Si hay algo en la vida que se me complica incluso más que entender la vida misma, son las relaciones humanas.
La vida es algo complejo, pero las personas son algo aún más complejo, en la mayoría de ocasiones a la vida le puedes dar la misma formula pero no a las personas, ya que la vida es la misma pero no hay una sola persona parecida ni similar a la anterior.
Todas son un mundo complejo, debes aprender y estudiar a cada persona para poder tener una buena relación con ella, como si cada persona fuera una pieza que debe encajar perfectamente en un juego más complejo y sin sentido, me cansa eso.
Comprendo y entiendo que en la sociedad de hoy en día, vivir aislada de todo el mundo no es una solución, vivimos en una era globalizada donde si tienes un móvil o cualquier otro aparato de localización es casi imposible que no te localice cualquier persona que quiera hacerlo y si eres fan de las teorías de conspiración, lo más seguro es que creas que con esos métodos sea el gobierno quien te tenga siempre localizado, en mi opinión puras tonterías pero de todas formas ese no es el tema.
Las relaciones humanas.
Con un solo botón, nos conectamos con millones de personas, quizás no sabremos sus verdaderos nombres pero estamos unidos por algo, llamemos eso lo que sea, pero estamos conectado a esas personas que entrar en nuestra vida de formas no convencionales de formas que pocos entenderán, mi padre no lo hace, comprende la necesidad de nuevas formas de hacer las cosas, del uso de ayudas pero no comprende porque meter cosas frías en las labores que una persona hará con mejor exactitud según las necesidades del demandante, y en ocasiones creo que tiene razón, no estoy en contra de la tecnología, me parece un mecanismo muy necesario para la evolución humana, me parece que es muy necesario que mejoremos en cosas sencillas para el crecimiento del mundo peor en ocasiones dudo si nos ayuda.
No me gusta la gente, ni la tecnologías, las dos me parecen igual de desastrosos y horribles pero si me hicieran elegir uno, elegiría la tecnología porque puede que en unos años nos domine y sea la razón por la que el mundo se destruya pero estoy bastante segura de que antes de que eso pase, el mundo se acabara por culpa de los humanos, por una guerra o por cualquier otra cosa que hagamos, somos la única especie animal que destruye por diversión y no por necesidad.
Es algo que para mi, son demasiado complicadas, eso de estar atada a una persona en sentidos emocionales es algo que me cuesta entender, no comprendo como la gente puede necesitar tanto al resto de personas para vivir, como necesitan un abrazo para sentirse mejor tras un mal día, esa dependencia emocional, me da demasiado miedo. Atarte tanto a una persona que todo de ti dependa de ella me da miedo, poner en manos de alguien cada parte de mi felicidad, me da demasiado miedo porque se que la destruirá cuando tenga oportunidad, y no quiero ser destruida. Necesitamos al resto de personas, hoy es casi imposible sobrevivir sin el acompañamiento y sin la ayuda de otro ser humano, en mi caso, si mi padre o Joshua no me alimentaran seguramente no sería capaz de hacerlo yo sola, en mi caso, no tengo dinero propío ni estudios, no soy libre ni autónoma por lo que me es casi imposible sobrevivir sola, y como a mi a muchas otras personas les pasará en otros aspectos, pero es una mierda de todas formas.
Los humanos son unos animales bastante raros, no puedo negar que me causa demasiado interés entender como podemos cometer los mismos errores una y otra vez sin darnos cuenta, les paso a Napoleón y Hitler, pero nos esta pasando a nosotros sin darnos cuenta. Fueron cuatro hermanos los que crearon la sociedad en la que hoy en día mi familia es parte y los mismos errores que sus hijos cometieron, son los que ahora nosotros estamos haciendo, luchar por poder en lugar de ayudarnos entre nosotros, querer ser más que los que deberíamos ver como amigos.
Es irónico que lo diga yo, cuando soy la persona que más necesita la aceptación de los demás para sentir que tengo el valor que necesito para vivir, depender tanto de los demás me da miedo pero no veo otra forma de sentirme importante.
Se que no se debe intentar agradar a todo el mundo, eso es una batalla perdida, una lucha sin sentido porque no puedes hacer que todos te quieran, es una misión casi imposible, lo comprendo mejor que nadie pero eso no hace que mi necesidad de aceptación y que los otros me amen sea más sencilla de llevar.
Conozco bien a Joshua, me crie con él en cierta forma por lo que se bastante bien como es, a diferencia de mi, es una persona que no es afectan las opiniones de los demás, quizás porque comprendió en algún momento de su vida, que era más importante lo que él sentía que lo que el resto del mundo piensa o quizás su perfeccionismo extremo le llevo a asumir que la gente era un factor que estaba pero no uno decisivo, quizás su perfeccionismo le ayudo a entender que si el estaba a gusto con sus decisiones, era lo más importante ya que los demás eran algo que estaban y no podía eliminar.
Joshua me miro en silencio.
Notaba su mirada en mi mientras, yo era incapaz de mirarle y fijaba mi mirada en el suelo, contando las manchas que tenía la madera.
Doscientas cuarenta y siete.
La luz del balcón entraba al salón alumbrándolo con demasiada perfección, los rayos de sol me daban en la espalda dejando que mis dedos jugaran con estos. Cuando era niña, siempre soñé con poder jugar con los rayos del sol en la hierva mientras jugaba, era un hermoso sueño que siempre tenía, una casa en el bosque donde la luz daba y podías jugar con ella.
—¿Estas bien?—me pregunto acercándose a mi y pasando su mano por mi pelo—Esta claro que no, sino, no hubieras salido así—.
Suspiró.
No era capaz de mirarle, se formaba un nudo en mi cada vez que le escuchaba, no por algo malo sino porque sabía que me tenía que enfrentar algo para lo que no me sentía demasiado preparada. La vida era la unión de tres cosas, pasado, presente y futuro, en todas ellas la mayoría estaban solos, el pasado es lo que ha pasado, esas personas que han estado en tu vida y se han ido, el presente es el ahora y el futuro es lo desconocido, las cosas que aún no sabes cuando llegaran pero que lo harán, Joshua estaba en las tres etapas de mi vida, en el pasado, él fue la primera persona fuera de mi familia que entro en mi vida, mi primer amigo, en el presente es esa persona que esta a mi lado pase lo que pase y en el futuro, todo apunta a que sea de una forma u otra, estará en mi vida.
Paso su mano por mi mejilla acariciándola con delicadeza.
—Buhito, por favor—.
Le mire.
Hace mucho que no me llamaba así.
Cuando era más pequeña era una persona más de noches que de días, hacía muchas más cuando las personas dormían que en otro momento del día, el silencio y que la gente estuviera en sus asuntos, era el momento perfecto para poder hacer lo que me diera la gana sin sentir las miradas de los demás en mi, me ponía demasiado nerviosa cuando las personas se fijaban en mi, en cada movimiento que hacía, complicando todas las cosas que haría porque al ser observada, me ponía nerviosa y todo salía peor de lo que desearía. Quizás la única persona que supo de mis noches en vela haciendo cosas, bordando o simplemente mirando estrellas era Joshua, que siempre que dormía en nuestra casa me acompañaba en mi balcón en silencio, sin mirarme, siendo la única persona que si me miraba, no me incomodaba ni me ponía nerviosa.
—Hace mucho que no me llamas así—le comente.
Sonrió un poco al ver que le hablaba.
—Lo echaba de menos—susurró.
No tanto como yo lo hacía, me gustaba mi nombre, y el apodo que este dejaba que me dieran las personas pero que una persona buscara una cosa de ti, algo malo o bueno y que te pusiera un nombre relacionado con ello, como una forma de uniros en secreto era demasiado bonito, demasiado tierno, era algo que me gustaba con demasiadas fuerza pero no es algo que pueda decir abiertamente o con sencillez.
—¿Podemos hablar?—me pregunto.
Me separé un poco de él para poder girarme a ver como el sol se iba poniendo.
—No estoy muy segura de que sea lo mejor—deje claro.
—Has huido de mi como si hubiera hecho algo malo, ¿Lo he hecho?—me pregunto con bastante preocupación en su voz.
Cerré mis ojos.
—Tenemos que hablar, vamos a casarnos, callar las cosas y escondernos no hará que tengamos una gran relación—comento.
Le mire.
No estoy para nada preparada para esta conversación, no lo estaba hace cinco minutos y a cada segundo que intercambiamos más palabras, me perdía más en el dolor de mis pensamientos, y no estaba segura si era en un lugar que era gran ideas, no porque fuera malo el yema de la autorreflexión y el autoconocimiento, son dos grandes cosas, y bastante necesarias pero en estos momentos, yo no estaba para nada preparada para pasar por eso, no tenía ganas de conocerme.
—No me quiero casar—.
Joshua se quedo bastante sorprendido por mi comentario.
—¿En general o conmigo?—pregunto.
Le mire demasiado sorprendida por su pregunta, no se que era lo que estaba pasando ni lo que estaba diciendo, ni si estaba pensando con claridad y haciendo las cosas con claridad o solo era que había dejado de pensar como alguien racional y estaba en estado de locura transitoria.
—Contigo—susurré.
Joshua camino por el salón para acercarse al balcón y mirar por él, no es que no quisiera casarme con él, lo deseaba con todas mis fuerzas, quizás era la mejor cosa que me había pasado en años pero estaba demasiado insegura de que las cosas pudieran salir bien, no quería que las cosas entre nosotros acabaran mal, prefería millones de veces, tenerlo como amigo a perderle como amigo por una tontería.
—No—.
Su respuesta me sorprendió y me paralizo a partes iguales.
—¿Que?—pregunte demasiado sorprendida y mientras intentaba asumir su extraño comportamiento.
—Vamos a casarnos—dejo claro y me miro—Estás actuando como una niña pequeña—.
Le mire sorprendida por su comentario.
—Y tú como un maldito psicópata—le grite.
Me miro molesto.
—¿Qué te he hecho? Explícame porque no entiendo que mierdas te pasa cuando te lo he dado todo—se quejo.
El dinero, aunque con este comprabas demasiadas cosas y te podían llegar a dar la felicidad, en mi caso, no era todo lo que necesitaba para ser feliz. Mi padre tenía dinero, mi hermano lo tenía, sabía muy bien que si en algún momento deseaba algo, lo conseguiría sin necesidad de acudir a Joshua, era verdad que me dio una casa alejada del mundo que siempre fue mi sueño y una tarjeta de crédito para comprar lo que quisiera, me dio la libertad sobre mi padre que tanto estuve buscando y si lo pidiera, seguro me dejaría estudiar o hacer lo que quisiera, pero eso no lo era todo.
—No me lo has dado todo—.
Mi comentario le dejo impresionado.
Pero de todo lo que me había dado y seguramente me podía dar, había una cosa que no había ni siquiera pensado en ofrecerme o en darme, es algo sencillo pero no lo tuve ni cerca de ser ofrecido, el amor. Suena raro porque hace menos de diez minutos me quejaba de la dependencia emocional, del peso que supone las relaciones humanas pero son algo que necesito tanto que ni yo misma comprendo como poder lidiar con esa necesidad, con la necesidad de ser abrazada, con la necesidad de ser besada, de escuchar decir a alguien que me quiere, y no a Teo, a él puedo escucharle cuando lo pida, a alguien que me de una relación que mi hermano jamás me podría dar.
—Explícame que no te he dado—me ordeno molesto.
Le mire.
Estaba en un enorme debate mental de si decirle la verdad y seguramente tener una discusión pero en cierta forma sentir una enorme liberación y dejar de cargar el peso de todo mi dolor sobre mis hombros. Sentía un enorme dolor en mi pecho, un enorme peso, una presión que no comprendía encima de mi, se que es egoísta querer que otro cargue con tu dolor, se que esta mal y es cruel pero era lo único que tenía sentido en estos momentos, gritarle y decirle con desesperación lo que sentía, lo que provocaba. Aunque quisiera decírselo, otra parte de mi, temía que eso empeorara todo, más de lo que ya estaba empeorado.
—Amor—.
Me miro sorprendido.
—No puedes estar insinuando que no te quiero, hasta un ciego ve que te quiero—me dejo claro.
