Capítulo 2: (2/2)

1054 Words
**Al día siguiente** El sol apenas comenzaba a colarse por las cortinas cuando abrí los ojos. Era mi primer amanecer en esta nueva ciudad, un lugar que hasta ayer solo había conocido a través de fotografías y vídeos. El corazón me latía rápido, todavía no asimilaba del todo que ya no estaba en casa, que ahora comenzaba una etapa completamente nueva. Inspiré profundamente, dejando que el aire fresco llenara mis pulmones y me recordara: *estás aquí, este es tu sueño*. Después de un vuelo eterno y agotador, lo único que quería era dormir. Sin embargo, la emoción fue más fuerte y apenas había conciliado un sueño liviano. Me levanté de la cama improvisada —mi maleta abierta sobre el suelo— y recorrí con la mirada mi nueva casa. Era aún más hermosa a la luz del día. Mis padres se habían encargado de cada detalle. La casa era grande, luminosa y acogedora. Cada mueble, cada decoración, cada pequeño objeto parecía haber sido seleccionado pensando en mí. Ellos sabían cuáles eran mis colores favoritos, los estilos que amaba, las comodidades que había soñado tener algún día. Y lo habían reunido todo aquí, como un abrazo tangible a miles de kilómetros de distancia. Al recorrer las habitaciones, me sentí como una niña en la mañana de Navidad. El cuarto de invitados era adorable, con una cama suave, cortinas vaporosas y estantes llenos de libros y juegos de mesa. Mi estudio, en cambio, era un auténtico santuario. Un enorme Smart TV presidía la habitación, acompañado de un sofá de tres plazas mullido y acogedor, perfecto para tardes de películas o largas sesiones de lectura. Dos puffs gigantescos, uno con forma de unicornio y otro de estrella, parecían invitarme a hundirme en ellos y no salir jamás. Una estantería cuidadosamente organizada exhibía juegos, libros y puzzles, todos ordenados por color y género, tal como me gustaba. Y como si fuera poco, un pequeño refrigerador estaba lleno de bebidas frías, pulpas de frutas y dulces, mientras que una alacena repleta de snacks, frutos secos y golosinas hacía que mis ojos brillaran de emoción. —Si estoy soñando, que nadie se atreva a despertarme —murmuré con una sonrisa, dejándome caer sobre el puff de unicornio. Todo era perfecto. Bueno... casi todo. Revisando algunas gavetas, encontré algo que me hizo fruncir el ceño: condones, pastillas del día después y lubricantes. Me llevé una mano a la frente, resignada. —¡Mamá, sé que esto es cosa tuya! —exclamé alzando el puño en el aire en señal de protesta—. ¡Pero no voy a tener sexo todavía, si eso es lo que crees! Reí sola al escuchar mis propias palabras resonar en la casa vacía. Liberándome del cómodo pero traicionero puff, seguí desempacando mis maletas, aunque la casa ya tenía todo: ropa, zapatos, accesorios, incluso mis marcas favoritas de cosméticos. Mamá me había llevado de compras unos días antes del viaje y claramente no había escatimado en gastos ni en amor. Horas después, exhausta pero feliz, me dejé caer sobre la cama de mi habitación, admirando todo a mi alrededor. —Terminé... —susurré, sintiéndome orgullosa de mí misma—. Pensé que jamás iba a acabar. Después de una rápida ducha revitalizante, me vestí con un conjunto cómodo pero lindo. Quería salir y ver el local comercial que, según me habían contado mis padres, era otra de las sorpresas que me habían preparado. Con el cabello aún húmedo y una sonrisa emocionada, salí de la casa. Al frente había una gran estructura cubierta por una lámina de acero. Con esfuerzo, la levanté, revelando dos hermosas puertas de vidrio decorado. Empujé las puertas y lo que vi del otro lado me dejó completamente sin palabras. Una heladería. Una heladería completamente equipada. ¡Mi propia heladería! Máquinas de malteadas brillaban bajo la luz, un congelador enorme rebosaba de helados de todos los sabores, y las estanterías y gavetas estaban llenas de productos y materiales de repostería. —¡Oh, Dios! ¡Oh, por Dios! —grité saltando de alegría—. ¡Esto es increíble! Mis ojos se llenaron de lágrimas de pura felicidad. Todo estaba pensado: desde los tazones de animalitos kawaii, hasta los sabores especiales de helado que mencioné en alguna conversación casual. Los papeles de funcionamiento estaban en orden, las máquinas eran de última generación, incluso había uniformes personalizados. —Dios, voy a llorar de alegría —dije limpiando lágrimas imaginarias de mi rostro—. ¡Cómo los amo! Comencé a inspeccionar todo: encendí máquinas, preparé pequeños helados, jugueteé con las decoraciones. Mis clases de repostería y heladería daban frutos: cada paso me salía de forma natural, como si el local hubiera estado esperándome toda la vida. Pasé horas organizando, limpiando y planeando. Y cuando al fin me senté en una de las mesas, con un enorme helado de chocolate triple frente a mí, supe que este era mi hogar ahora. Pero también supe que no quería vivir este momento sola. Saqué mi teléfono y escribí rápidamente a mi mejor amiga, Hellen. 📱 *Chat con Hellen*: —¿Hola? —mandé con emoción contenida. La respuesta no tardó ni cinco segundos. —¡Hola, mi amada perrita! ¿Cómo estás? —¡JAJAJA, hola amor! Estoy bien, estoy aquí... ¡llegué anoche! —escribí, sintiendo la emoción estallar en mi pecho. —¡¿Qué?! ¿¡Estás aquí!? ¡AHHHH, qué emoción! Sonreí. No podía esperar para verla. —Sí, llegué anoche, y tú no fuiste al aeropuerto... —escribí, haciéndome la dramática. —¡Nooo, bella! No digas eso, fue culpa de la alarma. ¡Te lo juro! —respondió. —Sí, sí... te olvidaste de mí. —Mandé un sticker de puchero. —Deja el drama, mujer. ¡Suelta la sopa! ¿Qué pasó? —Quiero salir a celebrar. Algo "tranqui", como en los viejos tiempos. Solo tú y yo, unas copas, y muchas risas. —JAJAJAJAJA. "Algo tranqui" contigo nunca es tan tranqui. ¡Pero me apunto! —¡Esoooo! Te mando la ubicación. ¡No llegues tarde! —JAJAJA. ¡Yo siempre llego antes que tú, drama queen! Cerré el chat sonriendo como una tonta. Hoy iba a ser un gran día. Una gran noche. Un nuevo comienzo. Y en el fondo, sentía que esta nueva aventura apenas comenzaba.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD