Nadie, nunca quiere jugar conmigo.
Eran las 2:00am de la madrugada. Mi mamá se paraba a esa hora como de costumbre, y yo me paraba con ella.
Ese día mi mamá no se levantó, me pare yo solo, y la llamé.
- " Ama", " ama", ya son las 2.
Ella solo dijo.
- Hoy es el día de la madre. No siempre tengo que estar haciendo todo, ¿Será que por un día te pasará la mano por ayudarme?.
- No mami, feliz día, yo te ayudo, perdón.
Salí y empecé a organizar todo. En el transcurso de las 3:00am, llega un niño.
- Hola, eh, ¿Quien eres?, ¿Qué haces aquí?.
-¿Quieres jugar conmigo?.
-Está muy temprano para jugar nene, más tarde, mejor ve ayudarle a tu mamá en algo, hoy es su día, no es merecido que esté sola.
-No tengo madre.
-Eh, lo siento, mejor ven más tarde.
En ese momento salió mi mamá.
- ¿Con quién tanto hablas?.
-Ama, un niño que quería jugar conmigo y le dije que no.
- ¿Qué?, no, no, no.
- Mami, ¿ Que pasa?, ¿Por qué te pones así?.
- Ese era el diablo, hijo.
- Mami no, como puedes creer eso, era un niño normal, yo lo ví con mis ojitos.
- No, hijo, ese era el diablo.
Ese día mi madre se fue a su cuarto llorando, cuando la fui a buscar ya no estaba. había desaparecido.
Ahora salgo a la calle a buscarla cada día, y regreso llorando por no encontrarla, a veces quiero jugar, pero nadie quiere jugar conmigo.
Todos corren.
Ahora entiendo por qué, detrás de mi, dormir está él, vigilandome, ya que dice que así no perdería y llegará a casa.
Ya que los muertos no tenemos que vagar mucho por qué nos podemos perder.