Capítulo 21 parte 2

486 Words
Tuve que soportar esa voz insistente una y otra vez cuando estaba sola, ahogándome en el dolor, en los temblores, tuve que aprender a llorar en silencio, a soportar los ataques sola. Los ataques bajaron de intensidad y de concurrencia desde que madre me contara que estaba embarazada, que se iba a casar y que nos mudaríamos, desde esa época ella ya no me prestaba tanta atención. Desde ese día dejaba mi entrenamiento y dieta a otra persona, ella solo veía los resultados y me acompañaba a los concursos. Todo seguía siendo muy duro, pero el estrés se aflojó un poco al darme cuenta que mi mayor temor ya no me estaría entrenando ni estaría a cargo de mi dieta, que el origen de mis traumas no estaría observándome como halcón porque quería tener un embarazo tranquilo y concentrarse en su nuevo esposo. Finalmente, dejé de escuchar esa vocecita cuando participé en el último concurso a mis nueve años, después de ese día madre me ignoraba, soltaba sus comentarios venenosos hacia mí, pero estaba más concentrada en el futuro nacimiento de su segunda hija y yo intentaba desaparecer de su vista la mayor parte del tiempo que podía. “Todo lo que tu madre quiere es por tu bien ¿te das cuenta que si hubieras hecho caso a sus palabras, tendrías la posibilidad de tener a ese hombre a tu lado? Las mucamas tienen razón, tan solo eres una invitada no deseada aquí querida” No, no, no, no. Mis manos temblorosas cubrieron mis oídos en un intento por dejar de escuchar esa voz, esperando que con eso dejara de escuchar esas palabras que solo me hacían daño, porque por fuera podía mostrar una actitud más o menos confiada y decidida, pero por dentro, muy en el fondo, estaba de acuerdo con las palabras de esa voz. Porque sentía que no era suficiente, porque años de maltrato hicieron mella en mi mente y corazón, porque no me sentía tan segura como posiblemente mostraba en el exterior. “…mi ninfa con curvas de infarto” No sabía porque, pero esa frase que Caesar me dijo cuando estábamos juntos llegó a mi mente cortando todo lo demás. Solté unas cuantas risas mientras poco a poco los temblores iban disminuyendo, ni la infidelidad de mi prometido hizo que esa voz apareciera en mi mente, no entendía porque aparecía justo ahora, el pensamiento de que el origen de mi ataque y el que la vocecita apareciera fuera Caesar, y también el pensar en él era la cura para volver a mis sentidos fue el motivo de mi risa, no me di cuenta que él era mi cura, pero también era mi enfermedad. Tomé respiraciones largas, concentrándome en ellas y olvidando esa vocecita que hacía tanto tiempo no escuchaba, y olvidándome también de ese hombre. Pasaron un par de minutos hasta que sentí que podía ponerme de pie sin caerme.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD