Capitulo 2

3689 Words
El trato de no manipular me parecía una de las cosas más adecuadas. Una relación, por falsa que esta fuera, debía estar basada en el amor, en la comprensión, en la comunicación, en estar con el otro en todos los sentidos, sea o no bueno para ti. Yo iba a tener a sus hijos, les iba a dar la vida por lo que en nuestro caso era demasiado importante que nos lleváramos bien y que mínimamente nos tuviéramos algo de amor, el uno por el otro, por mi parte el amor, el cariño estaban, necesitaba saber si estaban de su parte pero eso no era cosa de descubrirlo ahora ni en el coche. Nunca había estado en una relación con un hombre sin manipular, me enseñaron a que esa era la única forma de relación con ellos por lo que iba a ser un trabajo enorme para mi pero se que iba a poder con ello, al menos lo intentaría por el amor que tenía a Joshua. No hablamos en el camino, no era uno de esos silencios incomodos, sino uno que estaba y podías convivir, pero de todas formas, odio estar callada, me gusta hablar aunque sea del color n***o de las calles, me gustaba hablar de todo y estar callada, para mi era una tortura, pero de la misma forma que yo lo pasaba muy mal, sabía que para Joshua, el silencio era una de las cosas más importantes del mundo. Aparcamos enfrente de una joyería. —No quiero decir que soy la prometida—le deje claro—Diremos que soy una amiga con la misma talla de dedo que vengo a ayudarte—. Joshua me miro bastante sorprendido. —¿Te avergüenzas?—. Me sorprendió su pregunta. —No—dije alarmada. Río. —No es común que las prometidas elijan sus anillos—comente. Me miro. —Estamos en épocas modernas—. Le mire por su comentario, tenía la razón completa, estábamos en épocas en la que la mujer era fuerte e independiente, que se la veía como era. estábamos en pleno siglo veintiuno pero eso no quitaba que las mujeres en muchas ocasiones fuéramos mal vistas y que había cosas que hacerlas, no era nuestro trabajo. —Verdad—. Salí del coche para respirar hondo y calmarme. Joshua en pocos movimientos se puso delante mía. —¿Estás cómoda con esto?—me pregunto. Le mire. —¿Te refieres a que vayamos a casarnos?—. Asintió. —Nunca te he visto como posible pareja—le deje claro, me miro serio y me sorprendió, cambio su expresión tranquila a una más sería—Teo y yo siempre nos hemos puesto la norma de que los amigos del otro están prohibidos—, —Eso es una tontería—me aviso—¿Que hay con el amor?—. Le mire. —Quizás Teo pueda permitirse enamorarse, pero yo no—. Joshua no dijo nada, me miro en silencio, no es que hubiera algo lógico en todo esto pero era así. Para mi familia, los hombres no tenían fecha de caducidad, ellos podían tener hijos cuando lo desearan y podían casarse cuando sea por lo que enamorarse era algo que se les podía dejar vivir, incluso si nunca lo hacían era mejor, pero la mujer de la familia debía casarse antes de cumplir los treinta para que los hijos salgan sanos, ya que muchas personas creen que los hijos nacidos después de los treinta de la mujer no son sanos, yo tengo veintiuno y para mi padre ya voy tarde, para él debía estar ya casada y esperando mi primer hijo o con este recién nacido. —Entremos—dijo tras unos minutos de silencio Joshua que creo que necesitaba para asumir las cosas. No hizo caso, según entramos a la joyería y le preguntaron que necesitaba dejo claro que era su prometida y que quería dejarme elegir el mejor anillo de la ciudad porque lo merecía, estuve apunto de matarle pero no lo hice, debía comportarme como alguien civilizado por mucho que él no lo fuera, por mucho que no hubiera respetado mi petición, aunque quizás detrás de todo eso estaba el orgullo de que fuera yo su prometida, y eso fuera algo que no quisiera esconder, seguramente el de la tienda llamo a alguna revista según salimos. Si esa era su forma de hacer publicidad, debía avisarme. No me quejo pero me sorprende que actué sin decirme, se que una mujer no tiene el poder de un hombre, yo no tengo ni por asomo el poder de mi hermano, de mi padre y mucho menos el de Joshua pero si me gustaría sabiendo que vamos a casarnos, que seremos marido y mujer, señor y señora Campbell, que habláramos y me dijera las cosas. Aunque quizás eso mismo me lo debía aplicar yo. Mire el anillo con determinación. Era un anillo de plata dada mi alergia por el oro, pero eso no le quitaba lo bonito. Dos espirales rodeaban mi dedo con una piedra central uniendo todo el conjunto, las dos espirales estaban adornadas de pequeños diamantes, y en el centro una piedra preciosa negra, quizás no es muy típico para un compromiso pero es que amo el n***o. —Lo vas a desgastar—me comento Joshua. Me senté en la cama y le mire. Tras comprar el anillo, me invito a cenar a un italiano y ahora estábamos en casa apunto de irnos a dormir, yo ya estaba en pijama y tumbada pero el seguía de pie por la habitación, estaba con su móvil respondiendo algunos mensajes o quizás apuntando notas, no es algo que me preocupase. —¿Que cree mi padre?—le pregunte. Era una pregunta que estaba rondando mi cabeza desde hace varias horas. —¿Sobre que?—. Le lance un cojín por su pregunta. —Sobre nosotros, me has dicho que solo mi hermano y vuestra amiga saben la verdad—le dije. Me miro. —¿Por que no te cae bien Beth?—me pregunto. Le mire. Era una cosa que no ocultaba, debían ser agradecidos con el hecho de que nunca le hubiera hablado mal y siempre la respetara, al menos delante de ellos, les dejaba aparte de mis dramas con esa chica pero no podía ocultar mi poca confianza por esa chica y pocas ganas de tenerla cerca. Una parte de mi esperaba que su amistad fuera real pero no se porque, otra parte de mi sabía que intentaría casarse con Teo o Joshua y ser rica, tener control sobre algo. Esperaba equivocarme. —No cambies de tema—me queje. Joshua se tiro en la cama y me miro. —Responde tu primero y luego hablo yo—propuso. —¿Por que?—le pregunte molesta. Paso su mano por mi cara con suavidad para ponerme un mechos de pelo detrás de la oreja. —Yo tengo la información más interesante, debo dártela a cambio de algo—. No se si era muy buen plan comenzar ha hablar con Joshua de las personas que no me caían bien porque esto iba a ser una cosa larga, no creo que ni uno estuviéramos preparados para escuchar de mi odio a medio mundo. Aunque no me importaba que lo supiera, quizás de esa forma no me haría estar mucho con ella, además tenía razón, mi información era tonta, y él tenía algo que yo quería con muchas ganas, que llevaba rondando mi cabeza por varias horas, algo debía ganar él a cambio de contármelo. —Tampoco te lo tomes como algo personal en contra de la chica—le explique—No me cae bien muchas personas—le deje claro—No me gusta la gente en general—. Podía confesar que no me gustaba pero lo demás no era algo que le tuviera que decir, no le iba a contar por mucho que lo deseara mis sospechas que que esa chica les quería usar para subir de estatus, no tenía pruebas, todo venía solo por mi desconfianza hacía el mundo entero y las pocas ganas que tenía que ellos tuvieran otras mujeres que amar en sus vidas, de una forma cruel y egoísta, quería ser la única mujer que mi hermano quisiera, que no se casara y viviera por mi, lo mismo con Joshua, ser la chica de su vida pero se que eso no es justo ni lógico, deben amar pero no a cualquier persona. —¿Por que eso?—. Me molesto que no parara de hacerme preguntas pero esperaba que valiera la pena para conseguir lo que necesitaba, la información de mi padre. No le iba a contar la razón de mi desconfianza o disgusto con Beth, le había generalizado mi odio a las personas por lo que era, lo único que iba a responder, nada más, no quería enfados ni problemas, quería tranquilidad y que nadie me mirara como una loca paranoica y desconfiada, por mucho que lo fuese. —Todos esperan algo de los demás, me cansa eso—confesé y suspiré para intentar ordenar mis pensamientos y explicarme de la mejor forma posible aunque era complicado entenderme a mi misma para que lo hiciera los demás—Esperan que sea una chica educadísima, sin fallos y siempre amable pero me cansa, me cansa tener que ser una persona que en ocasiones no estoy bien para interpretar, en ocasiones no quiero ir a una fiesta, y si no lo hago, luego hay millones de rumores, si voy con mala cara, otros miles y siempre así, siempre debo ir bien para que nadie me diga nada—suspire—Sonríe que sino parece que no te gusta la comida, come que estas muy delgada, no comas eso que engordas y así siempre—. Es bueno ser rico, la tranquilidad de poder comprarte algo sin miedo a no poder llegar a fin de mes es la mejor cosa del mundo pero todo tiene una parte mala, la responsabilidad mediática es una de ellas, por lo que mi recomendación siempre es la misma, hazte rico pero no des una salo entrevista, así evitaras que la prensa rosa quiera algo de ti. —¿Y donde entra en eso Beth?—pregunto. ¡Mierda! Debía salir de esa pregunta sin decir que pensaba realmente de ella, debía buscar en mi mente una respuesta más lógica y comprensible, no iba a ser muy difícil pero tampoco es que tenga una respuesta planeada. —Si no quieres, puedes no responder—me aviso Joshua. Le mire, sabiendo que si no respondía, adios información. —Solo estoy buscando las palabras—. Joshua asintió y me miro con tranquilidad, aunque estaba buscando más que palabras, estaba buscando sentimientos lógicos, racionales. No soy una persona lógica y racional, si siento algo, si creo algo, es por lo que me dejo llevar sin importar lo verdadero que eso sea, si para mi alguien me ha atacado y no quiero volver a verle, lo hago pero eso no es algo que como adulto se deba hacer por lo que mi cuerpo siempre esta en constante lucha entre lo que es verdad, lo que siento y lo que debo hacer. Seguramente debería ver a Beth como una inofensiva y buena amiga de los chicos pero no lo hago. La verdad puede ser que ella les quiera, pero no lo veo. Y quizás debería decirle todo esto a Joshua, pero no lo haré, no puedo explotar ni demostrar mis debilidades porque eso, solo me llevaran a problemas, y seguramente a volver al internado en Francia, cosa que ahora mismo no quiero. —Con Teo puedo ser como quiera, es mi hermano y me va querer haga lo que haga, incluso si quiero esconder un cadaver se que llamándole a él, tendré ayuda—hice una pausa, porque se que tenía el mejor hermano del mundo—Podemos pelear, picarnos y lo que sea pero estamos para el otro, tú siempre has estado en la ecuación pero Beth no, es alguien que apareció de un momento otro y en muchas ocasiones no paraba de criticarme, no me gusta—. —Yo también te ayudaría a esconder un cadaver—me aviso. Reí. —No debes aparentar estar bien siempre, eso no es humano—me dejo claro y beso mi —Eres más perfecta cuando cometes errores—. Negué y le mire mientras jugaba con mis dedos. —¿Me vas a responder ya a mi pregunta?—. Paro un segundo para mirar mis dedos, pero luego siguió con tranquilidad. —Tengo otra pregunta—aviso. Suspiré. —Vale—. No estaba muy segura de que pregunta era más importante que eso, pero esperaba que mereciera la pena la espera porque sino mataría a Joshua. —¿Te gustaba Brian?—. Me sorprendió bastante su pregunta, no me esperaba hablar de él, ni de Madeline con Joshua, no porque no quisiera sino porque era un tema que cuanto menos pensáramos mucho mejor, ellos se iban a casar por amor, mientras que yo estaba haciendo todo una mentira para tener una vida medianamente sencilla. Brian era la pareja que todo padre deseaba para su hijo, era el hermano mayor amoroso e inteligente que todas las chicas de mi alrededor querían como el padre de sus hijos, era de esas personas que sabía enamorar con una mirada, que sabía como hablar, sabía demasiado como hacer que las personas se sintieran cómodas con él, lo sabía, de formas que no era capaz de comprender, por mucho que yo hubiera estudiado eso, lo mismo que a él le salía natural para hacerlo con los hombres, no era capaz de hacerlo así de bien. —Nunca nos conocimos, creo que su padre me propuso porque soy todo lo contario a Madeline—le deje claro—Seguramente el padre de ella te eligió por ser el único de los veinte soltero—. —¿Como sabes eso?—me pregunto. Le mire, no era común que una chica supiera todo sobre los veinte pero en mi caso lo sabía. —Mi hermano me pide consejo para las votaciones—. Teo era inseguro, siempre temía que la decisión no fuese la que ayudara a quienes lo necesitaban, siempre intentaba analizar todas las posibilidades por lo que acudía a mi, me pedía que le sacara las cosas buenas y malas a la idea para que el pudiera analizar todo, para comprender que debía hacer, mi hermano siempre quería salvar el mundo. —Entonces sabras que también esta tu hermano—. Le mire. —Nadie en su sano juicio confiaría algo a mi hermano—le deje claro—Es demasiado impulsivo—. Mi hermano era bueno en muchas cosas, aunque quizás eso era lo que más especial le hacía, su torpeza para casi todas las cosas de la vida provocaban su esfuerzo en todas ellos, esfuerzos extremos en todo lo que hacía, en todo lo que se planteaba pero no solía pensar las cosas que hacía, simplemente las hacía y luego pensaba como solucionarlo, no me extrañaría que apareciera casado con alguna en una noche loca en las vegas. —Tampoco me importa porque me haya elegido—. Le mire. —¿Por que aceptaste?—le pregunte. Joshua se callo. —La chica que me gustaba estaba con otro—respondió. Me dolió escuchar eso, Joshua era quizás una de las personas más atractivas que conocía pero no solo eso, sino que era bueno e inteligente por lo que merecía todo el amor del mundo, ser amado debería ser un derecho para él. —¿Y ahora donde esta ella?—. Me miro analizando mi pregunta. —Ahora solo importa esto—dijo señalando me a mi y después a él. Quizás eso significaba que ya no sentía nada por esa chica, cosa que estaría bien. No estoy enamorada de Joshua, nunca le he visto como algo más que el mejor amigo de mi hermano, y todo lo que me hacía sentir me llevaba a eso, la electricidad cuando nos abrazábamos, la felicidad al verle, le quería desde el primer momento en el que nos conocimos, mi amor hacía él era incondicional y seguramente algo que jamás iba a poder dejar a un lado, pero necesito que el también me ame de forma incondicional e irracional, necesito eso de él, que no haya nadie más en su corazón, necesito ser solo yo para poder lidiar con este matrimonio. —¿Si te viene ahora no te irías con ella?—le pregunte. Me miro. Rece todo lo que supe para que me dijera que no, que se quedaría siempre a mi lado. —No tengo respuesta para eso—me dejo claro. Le mire en silencio. Tuve que esforzarme para no derrumbarme, para seguir adelante con la conversación, con todo esto, me dolía que incluso en la parte más lejana de su mente se llegará a plantear irse con esa chica, dejarme de lado, dejarme, abandonarme e irse con ella, como lo hizo Brian, dejándome sola ante la ira de mi padre, ante ser una decepción porque nadie quería casarse conmigo, no cumplir mi objetivo, la única cosa para la que me tuvieron. —No has respondido—me aviso y le mire. —¿Que?—le pregunte sorprendida. —¿Te gusta Brian?—. Le mire sorprendida por su pregunta, no creo que importara mucho mis sentimiento sabiendo los de él. —No—le deje claro. Mire a otro lado analizando las cosas. No entendía la maldita importancia de saber esa información, por mucho que me gustará no se lo iba a decir, porque no había caso, no iba a luchar por Brian, cuando amas a alguien, cuando le quieres, es mejor que este sea feliz a tenerlo a tu lado infeliz, Brian iba a ser feliz con Madeline, por eso era casi imposible que aunque me gustara dijera algo, pero en este caso no me gustaba, Brian tenía muchas cosas buenas, pero no movía nada en mi interior cuando quedábamos, era como estar con una pared. —¿En que piensas?—me pregunto. Demasiadas cosas pasaban por mi cabeza pero la mayoría de ellas eran cosas que no podía comprender. Me dolía el pecho y un nudo se apoderaba de mi garganta, impidiendo que dijera cualquier cosa con sentido, sin hablar de mi cabeza que era un torbellino de ideas. Todos sabemos que Brian siempre amo a Madeline, era el segundo plato, pero no me dolía, no nos amábamos, éramos solo una transacción económica, no lo veía como algo de amor pero con Joshua lo sentía diferente, era como si pudiéramos tener la oportunidad de amarnos pero en su caso no era un segundo plato, cosa con la que hubiera podido lidiar, sino que era la reserva de la reserva y encima, si aparecía realmente quien amaba, me dejaría. —Dime lo de mi padre—dije cambiando bruscamente de tema. Me tumbe en la cama y mire al techo. —Daniela—me llamo—Hablemos—. Me senté en la cama. —Yo he respondido tus preguntas, te toca a ti—me queje. Joshua paso su mano por su cara. —Eres indescifrable para mi—se quejo. Le mire sorprendida. —Me encantaría que me dejaras leerte como un libro abierto—me confeso y le mire—Pero nada hará que me dejes entrar en tu mente—. No supe que decir a eso. —Tú tampoco lo haces—. Ataque porque era lo único que se me ocurría en esos momentos. —Te doy todo lo que quieras de mi, todas las preguntas las responderé, soy todo tuyo pero necesito lo mismo de ti—me dijo y le mire—Necesito que me dejes saber todo de ti, para que pueda cuidarte, para que pueda darte lo que necesites, para que pueda amarte como buen esposo—. Le escuche, escuche sus palabras pero fueron como dagas que se clavaban en mi. —No me amas—le avise. Joshua me miro. —No creo ni siquiera que me quieras, solo me tienes un mínimo de apreció porque soy la hermana de tu mejor amigo—le deje claro. —Daniela—me aviso. No me importaba su aviso, mi mente me gritaba que me callara pero no podía hacerlo, algo se apodero de mi, rabia dolor o no se que pero no podía controlarme, me gustaba no controlarme pero me daba demasiado miedo que esto saliera mal, porque siempre salía mal. —¿Miento?—le pregunte molesta—Me acabas de confesar que estas enamorado de una chica, alguien que jamás tendrás, me has dejado como reserva de la reserva y puede que no este enamorada, pero eso duele, demasiado—le deje claro y me levante—No quiero dormir contigo—. —Dani—me suplico—Escúchame—pidió. —No, quiero estar sola—le deje claro—Y ten claro que no tienes permitido llamarme Dani, eso solo lo dejo para la gente que me quiere realmente, para ti solo soy la hermana de tu mejor amigo y esto es solo un parche para que dejen de verte como el solterón y dejes de pensar en esa chica, así que me llamas Daniela o señorita Dunn—. Camine fuera de la habitación y cerré de un portazo. A la mierda el autocontrol, a la mierda el aprender a saber que es verdad y que no, a la mierda todo lo que me enseñaron en Francia, mis emociones se han apoderado de mi haciendo que cometa errores, demasiados y seguramente cuando mi padre pregunte por esto, si Joshua se lo dice, adios a mi libertad y hola a otro año con los medicos y torturas del internado. No se como puedo j***r tanto mi vida.
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