Parte 3

1717 Words
El fin de semana llegó y eso sólo significaba una cosa, no había escuela ni trabajo. El semestre estaba por terminar y las vacaciones por comenzar. Los resultados de mis exámenes saldrían pronto y podría rectificar que en verdad no me fue mal en el último examen que hice. Me levante un poco más tarde de lo normal. Fui a la habitación de Rose y, como cada fin de semana, no estaba. Siempre sale con ese novio que tiene y me gusta que se divierta, pero necesita ser un poco más responsable, ni siquiera ha aseado su habitación. El resto de la mañana me puse a asear la casa, lavar la ropa y sacar la basura. Cuando estaba tirando la basura en el contenedor, un hombre se acercó a mi y me tocó el hombro. —Max ¿eres tú? Me giré y pude ver con claridad el rostro de mi padre. Me quede paralizado ¿que hacía aquí? ¿A que había venido? Estábamos bien sin él así que no entiendo el ¿por qué volvió? —No, no lo soy— comencé a caminar de regreso a la casa. —Max escúchame— caminó detrás mío. —¡NO!— me detuve y me giré en su dirección —no hay nada que me interese de usted así que por favor, márchese o llamaré a la policía. —No hagas esto Max. Eres mi hijo y yo soy tu padre. —¿A si? Entonces ¿Por qué un padre abandonaría a sus hijos a la suerte? —Fue mi error ¿si? Pero quiero tener de vuelta a mis hijos. —No. Estuvimos siete años bien sin ti, ahora no vengas a jugar un papel de padre que está claro que no te queda. —Solo dame una oportunidad, por favor. —¿Crees que venir así como así te hará que nosotros te perdonemos? Mi madre murió por tu culpa y yo tuve que dejar la universidad por cuidar a mi hermana. No me vengas con mierdas como esa— di media vuelta dispuesto a entrar a la casa. —Te lo suplico, Max por favor perdóname. —¡NO LO HARÉ!— alce la voz. —No voy a perdonar a un mal padre como tú y por favor te pido que dejes de venir a mi casa a molestarme a mi o a Rose o sino iniciare un trámite legal para que te pongan una orden de restricción. Sin nada que añadir, abrí la casa y entre. Le di un golpe a la pared y di un grito. No podía creer en su descaro. Venir aquí pidiendo perdón, así como así. Tome las llaves de la motocicleta y salí para ir a comprar la comida y cosas que faltaban en la casa como artículos de higiene personal y limpieza, también compre alimento para Li y Lu. De regreso, prepare algo para comer y esperé a que Rose llegara para comer junto a ella. Mientras volvía alimente al gato y al pez dorado. Que estupidez ¿no? Tener un gato y un pez viviendo bajo el mismo techo. El timbre sonó y salí a ver ¿quien era? Al abrir la puerta me di cuenta que era el molesto vecino de enfrente —Hola— saludo con una sonrisa. —¿Qué quieres? No estoy de humor para escuchar basura ahora. —Solo quiero que me orientes sobre algunos trámites que tengo que hacer en la universidad. Como bien sabes, mi padre me mando aquí a estudiar y necesito inscribirme en la universidad. —Las inscripciones aún no comienzan. Aún falta un mes y si quieres orientación, en la universidad te brindan un folleto con los documentos que tienes que presentar. —Pero no quiero un escupido folleto, quiero que tú me orientes. —Mira, no quiero gritar ni mucho menos faltarte al respeto. En estos momentos estoy muy molesto como para tener una conversación con alguien así que por favor te pido que te retires. Intente cerrar la puerta, pero él no me lo permitió —Puedes decirme que te sucede soy muy bueno escuchando a las personas. —Claro que no lo eres. Si lo fueras abrías bajado el volumen la otra noche— aplique más fuerza para así, poder cerrar la puerta y tener un poco de tranquilidad. —¿Es el vecino?— escuche la voz de Rose —Max ¿Qué haces? Deje de aplicar fuerza y abrí la puerta de nuevo —Solo cerraba la puerta— dije mirándola —El vecino estaba a punto de irse ¿verdad?— lo mire —Oh, si. Claro que si. —Ven Rosy. Vamos a comer— tome su mochila y me di la vuelta para poder entrar a la casa. —Genial ¿Por qué no vienes a comer con nosotros?— preguntó a Oliver. 'No, di que no', pensé. No quería que entrara a la casa y mucho menos que se relacionara con mi pequeña hermanita. No sabía qué mañas tenía y no quería que le diera un mal consejo. —Claro ¿por qué no? —Entonces ven— lo tomó del brazo y lo hizo entrar a la casa. Luego lo guió hasta el comedor y lo hizo sentarse en una de las sillas. —Rosy, ve a lavarte las manos en lo que sirvo la comida— digo dándole su mochila. Ella asintió y subió las escaleras. Yo entre a la cocina y saqué los platos para seguido servir la comida que había preparado. Los llevé hasta la mesa y esperé a que Rose bajara para poder comer. —Listo hermano. Ya podemos comer— se sienta en una de las sillas junto a mi. —Que bien sabe ¿donde compraste esta comida? Se me escapó una risita al escuchar esa pregunta —Mi hermano prepara la comida ¿es un buen cocinero? ¿Verdad?— responde Rose. —Si, si lo es— me miró. —Cuando quieras volver a venir a comer, con gusto estás invitado. Mi hermano puede preparar cualquier cosa que se te antoje— mi querida hermana, tú sabes que te amo, pero cuando abres la boca u comienzas a decir ese tipo de cosas me haces querer odiarte. Oliver continuó comiendo y no dijo palabra —¿Cuándo me presentaras a ese chico?— pregunté a Rose. —¿A quién? —Al chico con el que sales. Quiero conocerlo y saber qué intenciones tiene contigo. —Ah, te refieres a Filip. Él y yo acabamos de terminar, no te preocupes por ese asunto ahora. ¿Qué? ¿Por qué decía eso tan relajada? Si yo estuviera en su lugar y terminara una relación amorosa estaría ahogándome en llanto justo ahora. —¿Qué? Pero recién andaban. —Larga historia, hermano. Prefiero no pensar en eso ahora— si, esa era la expresión que necesitaba. Su rostro entristecido, así podría ir a donde ese chiquillo se encontraba y darle una lección por haber lastimado a mi linda hermanita. —Por cierto, Rose ¿Qué pensarías si papá volviera y quiera recuperarnos?— pregunté. Tal vez a mi no me simpatizaba el hecho de volver a ser su hijo, pero si Rose lo quiere no puedo interponerme en sus decisiones. Al fin de cuentas él es nuestro padre. —¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso el vino y te hizo pasar un mal rato?— pregunta —Se que es nuestro padre, pero preferiría no volver a verlo. Después de lo que le hizo a mamá no puedo perdonarlo. —Creo que esta es una charla privada así que, mejor me voy— Oliver se puso de pie y se dirigió a la salida. —Vuelve pronto— añadió Rose antes de que saliera de la casa. —El vecino es muy bueno. Ayer me dio un aventon a la escuela y ¿puedes creer que trabaja con la señora Lisa? Mi querida hermana, tú siempre sabes cómo cambiar de conversación en el momento oportuno. —Pues no pienso lo mismo, él es un arrogante y engreído, no me cae bien. —¿Por qué? Es muy bueno dando consejos y a decir verdad me simpatiza— maldito, se atrevió a darle un consejo a mi hermanita. —¿Qué consejo te dio?— quería saber. Si su estúpido consejo involucraba drogas, alcohol o sexo, no me quedaría de brazos cruzados y iría a golearlo en la cara. —Me vio discutiendo con Filip, él perdió los estribos e intentó golpearme, pero el vecino llegó y me defendió. Después me llevo hasta la escuela y mientras íbamos me preguntó que era el de mi y yo le respondí que mi novio y me dijo que no dejara que él intentara propasarse conmigo. Y me aconsejo que dejara esa relación tóxica que tenía con el. Hoy hablé con él acerca de eso y me enteré que tenía una segunda novia, o sea que todo este tiempo estuvo engañándome. —Maldito mocoso, juro que voy a golpearlo cuando vuelva a verlo. Así sabrá las consecuencias por haber lastimado a mi linda hermanita. —Ya no importa. Le di un golpe antes de volver a casa. —Eso es, esa es mi hermanita. Lo hiciste como te enseñe, con fuerza y directo a la nariz. Recuerda que debes atacar sus puntos débiles. —Si— asintió —le sangró la nariz y se asustó— rió a carcajadas —Debiste haber visto su rostro. Parecería que iba a morir por ese golpe que recibió. Reí también —Estoy orgulloso de ti. Recuerda lo que siempre te digo, jamás olvides lo que vales y no dejes que cualquier hombre se aproveche de ti. Ella asintió y se puso de pie —Iré a ducharme. —Yo lavare los platos y después hay que ver una película en casa— también me puse de pie y recogí los platos de la mesa. Los llevé al fregadero y luego los lavé. Cuando termine, esperé a que Rose bajara y después de que bajó pusimos una de las películas que a ella le gustan. Acción combinada con romance. Yo prefiero las películas de suspenso, pero esta vez me toca consentir a mi hermana.
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