Cuando un hombre Ama

Corriendo entre un gential de personas, Ciro Mastelli buscaba perder de vista tanto a Lucy como a Jessi, ámbas mujeres tenían algo en común; las dos se habían acostado recientemente con él, el mujeriego mas empedernido que se conocía. Resulta que las dos mujeres lo perseguían como si fuera su mas preciado tesoro, Ciro no quería nada de relación sería con nadie, él tan sólo quería que cada tanto le jalaran el ganso. ¿Pero, enamorado de alguien, ah, para nada, eso se sabía bien en el círculo donde él se movía, y pues lo cierto era que Ciro tenía una debilidad por cuánta mujer conociera. Ciro era el menor de tres hermanos, procedía de una familia de ascendencia Italiana, los Mastelli, quienes cansados de su actitud, incluso lo habían desheredado de la fortuna familiar, todo por el comportamiento tan irresponsable de Ciro. Ciro estudiaba para ser médico obstetra y estaba cerca de graduarse, él tenía 25 años y por alguna razón no esperaba casarse con nadie, Ciro decía que no había nacido la mujer que lo amarrara a un solo cimiento. Pues Ciro siempre decía a los demás que él no estaba hecho para ser probado por una sola mujer cuando según él todas podían poseerlo entre ratos, decía también que tenía siempre su tanque full de gasolina para transportar a sus mujeres al lugar del placer, lo cierto era que Ciro tenía un desorden hormonal o algo mas macabro, pero que al fin y al cabo, ni él mismo sabía cual era todavía. Al correr hacía aquel ascensor, Ciro vió a algunas personas en ese compartimento cerrado, se escondió de aquellas bravas mujeres, Ciro que era alto y fornido de seis pies de altura, se escondió justo detrás de una persona, que también era alto, un palencón de persona, pero con cuerpo fino y delgado, traía un gorro y no se vislumbraba bien su rostro. Ciro le dijo a la persona en reiteradas veces "gracias" Al vaciar el ascensor, todavía quedaba solo él y esta persona. En ese momento Ciro vió a esta persona y le dijo: —Hola, ¿Como te llamas? Eres muy linda. Encantadora —la otra persona se había puesto seria y tan solo habia hecho un gesto para mostrar que estaba en confusión, pero sin gestar alguna palabra, explicando. Al final cuando se abrió la puerta del ascensor aquella persona se dirigió hacia el estacionamiento y desapareció de la vista. Ciro quedó impactado de la belleza de aquella persona, pero creyó que ésto era una simple calentura que él sentía al ver a las féminas preciosas. "Jaja mi siguiente chica" se dijo riéndose mientras se alejaba del lugar. Este era el hospital Monte Sión donde Ciro empezaría a trabajar y ofrecer sus servicios de médico, y tan solo se dijo en su mente macabra que tendría una gama de nuevas posibilidades para apareamientos. No sabría que aquí encontraría la orna de sus zapatos. Unos días después, cuando se presentó a trabajar, Ciro deslumbró ante todas esas féminas hermosas como un macho alfa lomo plateado. Aunque la sonrisa de su cara se borraría en seguida cuando vió a esa misma persona del ascensor. Enseguida Ciro sintió un deseo por acercársele, de hablarle y de conocerle mas. La persona en sí, miró a Ciro de reojo y solo le hizo un mal gesto, una mala mirada pensando que con esto podía espantarlo, más no sabía que Ciro era apasionado, terco y testarudo con las cosas que él quería para sí, pensando en eso, Adalphe tan solo se dió la vuelta para irse, pero Ciro se acercó ágilmente y lo detuvo. —Espera preciosa, me concedes el honor de acompañarte a beber una taza de café —dijo Ciro, pero éste se dió la vuelta y movió sus manos en un gesto negando, se fue y desapareció de nuevo. Al dar la vuelta, Ciro encontró a un grupo de personas hablando disque algo discreto y otro grupo riéndose discretamente, él aún no sabía de Por qué, pero sin importarle dio la vuelta y salió de ahí, ya su carácter se había agriado. Pasó así un día y otro, hasta que una semana después coincidieron en una conferencia de médicos nuevos, se dieron cuenta que ámbos ejercían la misma profesión. Lo más descabellado y encantador era que los dos estaban viéndose sin dejar de poder hacerlo. En este caso Adalphe sabía que Ciro era un hombre, así como también estaba al tanto de que él lo estaba confundiendo con una mujer. De alguna manera, Adalphe podía dar a conocer su identidad a Ciro y este mal entendido se detendría. Pero Adalphe no quería que él se detuviera de enamorarlo, se sentía en las nubes, se sentía especial y se sentía guapo por primera vez, aunque si lo era. Cabe mencionar que Adalphe no se creía ni mujer, ni se sentía como una mujer, simplemente a él le encantó y le atrajo otro macho con ganso colgado. Realmente aquí ni siquiera se había percibido acerca de quién daría y quién recibiría la bazuca. Lo más descabellado era que Adalphe nunca se había sentido atraído a nadie, ni a un hombre ni una mujer, entonces, él no entendía por qué o como es que de alguna manera el día en que viera a este hombre fuerte, fornido, alto y musculoso corriera hacia el ascensor y se escondiera justo detrás de él, sentir esa adrenalina recorrer su cuerpo hasta venir a quedarse en la punta de su segunda cabeza. Adalphe nunca antes se había sentido atraído ni gustado alguien de ninguno de los dos sexos, ¿Cómo llegó a este punto? Se hacía la pregunta del millón. Sí, Adalphe siempre pensó que su condición era raro, que quizás él había nacido para estar solo y cada tanto desde que era un niño que empezara a sentir y tener conciencia, casi todos lo confundían con ser una chica. Adalphe tenía rasgos finos y suaves, tenía el cabello al hombro, su rostro ovalado y su nariz respingada, labios delgados y tenía facciones suaves, le decían que era un hombre androgyne. Tenía una piel suave y blanca, no le crecía barba ni bigote, lo que lo hacía verse fino y casi como una mujer. Adalphe a diferencia de Ciro, jamás había besado a nadie, jamás había hecho el ñaca ñaca con nadie, Ahhh pero eso sí, tenía su ganso alargado y bien nutrido. Adalphe empezó a sentirse atraído por demasiado a Ciro, quien era un hombre demostrado, había arrasado con cuanta mujer se dejaba de él, su honor era decir que las satisfizo a todas sin dar lugar a dudas. ¿Ya ves? No por que un hombre mete su palo en todo orificio se declara un hombre y ya, el concepto de ser un hombre va mas allá del acto concúbito con una pareja. Ser hombre es más que llevar huevos y un chorizo entre los pantalones. ƪ⁠(⁠˘⁠⌣⁠˘⁠)⁠ʃ Ser hombre implica responsabilidad, fuerza protección y mas, ser un hombre significa que te harás cargo de todo cuanto decidiste y actuaste, por que todo acto trae sus consecuencias, sean estas buenas o malas. Adhalpe, sintiendo atracción por primera vez se dejó llevar por la emoción, pero pronto pondría en una báscula sus prioridades.