PROHIBIDO

Camino por los pasillos del hospital en el que trabajo mientras reviso la historia clínica del paciente que acabo de visitar. mientras lo hago escucho que suena mi celular, pero al ver que se trata de mi madre ignoro la llamada llegando a la estación de enfermeras. - Buenos días doctora – me saluda la jefe de turno. - Buenos días – respondo sonriendo mientras agrego anotaciones en la historia, veo que ella pone frente a mí un vaso de café. - Energía para lo que le falta de turno - dice ella con amabilidad y yo sonrió. - Muchas gracias – digo mientras escucho sonar de nuevo mi celular. - Hola mamá – respondo porque de lo contrario no parará. - Al fin respondes – dice enojada y yo ruedo los ojos. - ¿Qué pasa? – pregunto caminado con mi café en la mano. - Llegaremos esta tarde – dice y entonces lo recuerdo. La gala benéfica del hospital en honor a mi padre que falleció hace cuatro años y antes de hacerlo fue benefactor de un ala en el hospital en el que trabajo. - ¿lo habías olvidado? - Mamá, he estado muy ocupada – respondo entrando a la sala de médicos. - No entiendo como sigues haciendo un trabajo para hombres – dice haciendo que me enfade como cada vez que lo dice – deberías hacer lo mismo que tu hermana. - Amo lo que hago madre – respondo molesta - ¿viene Grace contigo? - Por supuesto – responde como si yo hubiese dicho una estupidez – nos acompañara su prometido. - Ok – respondo sin más para después colgar ya que tengo una llamada en emergencia. El resto de mi turno me ocupo olvidándome por completo de la llamada de mi madre. Mientras observo al paciente que acaba de ingresar y quien ya se encuentra estable, pienso en mis padres y lo diferente que fue su forma de criarnos. Mientras mi padre siempre nos alentó a hacer lo que realmente quisiéramos. Nuestro padre fue un empresario reconocido por lo que mi hermana y yo siempre lo tuvimos todo. por otro lado, mi madre una mujer materialista y superficial siempre nos dijo que para realizarnos como mujer debiamos casarnos, tener hijos y una esposa florero. Grace siempre estuvo atraída por esa idea, mientras que yo me enamore de la medicina y mi padre me apoyo en todo. tanto así que cuando termine mi residencia fue benefactor de un ala medica en el hospital donde inicie a trabajar. Cuando termina mi turno me siento muy cansada e incapaz de conducir. Por lo que tomo mi celular mientras salgo del hospital para llamar un taxi. - ¿te llevo guapa? – escucho a Olive mi mejor amiga, me vuelvo a verla que me espera recostada en su auto. - Eres un ángel – digo caminando hasta ella que abre la puerta del copiloto para que entre. Cuando lo hago me recuesto en el asiento hasta que me quedo dormida. - Tara – escucho que me hablan y mueven suavemente - Tara hemos llegado. - Cinco minutos después – digo porque siento que acabo de cerrar los ojos. - Nena, no quieres dormir en el auto – dice ella riendo y yo a regañadientes abro los ojos. - Debo ir por un vestido – le cuento mientras entramos al edificio donde vivo. - Primero descansa - dice ella a lo que yo asiento - ¿Grace vendrá? - Si, con su prometido – respondo cuando el ascensor llega al piso donde se encuentra mi apartamento donde entramos y vamos a mi habitación donde me dejo caer en la cama. - Ese hombre es el pecado andante – la escucho decir antes de quedarme profundamente dormida. No sé cuánto tiempo pasa, aunque para mí fue solo un instante desde que cerré los ojos hasta que escucho la alarma. Abro los ojos a regañadientes encontrándome con Olive sentada junto a mi con un café en su mano. - Buenos días – dice con una enorme sonrisa. - ¿Qué hora es? – pregunto mientras ella se pone de pie para abrir las cortinas dejándome ver que está lloviendo. - Las cuatro de la tarde – me responde mientras me bebo el café. – te deje dormir hasta esta hora para que descanses. - Eres un amor – digo poniéndome de pie - Por cierto, tu madre y hermana llamaron hace un rato – me informa a lo que asiento – yo le dije a tu madre que las veras en la gala. - ¿quieres que me enamore de ti? – digo a lo que ella ríe de forma escandalosa. - Me gustan los p***s, los p***s grandes y no creo que tengas uno – me atraganto con el café cuando la escucho. – anda, ve a ducharte que debemos irnos. Hago lo que me dice y voy a mi cuarto de baño donde me doy una ducha rápida con agua fría. Cuando termino voy al closet donde elijo un pantalón n***o, blusa blanca, bufanda beige de cuadros, botines y abrigo n***o. No me maquillo y me ato el cabello en una coleta alta. Tomo un bolso a juego donde guardo mi billetera y otras cosas. Cuando vuelco a la habitación tomo mi celular metiéndolo en el bolso saliendo en busca de Olive que se encuentra en el salón principal hablando por teléfono. - Si, dile que viajare pasado mañana – dice mientras caminamos fuera del apartamento. Conocí a Olivé en la preparatoria y desde entonces nos convertimos en mejores amigas. Fuimos a la universidad juntas, aunque ella estudio negocios internacionales y administración de empresas. Ahora es vicepresidenta de la empresa de su padre, mientras yo elegí la medicina y desde que nos graduamos ella cuida de mi de forma incondicional. Cuando llegamos al estacionamiento nos subimos a un Ferrari que ella me regalo en mi último cumpleaños. Durante el camino al centro comercial hablamos de cosas triviales mientras escuchamos música divirtiéndonos como siempre lo hacemos. Cuando nos detenemos en un semáforo la observo y sonrió ya que ella siempre se ha comportado como la hermana que Grace jamás fue. Por el contrario, Olive es hija única así que desde que nos conocimos congeniamos de inmediato. - Comienzo a pensar que estas enamorada de mi – dice ella sacándome de mis pensamientos. - Púdrete...