rato el cansancio me termina de vencer al igual que a Henry, mi padre me lo entrega, por que no se ha querido despegar de él, para llevármelo a nuestra habitación a dormir. Los siguientes días pasaron muy rápido y el día del bautizo ya llegó, veré a mi enorme familia hoy después de mucho tiempo, por parte de mi padre son 8 hermanos y el mío es el mayor. Por parte de mi madre son 6 siendo ella la segunda del total de los hijos. Y como comprenderán, cada hermano tuvo alrededor de 4 a 6 hijos, y algunos hijos ya tienen los propios, así que si, somos una familia enorme, sin contar a los parientes lejanos. Pero como se que mis padres querrán tirar la casa por la ventana, es que se, que vendrá hasta el pariente lejano en quinto grado. Mi vestimenta es un vestido blanco simple, con corte de corazón en el busto, mangas farol y de largo hasta las rodillas, además de ser apegado al cuerpo, pero sin exagerar. Llevo tacones cómodos, por que no me quieto caer con mi bebé en brazos. También llevo un pequeño tocado que lo adorna una pequeña rosa blanca con un velo Vintage. Mi maquillaje es simple, de acuerdo a la ocasión y a mi vestimenta. Podré ser desubicada para algunas cosas, pero para esto no, es un evento demasiado importante para todos, especialmente para mi familia. Hay dos grandes familias de nobles presentes y estarán al pendiente de hasta el mínimo detalle. Seremos familia, pero eso no los limita para hablar de nosotros a nuestras espaldas. Por eso odio a la mayoría y la razón de la cual escape de todo esto, su doble moral, cinismo, petulancia, el chisme y su poca empatía me molestaban demasiado. Yo nunca he querido ser quien no soy, jamás voy aparentar algo que no sea, no va en mi y siempre les he dicho las cosas en su cara cuando corresponde y eso me ha traído más de algún problema, lo peor, para ellos es que mi familia siempre me defiende y avala. Se que la mayoría está aquí hoy por apariencia, la imagen es todo para ellos, es el único motivo por el cual vinieron. Al llegar a la iglesia, nos quedamos en un sector privado hasta que comience la ceremonia, decidí llegar antes para ver que todo estuviera en orden. De a poco van llegando los invitados y están tomando sus puestos. A lo lejos veo a la cínica de Olivia junto a sus padres, a todos ellos los odio por sobre todo a ella, que muchas veces me hizo la vida de cuadritos, aunque le devolvía todas las que me hacía y con creces. Siempre me ha envidiado, en cuanto a rango nobiliario soy superior, ella es vizcondeza y yo Marquesa al ser la única mujer que le corresponde ese título despues de mi madre y a la única que quedaba de la familia, se supone que le correspondía a mi hermana, pero ella lo perdió al casarse con un Duque, ahora es Duquesa, por ende el título se me transfirió a mi, nunca lo he querido, pero me corresponde igual. Me odia por eso y por qué siempre los chicos me han buscado, ella siempre quedaba en segundo plano cuando yo estaba presente, pero ese no era mi problema. Y fue su boda la cual no pude asistir, no quería ir y menos mal me intoxique, aunque lo pasé pésimo y fue sin querer, me ahorré de dar miradas falsas y deseas buenos deseos que no sentía, la llamé por que sabía que mi madre estaba presente en la llamada y no quería ser desubicada. Pobre diablo el que se caso con ella. Hoy lo conoceré al fin y veremos si merece mi compasión o no. - Lu, se quedó el pañal de tela de Henry en el cuarto que estábamos, lo puedes ir a buscar? La ceremonia ya va a comenzar - asiento en respuesta y me alejo de todos para ir en búsqueda de lo solicitado por Andrew, en el camino me saluda un montón de gente y como soy educada, los saludos a todos de vuelta, creo que ha varios no conozco. A lo lejos veo a unas caras conocidas, o eso creo yo, pero no creo estar viendo bien, aunque se parecen a los amigos de Philip, sería demasiada coincidencia que fueran ellos, además, que tendrían que hacer aquí? Solo podrían estar, si fueron invitados. Sigo mi camino, pero no dejo de pensar en lo que acabo de ver, serán ellos realmente? Voy tan perdida en mis pensamientos que no me fijo en lo que tengo en frente hasta que es demasiado tarde. No me percato de nada hasta que chocó con un duro torso, casi tropiezo y caigo al suelo, pero es cuando siento dos fuertes brazos sostenerme para evitar mi caída. Ese olor... -¿Estás bien? Te hiciste daño? - Maldición, ese olor lo conozco y esa voz también. Ha pasado un año pero lo reconozco a la perfección. Trago despacio. Me giro para mirarlo y ver si estoy soñando o en realidad es él...mi Philip. Mi corazón se paraliza, mi cuerpo se queda inmóvil, mi ojos se abren como plato, la boca se me seca y las manos me sudan. Joder, si es él...es mi Philip, el padre de mi hijo. Él al comienzo no me ve directamente a los ojos, me analiza para ver si tengo daños hasta que enfoca sus ojos en los míos. - Estas....- aja, se quedó silencio. Asi es cariño, soy yo. Se pone pálido de inmediato, sus ojos los abre a más no poder y suelta de a poco su agarre en mi. - ¿Philip? - pregunto algo dudosa todavía, aún creo que estoy soñando. - Luisa, que...que haces aquí? - se ve sorprendido, bastante sorprendido diría yo. Duramos eternos minutos mirándonos y diciendo nada, yo creo que para los dos es una sorpresa vernos y más en un lugar como este. - Philip, ta-tanto tiempo - digo como puedo, por fin mi corazón volvió a latir pero más desenfrenado, con emoción, mis ojos deben haber adquirido un brillo especial al tenerlo nuevamente frente a mi y veo el mismo brillo en los de él, se emociona de verme otra vez? Mi corazón no puede estar más contento con esa reacción, pero eso dura poco cuando veo que Phil carraspea, arreglar su traje y me habla serio, tiene un rostro demasiado frío ahora. - No lo quiero repetir pero, Que haces aquí Luisa? Quién te invito? Quién te deja entrar a este evento familiar? - se aleja varios pasos de mi y me desconcierta, de que diablos habla? por que me habla así, con tanta frialdad, como si le repugnará o molestará mi presencia, además, dijo familia? Que tiene que ver él con mi familia? - Pero...De que hablas? - no me salen más palabras, estoy completamente en shock. - Te voy a pedir que te retires, no tienes nada que hacer aquí - j***r, este no es el Philip que conocí en Cancún, es otro hombre. Decido dejar mi estupidez y me pongo derecha con mi rostro bien en alto para que entienda que el no me puede intimidar. De reojo veo como mis amigas y los amigos de él se nos acercan, gracias al cielo nadie más se ha percato de lo que esta sucediendo aquí. - Para tu información, mi nombre es Luisa Stein Alcalá, hija del Marqués de Bristol y la Marquesa de Accadia en españa y está evento es de mi familia y tengo todo el derecho de estar aquí. Mi pregunta es, que haces tú aquí? - respondo con la misma altanería que él, que ni crea que me dejaré intimidar por él, ja! Antes muerta. - Imposible...tú no puedes ser ella, por que si es así...yo...yo - se puso nervioso y está perdiendo la compostura, pero que le pasa? por que se puso así? Veo a sus amigos igual o más nerviosos que él. Pero que carajos esta pasando aquí. - No, no lo es...así que responde de una vez y dime que rayos haces tú aquí? Este evento que yo sepa, no les compete a ninguno de ustedes - se me está acabando la paciencia y la ceremonia esta pronto a comenzar. - Lucia...yo...Por que yo...- no termina de hablar cuando se acerca mi prima Olivia, que voz tan chillona tiene, pobre del esposo que la debe aguantar. Lo que me faltaba, ahora me espera un discurso idiota de su parte donde obviamente sacará a relucir que ahora es Duquesa, y bla bla bla, como si me importará, por mi que se vaya con su nuevo título a la China si quiere. Llega a donde estamos ubicados y posa su mano donde tiene su reluciente anillo de compromiso y matrimonio en el hombro de Philip. Ahora si que no entiendo nada, veo su acción con el ceño fruncido, se conocen? por que por algo lo toca se esa manera, deben tener mucha confianza. - ¿Olivia, como estás prima? - saludo solo por educación, como mis padres me enseñaron aunque mi saludo y sonrisa son más falsos que ella. - Todo bien Lu - odio que ella me llame asi. - ¿Se conocen? - me atrevo a preguntar, no me puedo quedar con esa duda y señaló el intercambio entre ella y Phil. Tengo un mal presentimiento por lo que me pueda. responder. - Si, veo que ya conociste a mi esposo...- todo a mi alrededor se detiene y me olvido de respirar -...Pero de todas maneras los presento. Luisa, te presento a Philip Giddens mi esposo, amor, te presento a mi prima Luisa Stein, ella no pudo venir a nuestra boda por un problema médico - y siento como un balde de agua fría fue arrojado directamente en mi cuerpo y corazon, la respiración me falla, mi corazón se detuvo, los ojos ya no pueden más de lo abiertos que están y mi mirada cae directamente en el rostro y ojos culpables de Philip. No, no puede ser...esto debe ser una maldita broma del destino, y una de muy mal gusto. j***r! ¿El padre de mi hijo es el esposo de mi prima, la mujer que más odio en el planeta? ¿Me involucre con un hombre comprometido? Y no cualquier hombre, si no que el esposo de mi prima? Un mareo me azota el cuerpo y me siento desfallecer en cualquier segundo, las chicas se dan cuenta y corren en mi ayuda. - Lu, te sientes bien? - Estoy mirando el piso, si levanto mi mirada lo veré a él y es lo que menos quiero. Saquen a esta mujer de aquí o la despeluco si sigue hablando. - Luisa, necesitas que llamemos un médico? - su voz me molesta pero niego con la cabeza, el mareo ya esta pasando, me estabilizó como puedo y levanto la mirada para ver la de Olivia primero y luego la de Philip, quien se niega a corresponderla. Cobarde. - No Olivia, todo bien, solo fue un pequeño mareo pero ya pasó, hoy no me alimente bien por estar de un lado a otro - intentó justificarme para que no pregunte e insista más con su buena voluntad, que se muy bien es de mentira, lo hace por las personas que hay presente, por que si fuera por ella, me hubiera dejado caer al piso. - Me alegro, ya me estaba preocupando pero es comprensible, hoy debe ser un día importante para ti - si, así lo es, independiente de este impasse, es un día demasiado importante para mi. - Así es, es muy importante - respondo entre dientes, Philip no me ha querido dar la cara, mira para cualquier lugar, sus amigos están igual que él. Son todos unos cobardes. - ¿Por qué...es importante? - se atreve a preguntar y hablar el responsable de mi malestar y enojo. Pero lo hace rehuyendo mi mirada, se enfoca solo en Olivia que es a quién le pregunta. Su curiosidad pudo más. - Por que hoy bautizan a su bebé, por eso estamos aquí amor. Su pequeño tiene solo tres meses...cierto Lu? - me pregunta Olivia para que verifique la información. Veo a Philip tragar grueso y un leve sudor correr por su frente. Cuando escucha lo último que dice Olivia y me imagino que después de sacar cuentas rapido en su mente me mira con un pánico y terror latente, así es amigo mío, me dejaste embarazada en tu despedida de soltero. - Si, tiene tres meses mi pequeño angelito - digo segura, no le pienso esconder lo obvio y menor dejarle en claro el error que cometió. Mi hijo no se debe por que esconder. - Lamentable que el padre no esté presente - me molesta que hable de mis cosas frente a otros, y lo hace con cizaña pero en este caso lo dejo pasar por que necesito que el idiota que me embarazo sepa lo que esta pasando. - ¿Don-donde está el padre? - pregunta con nerviosismo, intenta no demostrarlo pero no le sale muy bien. - No se, Luisa nos puede decir eso, o no prima? - maldita bastarda, hija de puta, se nota lo que intenta, intenta dejarme ver como una golfa pero no sabe que el padre de mi bebé se encuentra a su costado, eso sí sería un duro golpe para ella. - No se, lo conocí en Cancún hace un año, pero no sé donde esta, desapareció de la faz de la tierra...quizás hasta casado ya esté y él ni enterado de que es padre - digo con seguridad, no me dejaré intimidar o avergonzar por ella. La palidez en Phil ya es más que evidente, ya sabe que él es el padre de mi hijo, así es cariño, eres tú. - Es un idiota, dejarte embarazada y desaparecer...no se merece ser padre - no hables más tonta, si supieras lo que estás haciendo. - Bueno, ironías de la vida, no hay nada que se pueda hacer ya - enfocó mi mirada en él y él sudor ya corre libremente por su frente, se ve sofocado e intenta sacar su corbata y desabrochar los primeros botones de su camisa. - ¿Estas bien amor? - Él asiente y después niega con la cabeza, yo me mantengo en mi posición viendo su patética reacción ante lo que se acaba de enterar. - Agua...traeme agua, por favor - Olivia asiente y se va no se donde a buscar agua, se que lo hizo para dejarnos solos, bueno, solos entre comillas, por que nuestros amigos se encuentran presentes. - Luisa...dime que no es cierto? - ja! Imbécil, como quisiera ahora que no fueras el padre, pero ya es demasiado tarde. - No cariño, no lo es, mi hijo es tuyo...felicidades, eres padre de un pequeño de tres meses y se llama Henry - aplaudo y sonrió de forma irónica y sarcástica. Philip niega frenéticamente con la cabeza, no me alcanza a responder nada cuando llega Olivia con el vaso de agua. Decido dejarlos solos, ingreso a la habitación que venía, tomo lo que necesito, paso por su costado y me dirijo donde esta mi hijo. La ceremonia da comienzo y resultó todo bien, en todo momento sentí la penetrante mirada de Philip en mi pero en ningún momento lo miré de vuelta. Ya dando por finalizada la ceremonia nos giramos todos los que estamos presentes en el escenario de la iglesia, yo tengo a mi pequeño en brazos, se encuentra dormido cómodamente entremedio de ellos. Al girarme la primera mirada que enfoco es la de él y veo sorpresa, anhelo y amor por el pequeño que esta en mis brazos, pero también percibo miedo, duda y preocupación en sus ojos, se encuentra tenso y se la razón del por que. Así es, yo soy fiel testigo del cometido y gran error del Duque.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD