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The Good Wife

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intro-logo
Blurb

Ella fue preparada desde muy niña para ser la mujer perfecta.

Él es el heredero encantador perfecto.

Ella acaba de sufrir su primer rechazo

Él se a liberado.

Ella solo quiere ayudar a su familia

Y él, él es el mejor amigo de su hermano.

Este libro es parte de una colección de historias cortas que se irán publicando en mi perfil, son historias de pocos capítulos, amenas y que podéis leer rápido, no tiene nada que ver una con la otra.

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Prologo
La alta sociedad británica. En general, la alta sociedad siempre ha sido un misterio para todo el mundo, siempre he visto las mismas preguntas, si la alta sociedad es una organización secreta que controla el mundo, para ser sincera, si eso es verdad o es mentira, no lo se, no puedo saber las cosas de las que no me dejan ser parte. Nací para ser la mujer perfecta, esa persona con quien las personas importantes y poderosas compartes sus días y presumen como trofeos. Por mucho que el mundo haya evolucionada, por mucho que haya lugares en las que las personas que tengan el poder sea una mujer, muchos han asumido que las mujeres son fuertes y poderosas, son totalmente capaces de tener el poder, de que tienen las facultades y el talento suficiente para mandar, para ser lideres pero hay personas, un grupo de seres que por mucho el mundo evolucione, creen que la mujer no sirven para nada, solo para ser una decorativo. Esa era yo. No la que opinaba que las mujeres no tuviéramos la capacidades para ser lideres pero mis padres, toda mi familia en general opina eso, por eso en mi familia siempre se tiene dos hijos, niño y niña, el primero se intenta que sea niño para que sea el heredero y luego una hija, para que se case con un hombre rico, de esa forma si el heredero no puede tener hijos, ella tendrá el hijo que en un futuro lo lleve todo. No es una norma estricta, se puede tener muchos más hijos pero siempre era un mínimo para segura unos mínimos, para asegurarnos que la familia tenga un destino. En Francia, hay un colegio de señoritas que enseña eso, a ser la mujer perfecta, claramente es solo es un colegio de mujeres, en el que mujeres que nunca se casaron enseñan a niñas de alta sociedad, a ser las mujeres perfectas para los hombres que estudiaban mil carreras, los lideres del mañana. Por esa misma razón, jamás iba a estudiar una carrera, siempre iba a gastar el dinero de mi familia en estar guapa y perfecta. No había realizado aún ninguna cirugía estética, aún no al menos, pero es algo que mi madre ya tiene en cuenta para un futuro. Siempre he tenido la carga de ser la mujer perfecta, muchos chicos han querido salir conmigo pero yo no podía decidir, debía hacerlo mi padre, todo chico que en el instituto me pidió salir, debían ser rechazados, mi padre desde que tengo consciencia me dejo claras muchas cosas debía hablar muchos idiomas, tener don de gentes, estaba obligada a buscar un empresario, un hombre fuerte e inteligente pero la más importante era una cosa, la persona con la que me fuera a casar debía ser de la alta sociedad británica, de los poderos veinte. Los poderosos veinte, eran una lista de veinte familias con la capacidad de destruir el mundo si lo deseaban, no sabia mucho de esta sociedad, solo cosas que había escuchado cuando nadie sabia que estaba. Los lideres de las familias, se reúnen una vez al mes en esta sociedad, para dominar el mundo, se que alguien de la casa real va a la reunión, y por mucho que a estas galas vengan personas ricas no todas son parte del grupo, solo veinte familias, las que firmaron un tratado hace años, pero como mujer no se nada de ello ni debo saberlo. Los Kelly eran una de esas familias, aunque no se si son conscientes de ello. Mi compromiso con Brian me iba a dar mucha seguridad, me iba a dar poder, me iba a dar la confianza y la fuerte suficiente para ser la mujer que mis padres siempre habían invertido en que fuera, habían gastado su dinero en darme la mejor educación para que hablaba muchos idiomas y para que tuviera los mejores modales, pero las cosas, se fastidiaron, Brian rompió nuestro compromiso para casarse con Madeline, la chica que amaba realmente, dejándome a mi sola y con la ira de mis padres. No le culpaba, no creo que Brian tuviera la culpa de nada, creo que Brian merece feliz, todos lo merecemos, todos merecemos ser felices, merecemos soñar y amar sin miedo a que nadie nos juzgue, merecemos un amor de verdad. Una cosa que en la alta sociedad siempre pasan son los matrimonios arreglados, esos en los que dos padres deciden que sus hijos se van a casar, a mi me paso eso con Brian, ni siquiera habíamos tenido mucha relación, él era alguien que andaba por ahí, y yo iba por otros lados, solo nos unieron por el dinero e interés, pero ninguno quería al otro. La noticia no tardo en llegar, con el desmayo del señor Dawson, la gente hablo, comento demasiadas cosas haciendo que mi padre lo averiguara, no es que no quisiera que lo supiera, lo iba a saber pero quería esperar a tener otro plan para darle el problema con una solución, aunque no fuera sencillo, pero necesitaba tiempo. —Eres una maldita vergüenza—me dijo mi padre. Estaba sentada en el sofá de mi cabeza alta, aguantando los insultos, los ataques que mi padre me pudiera dar, mi madre estaba sentada a mi lado mientras que mi hermano estaba apoyado en la chimenea. Nos habíamos metido en una habitación de la fiesta para hablar porque mis padres no podían esperarse a llegar a casa para hacerme sentir mal. —Nos ha costado millones de conversaciones y esfuerzos emparejarte con una persona decente, porque nadie, porque nadie quiere estar contigo—. Esos comentarios de mi padre, eran de la cosa más común del mundo, mi madre no es una persona decente, no es amable, no es sencillo liderar una empresa por ello no era amable, no era algo lógico, pero era su forma de pagar sus frustraciones, con ira y malas formas, ataques que nadie merecía, pero no se le podía decir nada porque era quien tenía el poder completo de todo lo que nos rodeaba, de todo de mi vida, si quería me destruiría. —No te pases, papa—le aviso mi hermano a mi padre. Respiré hondo pero sin dejar que las cosas me afectaban, lo hacían pero no se lo iba a demostrar porque esos, con mi padre, siempre era malo. No le gustaban las expresiones, fueran las que fueran para él siempre eran malas. —No te metas, Teodoro—le aviso mi padre a mi hermano que respiro hondo ya que odiaba con todo su ser su nombre completo y creo que esa es la razón por la que mi padre usa su nombre tan libre y alegremente. Mi hermano es una de las mejores personas que conozco, es listo y atento, cualquier mujer debería desear estar con él, pero no veo que él se interese por nadie, no se porque, simplemente es así. Mi hermano es solo tres años mayor que yo, aunque no sea mucho, la diferencia de responsabilidades es clara, mientras él debe y será el máximo responsable de la empresa, yo solo soy un adorno. —Si no puedo hablar, me voy—dijo mi hermano saliendo de la sala sin dejar que nadie le parara o le dijera nada, evitando cualquier conflicto pero de la misma forma, no pude evitar que se fuera, dejándome sola ante el peligro y lo loco que mi padre me podía decir. Respiré hondo. No quería tener que enfrentarme sola a mi padre, se que mi madre no iba ha comentar nada, se que mi madre se iba a quedar callada mientras mi padre decía cualquier cosa, mientras las cosas estaban mal, ella estaría callada y no era algo que me gustase pero era algo que sabía que iba a pasar, mi madre no podía permitirse que su padre estuviera en su contra, ya que él le daba todo lo que ella tenía. —Él no me amaba—. Mi padre me miro por mi comentario, molesto obviamente. —El matrimonio no es amor—aclaro mi padre, me quede en silencio sin saber que decir—El matrimonio es una transición—. El amor, según mi padre, no es algo valido, no es algo que existe, para él, amar es una debilidad, no es algo que la gente deba sentir, el amor es una molestia, él no ama a mi madre, mi madre tampoco le ama, están juntos porque hace años sus padres así lo decidieron, siguen juntos, porque el divorcio no es algo que se contemple, sino algo que hace la gente pobre que solo cree en el amor. —Lo se—le di la razón para no meterme en problemas. ¡Mierda! Mi padre no es alguien con quien pudiera lidiar, se que iba a tener que aguantar mucho hasta que encontrara una pareja que quisiera casarse conmigo y tener una relación estable conmigo, cosa casi imposible. No soy una persona insoportable, pero mi padre no me dejaba salir de casa, mi padre me obligaba a tener unas normas, unos comportamientos y muchas veces eso consistia en solo pasearme por las calles sin poder hablar con nadie. —No has podido mantenerle a tu lado—me recrimino. No lo había intentado, no había hecho ni un solo esfuerzo por atar a Brian a mi lado, no es que Brian me gustara, no es que no fuera una persona atractiva o buena, lo era, quizás en ocasiones era demasiado bueno y parecía una ilusión pero no iba a estar con alguien que no le gustase, con alguien que no me adorara, quería estar con alguien que al verme se sintiera que la vida es mejor, pero él no me iba a dar eso porque amaba a otra persona, no quería estar con alguien que pensaba en otra. —Lo siento—susurré. Mi padre me miro. —Tus disculpas no harán que tengamos una relación económica con nadie—. No dije nada, intente mirar a mi padre mientras intentaba no caer en la desesperación, estoy segura que esto que hice por Brian, el aceptar romper el compromiso sin problemas, no le puse nada, ni condiciones ni nada, deje que se alegara de mi sin decir nada, sin poner problemas a nadie, por eso se que iba a tener un buen aliado. —No puedo dejarte sola, no puedo dejarte tomar decisiones—. Me dolía que no me creyera capaz de nada, era capaz de muchas cosas, quizás no dominaría el mundo ni llevaría un gran negocio como otras personas de nuestro entorno pero era una mujer capaz de muchas cosas siempre que me dieran la oportunidad, nuestra empresa era una gran empresa de radiocomunicación, controlábamos muchas revistas, editoriales, radios y cadenas televisivas, tenía muchas ideas para que fuéramos los mejores, si me dejaran hablar. La puerta de la sala se abrió dejando que Joshua Campbell entrara en la sala. El mejor amigo de mi hermano. Era escoces pero vivía en estados unidos, era alto, con ojos oscuros y cabello oscuro, la representación perfecta del misterio. —Disculpe, estaba buscando a Daniela, me debe un baile—comento Joshua. Mi padre le miro. Sabía que mi hermano le había mandado para sacarme de este problema, de esta discusión que solo terminaría en mi padre gritando e insultándome por cualquier cosa que se le ocurriera. —Ve—me ordeno mi padre. Me levante y me acerque a Joshua, el coloco su mano en la parte baja de mi espalda para guiarme hasta la pista de baile donde estaba todo el mundo bailando, con un suave movimiento me dio la vuelta para vernos, coloque mi mano derecha en su ho,bro y agarre su mano. La música era lenta por lo que teníamos que bailar pegados. —¿Que ha pasado?—. Suspiré. —Tu hermano ha venido diciendo que debo salvarte—. No dije nada, no sabía como reaccionar eso, mi padre era una persona difícil con la que lidiar, no sabía si meter a otras personas en los problemas de mi familia, no se si era buena idea, sabía como era Joshua y se que sería capaz de pegar a mi padre si era necesario, no son dos personas que se lleven bien. —Se ha enfadado por la ruptura del compromiso—le explique. Joshua rio. —Menuda tontería—. Suspiré. —Tú lo tienes fácil, los hombres no tenéis que luchar contra nada, tenéis todo dado por lo que tenéis entre las piernas—me queje. —Tú puedes tener lo que quieras—me dejo claro. —No estoy hablando de cosas materiales—le deje claro, Joshua me miro en silencio analizando mis palabras—Por mucho que ganemos derechos y libertades, se nos juzga por todo, si vamos con ropa muy corta se nos criminaliza, si vamos muy tapadas somos unas monjas, todo son peores, si los hombres no quieren ser padres, no importa pero nosotras queremos desentendernos del niño y somos malas madres—. Joshua me miro. —Solo sirvo para casarme—me queje. Me miro. —No creo que solo sirvas para eso—me dejo claro. Le mire. —No importa para lo que realmente sirva—le deje claro—Mi padre es lo que cree, es lo que piensa y su opinión es la única valida en la familia—. Joshua me miro en silencio, no dijo nada, se separo de mi dejándome ahí, yéndose a donde fuera que tuviera que ir, no se que estaba pasando y no se si estaba preparada para lidiar con eso, me iba a limitar a respirar porque en estos momentos no podía hacer otra cosa, me acerque a la barra. —Una copa de vino blanco—le dije al camarero. Note una presencia cerca de mi. —Siento mucho lo de tu compromiso—dijo una voz que reconocí al instante. Beth Taylor, una chica demasiado insoportable, era una chica rubia y de ojos verdes, eran empresarios pero no demasiado importantes, no eran parte de los veinte poderosos, ellos trabajaban para la familia de Joshua y si vez era la mejor amiga de Teo y Joshua, una mujer con la que he convivido durante muchos años, y la que no soporto con ni una sola parte de mi cuerpo, es una mujer demasiado insoportable, cree ser mejor de lo que es y no es tan genial. —Hola Beth—la salude con pocas ganas. La chica agarro la copa de vino que acababa de pedir yo, me dieron ganas de tirarse la encima, respire hondo para no causar una escena, ya había sido suficientemente humillada como para aguantar otros comentarios y estupideces de la gente, la gente es mucho de criticar por lo que debía tener demasiado cuidado. —¿Duele que te hayan rechazado?—me pregunto. La mire. —¿Duele que ni siquiera te hayan elegido?—le pregunte en respuesta. Beth me miro molesta. —Eres una mala persona—. Tuve que regalarme una sonrisa ante su comentario, por no montar una escena cuando todo el mundo estaba pendiente de como reaccionara sobre todo con el hecho de que me habían dejado por otra. —Mis dos chicas favoritas—comento mi hermano acercándose a nosotras y pasando su mano por mis hombros para abrazarme—Veo que Joshua te ha salvado—. Le mire. —Si—le dije sin querer dar mucha información porque no me interesaba que Beth supiera nada de mi, supiera de mis problemas o de las cosas con las que me pudiera molestar—Pero ya hablaremos tu y yo—. Golpee su pecho al mismo tiempo que decía esas palabras y con eso supo que debía callarse. Quiero a mi hermano y esa es la única razón por la que son amable y aguanto a Beth, por lo que me mantengo con una presencia ante ella, pero si fuera por mi, hacía demasiado tiempo que la hubiera dejado de hablar, no porque me crea mejor que ella sino porque me cae mal. No por ser mujeres debemos ser amigas. Joshua se acerco a nosotros y me miro, estaba serio, no es una cosa a la que no este acostumbrada, lo estoy demasiado pero no suele ser así al menos conmigo. Joshua siempre ha sido parte de mi vida, no recuerdo un momento en el que no estuviera, siempre ha sido parte de cada momento importante de mi vida, es casi como un segundo hermano para mi. Antes de que pidiera decir nada Beth le abrazo. Joshua no le correspondió el abrazo, puede que sea su amiga pero no es que sea un chico cariñoso, es buena persona pero no le gusta que le abracen, cuando su amiga se separo de él me miro. Antes Joshua, era una persona más alegre pero hace unos años, cuando su padre murió y se tuvo que encargar de la empresa de hoteles y restaurantes de su familia, eso le hizo más serio. —Nos vamos—me dijo. —¿A donde?—le pregunte demasiado sorprendida. —Queremos la información—se quejo Beth. Joshua metió su mano en el bolsillo de su pantalón y con la otra se aparto el pelo de la cara. —He hablado con vuestro padre—comento Joshua mirándonos a Teo y a mi. —Es demasiado bonita que la quieras ayudar, le puedes presentar a uno de tus amigos así se casa—comento Beth. Joshua miro a Beth. —No hace falta que le presente a nadie, yo me voy a casar con ella—. Las palabras de Joshua me dejaron impresionada, me quede congelada sin saber que hacer o que decir, no sabía como tomarme las cosas, que hacer con esa información. Beth estaba sorprendida. Teo creo que aún estaba procesando las palabras. Yo no me lo podía creer, Joshua siempre ha sido ese amigo de mi hermano al que debía considerar como un hermano por mucho que me gustase, era una persona prohibida, no era alguien quien debiera pasar por mi cabeza que fuera mi pareja, jamás, pero ahora, sin yo haberlo pedido, se ofreció. —¿Que vas ha hacer que?—le pregunto mi hermano. —No creo que debas oponerte, es una decisión de tu hermana—le aviso Joshua a mi hermano que le miro demasiado sorprendido. —No me estaba oponiendo—. Mire a mi hermano sin saber como tomarme su comentario. —No entiendo nada—me queje. Todos me miraron. —Te has quejado de que tu padre te ha tratado mal por lo de Brian—hablo Joshua, le mire sorprendida, no me gustaba Brian, si fue algo que me afecto, algo que me dolió, pero no se como lidiar con eso, no es que me quisiera casar con Brian, todos incluso los que no éramos cercanos a ellos sabíamos que estaban enamorados desde hace demasiado, todos sabíamos que debían terminar juntos, otra posibilidad no era lógica. —Todos sabíamos que Brian estaba enamorado de Madeline y que por mucho que les separaran acabarían juntos—comento Beth. La mire. —Cállate—. No aguantaba a Beth, este no era su asunto y no paraba de meterse, tenía demasiadas ganas de golpearle con demasiada fuerza en la cabeza. —Daniela—me grito mi hermano. Le mire. —No soy un trozo de carne—les deje claro, los tres me miraron demasiado impresionados pero es que estaba harta—Me estáis vendiendo al mejor postor como si las cosas no importaran, como si mi opinion no valiera—. Estaba harta de que toda mi vida hubiera sido la decisión de los demás y no la mía. —¿Te quieres casar?—. La pregunta de Joshua me sorprendió, no sabía que responder, eso era el único objetivo de vida que tenía, casarme y tener hijos. —No hago esto porque no crea tu valor—me dejo claro Joshua—Quiero que seas libre, tu padre no va a dejar de controlarte mientras no te cases, solo quiero darte un escape, no tenemos que besarnos, ni dormir juntos, incluso puedes estar con otras personas, solo quiero darte la libertad que toda persona merece—. Quería ser libre, no se para que, pero lo quería. —Hagámoslo—me limite a decir aunque no estaba demasiado convencida.

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