No dudo que me quiera, lo ha hecho todo por mi, lo ha arriesgado todo, incluso su propia vida en muchas ocasiones por mi felicidad, nunca, jamás dudaría en que me quiere, en que soy importante para él pero no me quiere como lo necesito que lo haga mi futuro marido, necesito que la persona con la que me case, desee cada parte de mi, vea mi oscuridad y la quiera de la misma forma que quiere mi luz, pero el me quiere como me quiere Teo, como quiere un hermano a su hermana, como un amigo a una amiga. No era suficiente, no era lo que necesitaba, necesitaba mucho más de lo que un amigo o un hermano me podía dar, no por egoísmo sino porque quería amor, uno real aunque fuera empezado por una ilusión.
—No como necesito—.
Mi queja hizo que me mirara atento.
—Necesito amor de pareja—me queje.
Joshua golpeo una pared dejándome demasiado impresionada .
Madeline y Brian aparecieron en el salón con cara de preocupación.
—¿Te ha pegado?—me pregunto Madeline.
Joshua bufó.
—¿Eso es lo que vas diciendo de mi?—me pregunto.
Le mire.
—¿Vas diciendo que te pego?—.
Note un nodo en mi garganta ante esa pregunta, Joshua era la persona más importante en mi vida, al menos ahora.
—No—me queje.
Se que Joshua jamás me golpearía, aunque parezca lo contrarío es una persona poco violenta que no se suele alterar con casi nada, incluso de adolescente que es la etapa más violenta sobre todo para los jóvenes, en la vida me levanto la mano, en la vida me hablo más alto de lo necesario, mientras que al resto del mundo las hormonas les alteraban y sacaban la peor parte de ellos, Joshua jamás a sacado esa parte oscura conmigo.
Aunque quizás, pensándolo bien esa era la señal más grande que me pudo dar para el rechazo. Lo bueno que tiene enamorarte de tus amigos es que les conoces, que antes de nada estuvo eso pero hay algo demasiado bueno en enamorarte de tu mayor enemigo, de esa persona que ve lo peor de ti hasta cuando estás haciendo una buena acción, es esa persona que ve todo lo malo de ti y aún así, de todas las formas, sopesando todo, es esa persona que se queda a tu lado amando las cosas malas quizás tanto como las buenas, quizás más que esa parte buena tuya. Por desgracia, aunque siempre como en todo hay diferencias personas que salen de la norma, en su mayoría las personas, no enseñan esa parte oscura de ellos por el miedo a no ser amados, y es muy normal.
Vivimos en una sociedad, que critica todo lo malo, quizás no de una forma intencionada pero es una sociedad en la que las cosas grises de tu vida, no son buenas, no esta bien que te sientas triste porque queda mal delante de todo el mundo, no es bonito que las personas te vean con los ojos tristes, con la tristeza en la vida, no esta bien por eso la gente no suele mostrar esa parte de nuestras vidas y cuando ella se queda con esas partes de la vida, con la oscuridad, es hermoso.
—¿Y por que mierdas viene con ese cuento?—.
Le mire impresionada por su pregunta sin saber que responder o que decir porque no sabía la respuesta.
—Hemos oído un golpe y por eso hemos venido—aclaro Madeline.
La mire algo aliviada.
—Vamos a calmarnos—pidió Brian.
Joshua respiro profundamente, lo note porque su pecho se inflo demasiado, cosa que me puso demasiado nerviosa porque ver cada parte de su cuerpo en su forma perfecta, me ponía nerviosa. No eran malos nervios, no eran esos que te congelaban y te hacían sentir mal, eran unos nervios bonitos, o al menos así los llamo yo, mi abuela, cuando entre en una edad en la que los hombres podían entrar a mi vida, me explico que era el amor, nunca pensé que eso importara, nunca pensé que lo fuera a sentir pero ahora me veo aquí, frente a Joshua, sabiendo que estoy enamorada de él. Mi cuerpo siente una electricidad con él, como si la energía de mi cuerpo se recargara al estar con él y el tiempo, no soy consciente de este, por lo que si esas emociones, eso que me dijo mi abuela no es el amor, ya no se que es el amor pero no quiero que sea otra cosa.
—Me gustas, y no como amigo, sino como pareja—le dije.
Joshua me miro sorprendido.
Suspiré.
Cerré mis ojos para intentar mantener la calma, estaba demasiado nerviosa por lo que acababa de decir, estaba intentando asumir que acababa de confesar, no es que estuviera insegura de lo que sentía, era bastante consciente sobre todo tras que me pusiera demasiado celosa al pensar que prefería a su secretaría a mi, se que es una tontería porque no es lo mismo, no es el mismo tipo de amor, se que el amor que me tiene a mi es diferente al que tiene por otras personas pero espero que sea suficiente para que llegué a completar el amor que necesito.
Abrí mis ojos para ver a Joshua que me miraba.
—Te quiero—me dijo y le mire sin saber que decir o que hacer pero con la sensación clara de derrumbarme—No te voy a mentir, no recuerdo muchas cosas de mi vida, tras el accidente con mis padres los recuerdos de antes me cuesta mantenerlos pero todos los pequeños y grandes recuerdos que recuerdo, que jamás olvidaré por muy mala menoría que tenga, son en los que estás tú—me congele por sus palabras pero en un sentido demasiado diferente—Recuerdo porque te llamo buhito, recuerdo muy bien las cosas que me contabas en las noches, tus planes para dominar el mundo y tus enormes ganas de tener muchos hijos, se muy bien las noches que lloraste por tu hermano y como siempre buscabas la forma de tener nuevas pistas, se que no olvidas nada, que te importa todo, tus manías controladoras y la pequeña sonrisa que pones cuando te gusta algo pero lo quieres ocultar—.
Di una pequeña sonrisa sabiendo que todo era verdad, una cosa que no he contado, es que en el accidente que murieron los padres de Joshua, el iba en el coche, no he omitido esa información por falta de importancia sino porque no es algo que me afecte, que no recuerde unas cosas de la vida pero si otras no hace que le quiera más o menos.
—La noche que tu padre acepto tu compromiso con Brian, le iba a pedir que me dejara cortejarte—me dijo, provocando que le mirara con la boca abierta sin entender nada.
—Cierra la boca que te entrar bichos—grito Madeline.
Brian tapo la boca a su novia para que no dijera otro comentario e interrumpiera este momento de declaraciones.
—Se que no estamos en el siglo diecinueve y que no se corteja, pero se la importancia que le das a cada pequeño detalle, como en tu internado te enseñaron lo importante que es un buen ramo de rosas o un juego de manos, quería hacer que sintieras que cada pequeña cosa que aprendiste ahí, cada cosa que contaban los libros, podían pasarte a ti, quería que te sintieras especial—suspiro haciendo una pausa y mirándome—Se que ser la mujer en una familia que cree que esta no tiene valor, ser la mujer, solo ser la que debe tener los hijos cuando tienes más capacidades que esas, cuando quizás la empresa iría mejor de tu mano, es doloroso, cansado y frustrante por lo que quería darte motivos para que te veas como yo te veo—.
No pude apartar mis ojos de él, estaba demasiado hipnotizada, demasiado perdida en sus palabras.
—Eres inteligente, guapa, especial, tienes capacidades que debería envidiar todo el mundo—comento y le mire—Eres jodidamente perfecta y no lo eres porque haces todo bien, sino porque pones el alma en cada pequeño detalle, y cuando las cosas te salen mal, no lo ocultas lo aceptas y vuelves a empezar—.
Lo ultimo era algo que había mejorado en los últimos años.
Antes era una maniática obsesiva y demasiado perfeccionista por lo que si algo me salía mal, podía acabar en colapso mental o en pleno ataque de iría o pánico, lo que antes viniera, no me importaba, siempre terminaba mal, hasta que llegué a la conclusión de que teniendo ataques, no iba a solucionar nada, solo empeoraría mi situación mental.
—Te quiero, y no como amiga, sino como pareja—dijo mejorando demasiado mi simple declaración—Y la boda, va enserio, no hago esto como un juego, te quiero en mi vida—.
Le mire sonriendo.
—Bésale demonios—grito Brian y Madeline le golpeo.
—Luego soy yo la que molesta—se quejo mi amiga.
Joshua se acerco a mi y paso sus manos por mi mejilla.
—No he besado nunca a nadie—confese.
Me mrio.
—Si no estás preparada, dilo—aviso.
Le mire.
—Contigo, estoy prepara hasta para ir al fin del mundo—deje claro.
Dicho y hecho, no fuimos al final del mundo, no era necesario pero con esa invitación Joshua me beso, y quizás esta mal que yo lo diga porque nunca he besado a nadie pero fue y creo que será por siempre el mejor beso de mi vida.