Corazones Desnudos

Capítulo 1 Estoy muy molesta con la vida y con todos los que me rodean, y es que tengo más e un motivo para hacerlo. Desde que nací me enviaron a este mundo a tener problemas, mi madre murió mientras me daba a luz y mi padre que es el único que me ha cuidado hace lo mejor que puede, pero es un contador, muy práctico, pero no tiene la más mínima idea de qué hacer con una adolescente. Mis decisiones tampoco son las mejores, dado que mi apariencia, legado de mi madre, es lo único que tengo la utilice para estar con un idiota, el idiota más grande del universo. Pero también el más popular de la escuela. El chico que en verdad me gusta es un nerd, un tonto al que miro a la distancia y con quien no me atrevo ni a hablar, no quiero arruinar mi reputación social por algo como eso. Además, su padre está ayudando bastante a terminar con mi vida, es el dueño de la fábrica donde trabajaba mi padre hasta hace pocos meses, pero fue despedido, y si todo sigue de esta forma pronto tendré que irme y abandonar todo lo que conozco. – ¿entonces tu padre se va a ir de la ciudad? – me pregunta la única amiga que tengo, al menos la única real. Estamos en la cafetería de la escuela y aprovecho para admirar el bullicio que dentro de poco no voy a poder escuchar más. – Por como veo las cosas no solo el, ambos vamos a tener que irnos. No podemos mantenernos con mis trabajos de medio tiempo – resoplo para demostrarle mi frustración. – Puedes quedarte en mi casa Parla, sabes que mis padres estarían encantados con eso – lo que dice es real, sus padres siempre me han tratado como parte de su familia. Pero no es algo que pueda hacer. – Gracias, pero no puedo dejar a mi padre, soy todo lo que tiene, no estaría bien que haga algo como eso – en ese momento pasa junto a nosotros Nathan, el nerd más lindo que he visto en mi vida. – Todo por culpa de este tonto – le dice mi amiga sin importarle que él no sea quien dirige la empresa, él se nos queda viendo sin comprender y se acerca. Imagino que es porque no es la primera vez que Daria le hace ese tipo de comentario. – ¿Qué… que es lo que quieres decir con eso? – consigue decir entre tartamudeos, su cara esta tan roja que parece que se le va a prender en fuego en cualquier momento. – ¿no sabes lo que hizo tu padre niño? – le pregunta Daria mientras le pone un dedo en el pecho – Pe… pero yo no tengo nada que ver con cómo mi padre dirige la empresa – sonrió y me pongo en pie – ¿en serio no tienes idea de por qué despidieron a mi padre? – se me queda viendo, tal parece que de verdad no tiene idea de que es el culpable – ya déjalo Daria, ni siquiera vale la pena que hagas esto, el muy idiota no sabe nada – me doy la vuelta para irme y me toma del brazo. – Espera – baja los ojos al suelo, es evidente que evita mi mirada – por favor explícame. – Quita tus manos de mi novia – Tomas, mi tonto e inútilmente grande novio viene en nuestra dirección y lo empuja, Nathan levanta la vista y la deja fija en sus ojos – parece que la golpiza de la última vez no fue suficiente para ti, si quieres hay más de donde salió esa – se refiere al motivo por el que mi padre fue despedido, el hermano mayor de Nathan es un antisocial completo, no le importa lo que diga nadie y va por la vida destruyéndolo todo, golpeo el auto de Tomas y Tomas como venganza le destrozo la cara a Nathan, y claro que la que pago todas las consecuencias soy yo, el eslabón más débil de la cadena, su padre como venganza despidió al mío, el padre de Tomas es de los más influyentes de la ciudad, a él no podía hacerle nada. – No te tengo miedo, no puedo temerle a un idiota que necesita a sus amigos para golpearme – me sorprende su respuesta, la manera en la que le habla a Tomas es mucho más fluida de cómo me habla a mí. – ¿te atreves a responderme – Nathan asiente – Detente Tomas, vas a crearme más problemas y no creo que sea necesario – lo tomo del brazo y lo alejo de Nathan – me parece suficiente que tenga que irme de la ciudad, no sé qué es lo próximo que puede hacer su padre como represalia – Nathan se me queda viendo, acaba de comprender lo que intentaba decirle Daria, su vista no se aparta de mi mientras me llevo a Tomas de la cafetería. El estacionamiento esta vacío, me detengo y le miro el rostro al que es mi novio. – Te pedí por favor que no hicieras nada más, estoy intentando no tener que irme, pero si te sigues comportando de ese modo me lo vas a poner bien difícil – pongo ambas manos en la cintura y respiro fuerte para calmarme. – ¿Qué quieres que haga cuando un imbécil está tocando lo que me pertenece? – siempre me ha molestado que se refiera a mí de ese modo, como si fuera una propiedad en vez de una persona, se acerca, pone una mano en mi espalda y hace que mi pequeño cuerpo choque con el suyo – vamos a mi casa – Eso es en lo único que puedes pensar – intento evitarlo, no me gusta el sexo, siempre que voy a su casa tengo que fingir que la paso bien porque no siento absolutamente nasa; mi primera vez fue más una tortura que una linda experiencia y mi ánimo no está para algo como eso en el día de hoy – no puedo ir contigo Tomas, hoy tengo que llegar antes a mi trabajo de medio tiempo – se molesta y me deja ir, respiro con más calma. – ¿hasta cuándo vas a tener que trabajar tantos turnos? Me parece que es tiempo de que tu padre consiga un trabajo. Me molesto por el comentario, él sabe perfectamente que es el culpable de lo que sucedió con mi padre, que diga ese tipo de cosas esta fuera de lugar por completo. – ¿Quién tiene la culpa de que mi papa no tenga trabajo? Si este tan preocupado bien podrías pedirle a tu padre que lo ayude – resoplo – pero claro que no, el señor Bret no puede meterse en ese tipo de asuntos ¿no es cierto? – se da cuenta de mi molestia – es mejor que me dejes en paz Tomas, y quiero que sepas que estoy considerando seriamente dejar esta relación. – No puedes hacer eso, sin mí no eres nada ¿quieres convertirte de nuevo en una ignorada? – me encojo de hombros – De igual forma dentro de muy poco me voy a ir de aquí, que crean que me fui un poco antes no va a hacer la diferencia – no puedo concentrarme en etas cosas cuando me espera un largo día de trabajo. La tienda en la que trabajo solo vende marcas de lujo, tienen un sistema estricto de vestimenta, nuestro uniforme es tan formal que bien podría competir contra una casa de te asiática, pero es bonito, es la mejor ropa que me he puesto en mi vida, atiendo a cliente tras cliente con una sonrisa en el rostro que no siento en absoluto, hoy en especial me siento frustrada. Llevo más de cuatro horas de pie, los zapatos de tacón alto me están matando, respiro mientras acomodo los bolsos nuevos que llegaron, cosas que no voy a poder comprar en toda mi vida. – ¿crees que puedas hablar conmigo un segundo? – conozco esa voz, me volteo en la dirección de la que me hablan y veo a Nathan, mira al suelo como siempre que se dirige a mí. – No sé qué es lo que quieras decirme, pero estoy trabajando, no tengo tiempo para los problemas de niños ricos. – So… solo necesito que me des dos minutos de tu tiempo, si me dices que si puedo esperarte – miro mi reloj. – Todavía me quedan más de dos horas de trabajo, si me esperas te puedo dar cinco minutos – se lo digo sabiendo que no me va a esperar, Tomas nunca lo ha hecho, cuando viene a buscarme es porque quiere que vaya a su casa y siempre lo hace a la hora que la tienda cierra, cuando me doy media vuelta lo veo alejarse. Las últimas horas de trabajo siempre son las más tediosas, mis pies me siguen matando y mis ojos amenazan con cerrarse en cualquier momento, camino a paso lento hasta la parada del autobús y una figura vestida de n***o me sorprende. Es alto, su pelo igual de oscuro de su ropa y se acomoda los lentes una y otra vez como un gesto nervioso, me acerco a él. Sus ojos negros como la noche se centran en mí. – No creí que en verdad fueras a esperarme – baja los lentes y se toca los ojos antes de volver a subirlos, su rostro se pone rojo, tanto que en medio de la oscuridad puedo verlo. – Te di… die que te esperaría. Suelo cumplir con lo que digo. – ¿Qué es lo que quieres decirme? – e merece que al menos lo escuche – ¿Por qué tienes que irte de la ciudad por mi culpa? – Si ese es el único motivo por el que viniste hasta aquí puedes irte de regreso. No me interesa discutir sobre ese tema. – No puedes decirme que es mi culpa y después no explicarme – No fui yo quien lo dijo – le recuerdo – tampoco creo que sea por completo tu culpa así que no tienes que preocuparte – Tanto te cuesta darme una explicación – esta hablado de forma fluida – Despidieron a mi padre por lo que sucedió entre tú y Tomas, tu padre se desquito conmigo en lugar de con él, es claro que tiene bastante información y sabe que Tomas y yo tenemos una relación – No creo que ese sea el motivo por el que mi padre despidió al tuyo, no es ese tipo de persona – ¿Qué tan seguro estas de lo que dices? – la pregunta lo toma por sorpresa – claro que no puedes estar seguro, en cambio yo lo estoy – suspiro – creo que ya te aclare las cosas que te daban curiosidad, así que si me permites – intento pasar por su lado y me toma del brazo – se está haciendo una costumbre que toques mi cuerpo con mucha frecuencia – miro el lugar donde su mano me sujeta, el me suelta de inmediato como si el contacto lo estuviera quemando. – Deja que te lleve a casa, es bastante tarde para que te vayas sola – No sé si has comprendido la situación, pero deberías saber que no quiero verte más de lo necesario – Te prometo que voy a investigar qué fue lo que sucedió, como dijiste no tengo pruebas de que no sea como dices, pero me parece extraño, mi padre no dirige su negocio de esa forma – No tienes que llevarme a mi casa, estoy acostumbrada a irme por mi cuenta, y tampoco es necesario que averigües nada, no es tu responsabilidad lo que suceda con mi familia – vuelve a tomar mi brazo cuando me intento alejar. – Digamos que estas acostumbrada a ir a tu casa sola, pero no me siento cómodo permitiéndote que lo hagas, sé que no quieres que nadie te vea hablando con el nerd, pero a esta hora de la noche no nos encontraremos con nadie, así que permíteme hacerlo. Solo por hoy – pienso en negarme, pero mis agotados pies eligen ese momento para recordarme su presencia y pongo cara de resignación. – Si así lo quieres – asiente, si se dio cuenta de mi motivo lo ignora por completo, me guía hasta un auto azul, uno muy moderno que se encuentra en el estacionamiento, no es con el que va a la escuela - ¿este es tu auto? – asiente – ¿y por qué vas a la escuela en una chatarra? – Porque no me importa en absoluto lo que digan los demás, no soy como tu – Es fácil para ti decirlo – e respondo cuando se sienta tras el volante – tu familia es de las más ricas de este lugar – Y aun así me molestan, me dicen nerd y me golpean. Los ignoro porque quiero, no porque tenga motivos para hacerlo – el motor del auto se enciende demostrando lo que se puede ver a simple vista, es un auto muy costoso. – Eres diferente a lo que creí – le digo – pensé que eras menos sociable – No me gusta socializar con personas como tu novio, es preferible no hablar con nadie que escuchar sus estupideces ¿Por qué el no viene a buscarte al trabajo? También tiene auto. – No es necesario que lo haga, te dije que puedo arreglármelas por mi cuenta, solo te dejo llevarme porque insististe. Llegamos a mi casa antes de lo que pensaba, el tiempo pasa demasiado pronto. Salgo del auto sin esperar casi a que se detenga y me encamino a la puerta de entrada. – Tu tampoco – me grita Nathan regalándome una sonría que me paraliza. – ¿yo tampoco qué? – consigo preguntarle con dificultad – Tu tampoco eres lo que creí que serias No es un alago, ya lo sé, pero de igual forma me hace sentir contenta, me acaba de sacar una sonrisa.